Hoy, antes de nada, lo voy a decir de antemano para no
llevarnos a engaño y dejar las cosas claras desde un primer momento, el tema, o
los temas a tratar en este post no van a ser políticamente correctos.
Normalmente nunca lo son, pero la ironía siempre actúa a modo de vaselina para
que todo más o menos fluya. Esperemos que hoy también la ironía no deje tras de sí al menos ninguna mala cara, ningún mal gesto.
Dos décadas atrás, o incluso mejor antes, no había verano
sin Rodríguez. Los Rodríguez, o los maridos forzados por su trabajo, a
permanecer en la ciudad mientras la
familia estaba de vacaciones formaban una casta aparte. Bañados por la soledad
en lo cotidiano y perdidos en lo personal sin tener al lado a quien muchos acostumbraban a decir sus
últimas palabras "Sí, cariño", los Rodriguez gozaron incluso de un
cine arropado entre el "landismo" y actores-personajes coetáneos, Sin
olvidar tampoco a esas "novelas de tapas blandas" de lectura
especialmente veraniega tanto de Ángel Palomino como de Fernando Vizcaíno
Casas.
Ahora los Rodríguez ya solo son un viejo grupo musical, y
un recuerdo para los más que talluditos que pasan las vacaciones en solitario sin ya tener un clan a quien pertenecer y así ser tenidos en cuenta a modo de pedigrí.
Según un estudio reciente, este vecino se ha enterado hoy
aunque mentiría si dijera que le ha extrañado, para las mujeres los hombres
resultan atractivos sobre los cincuenta años. Sin embargo, para los hombres la
edad perfecta en la mujer, serían los dieciocho.
Ahora es el momento de tirar piedras contra mi propio
tejado, diciendo que si a los hombres
siempre les gusta, y generalizar tiene sus riesgos, todo tipo de aparatitos,
incluídas las televisiones, que sean lo último en tecnología, por aquello de
más prestaciones, la juventud en la mujer sería vista de la misma manera.
Muchas mujeres se pasan la vida intentando recibir
por
decirlo de alguna manera que no se aleje de la realidad, un reconocimiento de
la “parte contraria”, y visto por este vecino del mundo, quizás ahí esté su
gran fallo. Porque para reconocer, primero hay que verlo y tenerlo claro. Y el
hombre nunca ha tenido, no tenemos, nada claro. Como que nos pasamos la vida creyendo que
nosotros, en las relaciones, somos los que elegimos, y simplemente nos dejamos
llevar.
Este vecino del mundo estos días de verano, las cosas han
venido así, está solo, la Nuri, su sufrida no le ha podido acompañar, y fijaros
las ganas que tiene de visitas y de conocer a nueva gente, que hace mucho
tiempo que decidió no tener ni en la casa que utiliza en verano, ningún
electrodoméstico Balay, para evitar que vengan es@s trabajador@s, como en el anuncio, que más que
serviciales siempre los ha catalogado de pelín cotillas.
En España nunca se regala nada por nada, ni un delantal, ni siquiera una visita. Solo ver el anuncio de Balay le inquieta a este vecino más que un
paquete sospechoso a un miembro de la brigada de explosivos.
*FOTO: DE LA RED