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miércoles, 29 de agosto de 2018

BAJO EL INFLUJO DE LOS RODRÍGUEZ



Hoy, antes de nada, lo voy a decir de antemano para no llevarnos a engaño y dejar las cosas claras desde un primer momento, el tema, o los temas a tratar en este post no van a ser políticamente correctos. Normalmente nunca lo son, pero la ironía siempre actúa a modo de vaselina para que todo más o menos fluya. Esperemos que hoy también la ironía no deje tras de sí al menos ninguna mala cara, ningún mal gesto.

Dos décadas atrás, o incluso mejor antes, no había verano sin Rodríguez. Los Rodríguez, o los maridos forzados por su trabajo, a permanecer en la ciudad  mientras la familia estaba de vacaciones formaban una casta aparte. Bañados por la soledad en lo cotidiano y perdidos en lo personal sin tener al lado  a quien muchos acostumbraban a decir sus últimas palabras "Sí, cariño", los Rodriguez gozaron incluso de un cine arropado entre el "landismo" y actores-personajes coetáneos, Sin olvidar tampoco a esas "novelas de tapas blandas" de lectura especialmente veraniega tanto de Ángel Palomino como de Fernando Vizcaíno Casas.


Ahora los Rodríguez ya solo son un viejo grupo musical, y un recuerdo para los más que talluditos que pasan las vacaciones en solitario sin ya tener un clan a quien pertenecer y así ser tenidos en cuenta a modo de pedigrí.

Según un estudio reciente, este vecino se ha enterado hoy aunque mentiría si dijera que le ha extrañado, para las mujeres los hombres resultan atractivos sobre los cincuenta años. Sin embargo, para los hombres la edad perfecta en la mujer, serían los dieciocho.

Ahora es el momento de tirar piedras contra mi propio tejado, diciendo  que si a los hombres siempre les gusta, y generalizar tiene sus riesgos, todo tipo de aparatitos, incluídas las televisiones, que sean lo último en tecnología, por aquello de más prestaciones, la juventud en la mujer sería vista de la misma manera.

Muchas mujeres se pasan la vida intentando recibir por decirlo de alguna manera que no se aleje de la realidad, un reconocimiento de la “parte contraria”, y visto por este vecino del mundo, quizás ahí esté su gran fallo. Porque para reconocer, primero hay que verlo y tenerlo claro. Y el hombre nunca ha tenido, no tenemos, nada claro. Como que nos pasamos la vida creyendo que nosotros, en las relaciones, somos los que elegimos, y simplemente nos dejamos llevar.

Este vecino del mundo estos días de verano, las cosas han venido así, está solo, la Nuri, su sufrida no le ha podido acompañar, y fijaros las ganas que tiene de visitas y de conocer a nueva gente, que hace mucho tiempo que decidió no tener ni en la casa que utiliza en verano, ningún electrodoméstico Balay, para evitar que vengan es@s trabajador@s, como en el anuncio, que más que serviciales siempre los ha catalogado de pelín cotillas.


En España nunca se regala nada por nada, ni un delantal, ni siquiera una visita. Solo ver el anuncio de Balay le inquieta  a este vecino más que un paquete sospechoso a un miembro de la brigada de explosivos.

*FOTO: DE  LA RED


sábado, 21 de mayo de 2016

EL ENIGMA DEL CAMALEÓN



Hay días, el de hoy, que te despiertas como si estuvieras en otro cuerpo, como si no te perteneciera. Y no sabes ni cómo hablarte, cómo hacerte la primera pregunta, y así descubrir de qué talante te has despertado.


Luego ya, en manada, por decirlo de alguna manera, tenemos una especie de guía de comportamiento, de pertenecer al rebaño, que nos hace amoldarnos a lo “políticamente correctos”. A esta parcela pertenece, declaraciones como “me gustan los documentales de la 2”. Y a ciencia cierta, en tu interior, en la intimidad de tu “yo”, no sabes si tu “televisión” tiene ese canal. ¡Vamos! Que si esa cadena se vendiera por separado en las tiendas, todavía la tendrías, como mínimo, sin desenfundar. Por cierto, ¿habéis visto cine libanés? Sinceramente, yo tampoco.


¿Vivimos cómo queremos vivir?
Creo que eso es como un partido político, cualquiera, que llega al poder. Hace la política que le dejan esas manos en la sombra. Y en muchos casos, hacemos lo que se espera de nosotros. Y eso, en el caso positivo de que verdaderamente se espera algo de nosotros.


Y yo, me estoy mirando al espejo, bueno, no sé si mirando, o estoy frente al espejo intentando adivinar mi futuro, que lo sé, o con ganas de romper el espejo, que quizás es lo que nos impide ver el presente futuro.


Hace poco oí un estudio de esos que hace alguna universidad, cuando tiene recursos económicos boyantes, y se comprobaba que era más fácil que tus allegados supieran realmente cuánto tiempo ibas a vivir, por tu tipo de vida, que tú mismo. Y por una vez, en este caso de estudios sobre planteamientos cuando menos “curiosos”, sí estoy de acuerdo.


Y es que quizás, como se suele decir, los árboles, muchas veces, no nos dejan ver el bosque. Es el mismo caso de que nosotros somos “notarios” del deterioro (vejez) de la gente que nos rodea, pero de lo nuestro no nos enteramos.


Habrá que hacer de tripas corazón, y me voy a invitar a desayunar, en una especie de cita a ciegas para ver qué tal me llevo hoy, y así practicar lo de “vivir la vida peligrosamente”.



Ya para terminar, que no se me olvide que la próxima vez que ponga el despertador, le tengo que dar indicaciones para que me despierte …dentro de tres años, como mínimo. Y así resolver lo que podríamos denominar como el enigma del camaleón, y comprobar de qué color me he despertado.

*FOTO: DE LA RED

sábado, 5 de marzo de 2016

BANKSY, UNA INVITACIÓN A VOLAR



Es lo que tiene el que una agencia de noticias toque un tema, para que en unas pocas horas aparezca en multitud de periódicos. Ahora le ha ocurrido a Banksy, una vez más, y esa especie de noticia, rumor, suposición, charla de bar, o más concretamente, de pub inglés, en la que una vez más se ha llegado a la conclusión de quién es. Pero, quizás, para los no iniciados es mejor que rebobinemos.


Quién más, quién menos, ya habrá oído hablar alguna vez de Banksy, y de sus grafitis, u obras callejeras. Nunca se ha sabido a ciencia cierta quién es realmente.


Ahora es otra vez noticia porque un estudio elaborado por científicos británicos basado en técnicas, estadísticas concretamente, usadas por la policía para buscar criminales (éste es un detalle muy importante), sugiere que el misterioso artista callejero Banksy es, en realidad, un inglés de unos 42 años llamado Robin Gunningham, aunque esta identidad tampoco es nueva como ya veremos.


Investigadores, de la Queen Mary University, de Londres, han analizado más de 140 lugares en los que el grafitero ha dejado alguna de sus cotizadas obras, con las que los científicos crearon un mapa de “puntos calientes” o lugares por los que el artista (no hay que olvidar eso, y el tratamiento que presuntamente le están dando), se mueve regularmente. Comparando los datos obtenidos en ese “perfil geográfico” con la información pública disponible, comprobaron que varias direcciones relacionadas con Gunningham se repetían en muchas ocasiones, entre ellas un pub, un parque o un apartamento en Bristol.


No es la primera vez que las sospechas sobre la identidad del artista apuntan a Gunningham. Ya en 2008 el diario Daily Mail señaló que ese es el nombre que se esconde tras las pinturas hechas con espray, y que, eso es lo importante, están llenas de carga e intención política.


Un experto en Ciencias Criminales en la University College de Londres, Spencer Chainey, declaró ante la mismísima BBC, que la aplicación de esta técnica policial para identificar a Banksy es “legítima” (¿defendiéndose antes de ser acusados?), pero apuntó a que no cumple con los estándares habituales de las ciencias forenses, al no ser tenidos en cuenta factores como las fechas en las que se hicieron las pinturas.
Seamos sinceros, si ésto hubiera ocurrido en España, en el momento de desvelar que no cumple con los estándares habituales, hubiéramos clamado al cielo, mientras decíamos eso de:¡Vaya chapuza!


Está claro que hay muchas ganas de desmenuzar a Banksy, en una sociedad cada vez más controlada, cada cual con su número de identificación. Ya se sabe, y eso es muy importante, que al arte ayuda también a pensar, y a tener capacidad crítica... Y, si están empleando métodos policiales, ¿se puede equiparar  cualquier libertad individual con la de un criminal por estar fuera de los usos y costumbres?


Cualquier día, y como en una película de vaqueros, nos vamos a encontrar un cartel de "se busca" y dentro nos enteraremos que las musas, tan esquivas ellas, o el mismísimo Santa Claus, están en busca y captura.


Todo tiene que ser procesado y comprendido, tasado y bendecido bajo la lupa de la ley. Y Banksy utiliza su arte urbano callejero para promover visiones distintas a las de los grandes medios de comunicación. Esta intención política, en su día se dijo que pudiera estar influida por los Ad Jammers (movimiento que deformaba imágenes de anuncios publicitarios para cambiar el mensaje).


Todo lo que se sabe sobre Banksy, en realidad es como si estuviera cogido con alfileres, de manera provisional, hoy se dice ésto y mañana, quizás, lo opuesto. Pero Banksy también trabaja cobrando para organizaciones como Greenpeace y para empresas como Puma y MTV


Ha vendido cuadros hasta por 25.000 libras en circuitos comerciales. Un juego de obras de Banksy se vendió en Sotheby's por 50.400 libras, lo que le llevó a ser acusado de "venderse", por otros artistas y activistas. Por otro lado, y ésto es cosecha propia de este vecino del mundo, si no se supiera que gana dinero como artista, también resultaría sospechoso, o más.


Hay varios temas recurrentes en la obra de Banksy: ratas, soldados orinando, policías, etc. El 22 de agosto de 2015 Bansky inauguró Dismaland, una instalación temporal a modo de parque temático erigido en colaboración con 58 artistas elegidos personalmente por el autor.
Fue durante menos de dos meses, un parque de atracciones creado por el artista británico, y ubicado en el complejo Weston-super-mare en Somerset, Inglaterra.  Banksy lo describió como un "parque temático inadecuado para niños", en claro contraste al mundialmente conocido del Señor Disney.

Siempre denuncia hechos (quizás lo que más duele de él), lo último un mural en una pared frente a la embajada francesa en Londres en el que se denuncia el uso de gas lacrimógeno en un campo de refugiados cerca de Calais, en Francia, mediante un retrato de Cosette, una de las protagonistas de la obra "Los Miserables".


De todo lo anterior, y quizás de lo que no se dice, pudiéramos pensar que no convienen las leyendas, ni esos seres fantásticos, como el mismísimo Superman, u otros más de andar por casa, como un Zorro, por lo que pueden tener de "vengadores", y que tienden a idealizarse. 


Aunque un Mahatma Gandhi trascienda a través de sus ideas, ésto siempre necesita tiempo, bastante tiempo, y ahora vivimos el día a día. Un perfil como el de Gandhi, pudo ser pisoteado porque, en cierta manera, estaba controlado,  pero un Banksy, o una especie de franquicias de Banksy apareciendo aquí y allí, sin aparente orden ni control, daría alas a la Utopía, y conviene que la gente no aprenda a volar, y mucho menos que se dé cuenta de que volar con la imaginación es posible.


*FOTO: DE LA RED





miércoles, 2 de diciembre de 2015

LOAS A UNO MISMO Y NOTICIAS SIN OJERAS


No me gusta el autobombo, nunca me ha gustado, pero lo de hoy de la Cadena Ser, y cada vez que sale “El estudio general de medios”, es como para cortarse las venas.

Me he imaginado a los locutores, porque por supuesto semejante noticia, no la podía dar uno solo, dándose besos en las manos y repartiéndoselos por las diferentes partes de sus cuerpos, en esos momentos seguro que prestos al orgasmo. De todas maneras, para las próximas veces este vecino del mundo recomienda que ya en lugar de dos locutores, pasen la información directamente, por ejemplo, al Orfeón Donostiarra y durante unos diez minutos nos deleiten con una multi-orgasmica banda sonora a PRISA.

Es que hay ciertas cosas que a este vecino le dan vergüenza ajena, como esas loas a uno mismo. Me declaro escuchante de esa cadena, y de la primera de Radio Nacional, según qué programa sea, pero hay cosas que me siguen rechinando cada vez que ocurren, y esto del autobombo a la hora de leer cifras es una de ellas, porque todos sabemos que hay maneras y maneras de enfocar cualquier noticia, como ocurre en una noche electoral, que preguntemos a quien preguntemos: todos han ganado.

Otro asunto es, por ejemplo, esa manía que tienen, la Cadena SER, y por supuesto, los otros medios de comunicación, de enviar a sus estrellas, como dicen ellos, allí donde ocurre la noticia. Porque, aún sin quererlo, están repartiendo estrellato a las noticias, o noticias de primero o de segunda. Mientras, seguro que el currela de siempre, otro que seguro que también tiene su carrera de periodismo, suponiendo que la estrella del programa sea periodista (y no va a ser este vecino del mundo quien haga distingos, sino que son ellos mismos quienes hablan un día sí y otro también de los advenedizos) se ha levantado a altas horas de la madrugada, eso si ha dormido, y los focos, como siempre, van a su jefe, o jefa, que seguro que está más descansado. Parece que la noticia debe de ser fidedigna pero nunca debe de tener ojeras. 

En realidad siempre he pensado que la figura de turno al acudir al lugar de la noticia se está haciendo una especie de "selfie" y, por supuesto, ya la noticia es él, o ella, allí.

Últimamente se está dando mucho eso de (y hablo de la radio, pero en los demás medios también ocurre) el locutor/presentador guía, que mientras pregunta a alguien, mediante exclamaciones, primeros planos si es televisión, o apostillas varias, va dejando huella de su opinión.

Este vecino del mundo considera que hay momentos para todo, y que si estás entrevistando a alguien, esa persona es quien debe de tener el protagonismo, y no la calificación codificada o no, que el comentarista estrella nos envía en todo momento. Tiempo tendrán de dar su parecer en un programa en el que ellos son los sumos sacerdotes.


Por cierto, y ya para terminar, esa manía que ha dado a alguna estrella, en este caso televisiva, de que cada vez que está preguntando, lo hace con una cara y tono tan agresivos, que te los imaginas dando descargas eléctricas al  entrevistado. Una cosa es intentar que éste no evada las preguntas, y otra restregarlas por su morro, como quien estampa una tarta de nata, al más puro cine slapstick de los años veinte. Lo importante nunca debería de ser la pregunta, sino en todo caso, la respuesta.

*FOTO: DE LA RED

martes, 7 de abril de 2015

BASÁNDONOS EN LAS CIFRAS



Un día sí y el otro también nos despertamos, o mejor nos despiertan, con cifras. Ayer fueron las del paro. A destacar el detalle de que Euskadi es la única autonomía en la que ha subido el paro. Con lo propensos que solemos ser a mirarnos el ombligo, qué diremos ahora sobre el espíritu emprendedor vasco. Mejor no preguntar, porque al final como siempre la culpa la tendrá el consumidor; en este caso, el sufridor, el currito de siempre, que seguro que ahora dirán de él que no quiere trabajar…

Hoy, olvidadas ya las cifras del paro, por aquello del muerto al hoyo y el vivo a donde le dejen, nos aseguran que según un estudio las personas que realizan una actividad intensa (hacen running, aeróbicos o tenis de competición) durante el 30% de su entrenamiento semanal, tienen una tasa de mortandad del 9 al 13% más baja que los que hacen ejercicio moderado.

El estudio al parecer se ha realizado, durante más de seis años, por investigadores australianos, y basado en la experiencia de más de 200.000 adultos de más de 45 años. 

A este vecino del mundo lo que más le gusta del estudio realizado, por un tal Klaus Gebel del Centro para la prevención de enfermedades crónicas de la universidad James Cook, es cómo termina su estudio. Según las propias palabras  del investigador: -Quienes tienen alguna limitación médica, ancianos en general y los que nunca realizaron una actividad física intensa o ejercicio, siempre es importante consultar a un médico.

El mecanismo del cerebro humano es todo un misterio, y este vecino del mundo, tras el citado estudio, se ha acordado de aquellas palabras que oyó una vez sobre la etnia gitana, no sé hasta qué punto verdaderas, y que decía que era costumbre a sus recién nacidos darles sopa de ajo. Que les hacía más fuertes y les daba una especie de inmunidad  a muchas enfermedades.  Y en su momento llegué a la misma conclusión que he llegado ahora, tras el citado estudio: Al que sobrevive, en este caso al ejercicio intenso, en el anterior a la misma sopa de ajo.

De todas maneras, en el caso del estudio australiano me hubiera gustado saber también cómo calculan lo que hubiera vivido la gente sin hacer ese ejercicio tan fuerte.

Al final, con este estudio ocurre como con muchos gobiernos, dictan una norma, o una ley, y después si las cosas van mal, ellos en lugar de envainársela te dicen que la culpa es tuya. En este caso por no haber ido previamente al médico, en el caso de algún gobierno que conocemos, por haber vivido por encima de nuestras posibilidades.

Tengo un amigo, Josetxu, trabaja con el ganado de su caserío, y es un filósofo nato. La base de toda su ideología es: -Si no es macho, es hembra.

Al final nos van a hacer odiar hasta a los gimnasios, incluso a los bares que tienen esos gimnasios…

*FOTO: DE LA RED


miércoles, 1 de abril de 2015

SEGÚN UN ESTUDIO...




Siempre me han atraído todas esas noticias que comienzan por “según un estudio de la Universidad de…” porque en realidad, y salvando las distancias, claro, viene a ser como “saben aquel de dos de Lepe que van…”, estás seguro de que al final te vas a reír.

Por todas esas noticias de estudios y universidades, es fácil llegar a tres conclusiones:
En primer lugar que no en todos los países hay recortes, porque para subvencionar esos estudios cuando menos “tan originales”, significa que todo lo demás ya ha sido subvencionado en ese país, y aun así todavía  queda dinero.
En segundo lugar que hay gente, en este caso científicos y gente altamente preparada, que tienen mucho tiempo libre y a su vez están más bien aburridos.
Y en tercer lugar, pero no menos importante, que la capacidad que tiene el hombre, y la mujer naturalmente, para hacerse preguntas es infinita.

Así por ejemplo, y ojeando casos no necesariamente recientes, según un estudio de la famosa Universidad de Yale, los 34 años es la edad perfecta para ser feliz. Estas mentes pensantes, al menos no está reflejado en el estudio, no comienzan por fijar qué es la felicidad, sino que ya directamente y por definición admiten que la felicidad existe y que si tienes 34 abriles, primaveras, o lo que sea, es más fácil que te encuentres con ella, aunque no la estés buscando. Y si uno puede pensar que la felicidad solo son momentos, al menos puede llegar también a la conclusión de que ese momento puede durar prácticamente trescientos sesenta y cinco días.

Puestos ya, podemos incluso añadir otro estudio de la famosa, también, Universidad estadounidense de Berkeley, El ser humano perfecto, a nivel genético, tendría que ser puertorriqueño, gracias a su mezcla de herencia española, africana y taína, según el estudio realizado por un biólogo, Lior Pachter, de la citada universidad. A todos nosotros nos viene de primeras dos claros ejemplos que corroborarían esta afirmación como son Jennifer López y Ricky Martin. El problema es, que el que quiera ver “fantasmas” o excepción en la regla también lo puede encontrar rápidamente en el caso del cantante, también de origen portorriqueño, Marc Anthony, que sobre lo de buen cantante no puede haber ninguna duda, e incluso que sea atractivo. Otra cosa ya sería proponerlo como prototipo de belleza.


Lo dicho, muchas veces tener mucho tiempo libre y lo que se viene a denominar “posibles” no es garantía para encontrar “la verdad”, suponiendo que ésta exista, pero no se puede negar que nos puede regalar momentos, cuando menos, divertidos. 

Este vecino del mundo ha de confesar que la mayoría de las veces cuando hablan de esos científicos tan sesudos, de tal o cual Universidad, se imagina la cara de Eugenio, el humorista ya desaparecido, y puede que se crea o no el estudio, pero lo que sí está claro es que el momento siempre es agradable, que en nuestros días no es poco.


*FOTO: DE LA RED

miércoles, 22 de octubre de 2014

UNA FOTO, UNA HISTORIA

¿Cuánto tiempo hace que no habéis vuelto a abrir un álbum de fotos? Y no me refiero a un archivo digital con fotos, miles de fotos, tomadas con el móvil o cualquier artilugio digital.
Abrir un álbum de esos de hojas gordas y negras separadas por el célebre e incomprendido papel cebolla que sirve de escaparate a los retazos de toda una vida, es en cierto modo someter a la vida a una especie de moviola en la que vuelven a pasar instantes de una vida ahora congelada.
Antes una foto no se sacaba todos los días. Era algo especial en un día especial. Ahora la mayoría de los niños tienen más fotos que una estrella de esas de Hollywood de los años cuarenta. Sin embargo, antes para sacarse una foto de toda la familia, en mi caso al menos, se hacía los domingos por la mañana, en un día y hora prefijado, en el estudio del fotógrafo de turno, y por supuesto que vestidos con las mejores galas y repeinados para la ocasión.
Es una sensación extraña el revivir retazos de una vida que aparentemente piensas que no hace falta hacerlo porque crees que lo tienes todo en tu cerebro, pero ver una foto de hace muchos años es algo más, es sacar la vida de contexto y verla desde otro ángulo, desde la cuarta pared que se diría en teatro. Es verte con los ojos que te veían los demás, porque tú nunca te ves como eres, sino como crees que eres, y ya se sabe que del dicho al hecho, pues eso, que hay un trecho.
Sonrisas sinceras en su momento, ahora simplemente congeladas. Escenas de una fiesta que ahora ya no recuerdas el por qué, un brazo entorno al hombro de un amigo que ya no está, él no está, la foto sí, maldita foto.
Creemos tener asentado en nuestro interior el paso del tiempo, pero una simple foto puede trastocarlo todo, incluso hacerte recordar, así, a la cara, sin anestesia, cómo eran en realidad las cosas, y no lo que has querido recordar.
Los recuerdos, nuestros recuerdos, siempre se pasan por el tamiz de nuestros sentimientos, lo que los jóvenes definirían como un “Photoshop” virtual, olvidando las arrugas y defectos de una vida, como todas, llena de luz y de sombras, descartando éstas, y ensalzando y modelando las luces, intentando, eso sí, que no nos cieguen.
Esta foto, la que traigo hoy, es de Febrero de 1979. ¡Casi nada! Un Londres en versión original del que poco a poco cada vez ibas entendiendo más, y dándote cuenta de que en todos los sitios cuecen habas, aunque parezcan más interesantes porque te lo cuentan en un idioma que no es el tuyo. Un Londres en el que para las cuatro de la tarde ya era de noche, y no podías distinguir si el frío de la soledad era más cruel que el otro, el atmosférico. Un Londres en el que no ejercías de "guiri" sino de emigrante disfrazado de estudiante de inglés.
De cabecera, un libro que me sirvió de guía: "Londres para turistas pobres". 
El mismo autor, Joaquín Merino, desgraciadamente ya desaparecido, también escribió otro libro titulado: "Londres para turistas ricos", pero si tienes dinero... ¿para qué necesitas un libro que te aconseje qué hacer? Lo descubres entre billete y billete. ¡Vamos! Es lo que este vecino haría si tuviera la oportunidad.
Una vida en la que te forjabas amigos, como siempre, para toda la vida, de los que desgraciadamente ya no sabes nada. Quedan unas fotos y recuerdos. Si tengo que ponerlos en una balanza, deseo que pesen más los recuerdos, aunque estén editados y oculten en cierta manera la verdad, porque es con los que tengo que convivir. Lo otro, las fotos, por mucho que griten la verdad, atrapadas en un libro, nadie nunca las escuchará, aunque las vean durante décimas de segundo.

FOTO: F.E.PEREZ RUIZ-POVEDA