Siempre me han atraído todas esas noticias que comienzan
por “según
un estudio de la Universidad de…” porque en realidad, y salvando las
distancias, claro, viene a ser como “saben aquel de dos de Lepe que van…”, estás seguro de que al final te vas a reír.
Por todas esas noticias de estudios y universidades, es
fácil llegar a tres conclusiones:
En primer lugar que no en todos los países hay recortes,
porque para subvencionar esos estudios cuando menos “tan originales”,
significa que todo lo demás ya ha sido subvencionado en ese país, y aun así
todavía queda dinero.
En segundo lugar que hay gente, en este caso científicos
y gente altamente preparada, que tienen mucho tiempo libre y a su vez están más
bien aburridos.
Y en tercer lugar, pero no menos importante, que la
capacidad que tiene el hombre, y la mujer naturalmente, para hacerse preguntas
es infinita.
Así por ejemplo, y ojeando casos no necesariamente
recientes, según un estudio de la famosa Universidad de Yale, los 34 años es
la edad perfecta para ser feliz. Estas mentes pensantes, al menos no está reflejado en el estudio,
no comienzan por fijar qué es la felicidad, sino que ya directamente y por
definición admiten que la felicidad existe y que si tienes 34 abriles,
primaveras, o lo que sea, es más fácil que te encuentres con ella, aunque no la
estés buscando. Y si uno puede pensar que la felicidad solo son momentos, al
menos puede llegar también a la conclusión de que ese momento puede durar
prácticamente trescientos sesenta y cinco días.
Puestos ya, podemos incluso añadir otro estudio de la
famosa, también, Universidad estadounidense de Berkeley, El
ser humano perfecto, a nivel genético, tendría que ser puertorriqueño, gracias
a su mezcla de herencia española, africana y taína, según el estudio realizado
por un biólogo, Lior Pachter, de la citada universidad. A todos nosotros nos
viene de primeras dos claros ejemplos que corroborarían esta afirmación como
son Jennifer
López y Ricky Martin. El problema es, que el que quiera ver “fantasmas”
o excepción en la regla también lo puede encontrar rápidamente en el caso del
cantante, también de origen portorriqueño, Marc
Anthony, que sobre lo de buen cantante no puede haber ninguna duda, e
incluso que sea atractivo. Otra cosa ya sería proponerlo como prototipo de
belleza.
Lo dicho, muchas veces tener mucho tiempo libre y lo que
se viene a denominar “posibles” no es garantía para encontrar “la verdad”,
suponiendo que ésta exista, pero no se puede negar que nos puede regalar
momentos, cuando menos, divertidos.
Este vecino del mundo ha de confesar que la mayoría de las veces
cuando hablan de esos científicos tan sesudos, de tal o cual Universidad, se imagina la cara de Eugenio, el humorista ya desaparecido, y puede que se crea o
no el estudio, pero lo que sí está claro es que el momento siempre es agradable,
que en nuestros días no es poco.
*FOTO: DE LA RED