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miércoles, 31 de marzo de 2021

DE PATADAS Y VACUNAS...


 Tengo un vecino que a partir de las diez u once de la noche, no importa que sea laborable o festivo, convierte su casa en un laboratorio de ruidos como menos. No se conforma con tirar las cosas al suelo, sino que, al menos por el ruido que origina, las quiere soldar.

Ayer, tras otro terremoto acústico vecinal, llegué a la conclusión de que si algún día reciben la visita de la policía practicando, lo que ahora parece que está de moda en Madrid, la famosa “patada en la puerta” y que los ya metiditos en años conocimos como la famosa, desgraciadamente, “Ley Corcuera”, el vecino de abajo, es decir este vecino del mundo, no va a notar la diferencia.

Por cierto, lo que son las cosas, la mayoría de políticos de su época pasaron para este vecino sin pena ni gloria, sin dejar huella. Pero José Luis Corcuera, entre su famosa patada, y que al menos según su leyenda, comenzó de electricista y llegó a Ministro del Interior, las arenas del olvido no han conseguido enterrarle.

Cambiando de tema…, ayer pasadas las seis de la tarde recibí un mensaje en el móvil diciéndome que tenía que coger cita para la vacuna.

Resumiendo: mañana sobre las tres de la tarde me vacunan. 

Por dos horas de diferencia, el cachondeo no es completo. Porque teniendo en cuenta que la cita es en Illumbe, la plaza de toros de Donosti, las cinco de la tarde hubiera sido la hora exacta para una buena faena de aliño con la AztraZeneca, que creo que es la que me toca. Y que me tiene muy mosqueado, por aquello de que la lotería no nos va a tocar, pero lo malo…

¡Que Dios reparta suerte!

*FOTO: DE LA RED

jueves, 11 de septiembre de 2014

"POLIVALENTE" ES LA PALABRA Y EL ESPÍRITU

Se acaba de hacer público que en el próximo Festival de Cine de San Sebastián, en su 62 ediciónFernando Bovaira, productor cinematográfico español, presidirá el jurado oficial. Lo singular de las designaciones es que el cineasta ucraniano Oleg Sentsov, que se encuentra en la cárcel en Moscú, ha sido nombrado jurado honorífico. No, él no aparecerá en ningún momento en el citado festival, obviamente no puede, pero así se consigue hacer una llamada de atención a la situación del cineasta y a los denominados presos políticos. Como vulgarmente se suele decir aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, o en nuestro caso el Urumea por la Bella Easo,  se utiliza el festival para algo más.
Bien pensado, en realidad, ese es el espíritu que suele impregnar casi todas las  decisiones en Donosti. Que la naturaleza nos dota de una isla, Santa Clara, pues no va a estar solo por estar y para las fotos, que ya no se necesita ni comprar rollos para luego revelarlos, pues se pone un faro.
Que a su lado tenemos un monte, Igueldo, se le van colocando unas cuantas villas, y no unas villas cualquiera, muy caras por cierto, porque eso da un cierto estatus, o el dinero da el estatus…¡Vaya usted a saber! Pero no acaba con eso, pues como mínimo se inaugura, bueno hace más de un siglo que se hizo, un parque de atracciones, y una maravilla más: el funicular.
Y desde entonces no hemos parado. El campo de futbol costó, muchas discusiones y mucho dinero, pero todo se arregló haciendo un campo polivalente, que valiera para todo tipo de deporte, y alguno diría que para ninguno. Y además, locales para reuniones de la federación deportiva correspondiente, oficinas, tienda, y casa de cultura. ¿Alguien da más?
Y puestos a espíritu polivalente, no podemos olvidar la Plaza de toros de Illumbe, que se usa también como pista de baloncesto y lugar de ubicación de espectáculos temporales.
Lo más importante, de todas maneras, es que con tanta polivalencia no se debe de olvidar el espíritu primigenio que llevó a forjar cada uno de los proyectos, y que con el Festival de Cine no ocurra como con la Plaza de toros, que se hace de todo menos para lo que fue proyectada.
¡Ah!, Claro, es verdad, lo de la plaza de toros donostiarra no es un olvido. Es verdad. Es una prohibición; del  verbo “prohibir”, que según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua (que limpia, brilla y da esplendor) significa: Vedar o impedir el uso o ejecución de algo. Y para este vecino, “vedar” e “impedir” cuando menos le sugiere que hay alguien que piensa y decide por él. Y en el más leve de los casos huele a otra época, en el que otros pensaban por él, y aquellos lodos…


*FOTO: DE LA RED