Desde hace un tiempo al menos, este vecino del mundo procura "cocinar" una televisión alternativa para consumo propio, viendo los programas, al menos los más
importantes según su opinión, más que cuando los emiten originariamente, cuando
a él le viene bien. Y para eso se mete en las entrañas de cada cadena, vía
internet naturalmente, y se sirve a la carta. Por supuesto que sin pagar nada
extra, ya que, está puesto y dispuesto, para servirse en una especie de buffet
de barra libre.
Y acabo de deleitarme con el último capítulo, hasta hoy
mismo, de “Planeta Calleja” (http://www.mitele.es/programas-tv/planeta-calleja/5946a85fb95c9b22b18b4575/player)
protagonizado por Mercedes Milá.
Por supuesto que cada programa funciona en gran parte por
lo que al invitado semanal le salga de sus entrañas más que lo que suelte por
esa boquita. Y en eso, en entrañas, en espontaneidad, Doña Milá es un valor
seguro.
En el capítulo del tándem formado por el Señor Calleja y La
Milá que es como más cómoda se debe de sentir, y lo digo desde el alma, al
referirse a ella, intentarán sobrevolar en globo aerostático, y en
pleno invierno, las Islas Svalbard, que se supone que están las más cercanas, a
unos mil kilómetros, al Polo Norte, con unas temperaturas rondando los -20ºC.
Pero ya se sabe que en esos lugares extremos, el hombre propone… y la
naturaleza dispone.
Este vecino no va a destripar nada más de lo que ocurre,
sólo diré que vamos a encontrar a una Mercedes, más que cien por cien Milá (de ahí el título del post). Y que si la descubrí, creo recordar que sería a
finales de los setenta, comienzo de los ochenta, en televisión, y siempre pensé
que estaba un poco más allá del resto de periodistas-presentadores de
televisión, este programa me ha servido para descubrir que La Milá siempre ha
vivido allí, en su microclima, y que se acerca un poco a nosotros para salir
por televisión, y que le vayamos entendiendo cada vez un poco más, aunque que le comprendan,
realmente, le importa un pito.
Porque lo suyo, lo de Mercedes Milá, es más que estudiarlo
todo, destriparlo desde su óptica, y nunca ha querido juzgar nada, eso no le
interesa, sino solo comprenderlo, y saber que existen otras opciones.
Haciendo un paréntesis, para los descubridores de temas,
dentro del programa hay una pareja formada por un nativo del lugar, aunque más
cerca de ser Papá Noel que un hombre de carne y hueso, y su esposa, colombiana,
que merecerían un programa para ellos solos, y estoy convencido de que si se lo
preguntan a Doña Mercedes, estará totalmente de acuerdo.
¡Ojo! Y que se me entienda bien, este programa no va a
servir para que el espectador cambie respecto a la manera en que ve a la
casi-noble (aunque nosotros sabemos realmente que si algo es la Señora Milá,
precisamente, noble lo es un mil por cien), sino que la verá de la misma manera a la que antes ya la juzgaba, pero
elevada a la máxima potencia, esta vez, sin género de dudas.
Para terminar, solo puedo decir que si algún día me
reencarno quisiera ser ésta (porque sin duda, en ella misma hay muchas)
Mercedes, La Milá más auténtica y clarificadora de sí misma.
Por cierto, Mercedes Milá, lo ha puesto muy difícil para
que cualquier invitado venidero aporte más al programa. Después de ver este
capítulo de la serie, seguro que me van a entender…
*FOTO: DE LA RED
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