He tenido un fin de semana reivindicativo, reivindicativo
a mi manera, se entiende.
Llevaba una semana, más o menos, rumiando mis desdichas,
y como me conozco, tenía que soltarlas por algún lado, y así ha sido.
Todo comenzó a resultas de la entrega de los
Oscar de este año. Entre las nominadas a la mejor actriz se encontraba Sandra
Bullock por “Gravity”. Y este vecino que es, como ya lo sabéis,
cinéfilo hasta la medula, seguía la ceremonia a través de un programa sobre
cine, de la Cadena Ser, que le encanta, La Script. Vaya por delante
que este vecino no es especialmente fan de la Bullock, pero que tampoco tiene
nada en contra de ella, aunque debe reconocer que ha pasado muy buenos momentos
con sus películas. Y que hay que acordarse siempre de eso, de que es de bien nacidos...
Pues durante la ceremonia la mayoría de los comentaristas
de ese programa, pusieron a parir a esta actriz, diciendo de que no se le puede
comparar con otras nominadas en su terna, como por ejemplo, Judi Dench, Meryl
Streep y Cate Blanchett, que a la postre
fue la vencedora. Que “juega en otra liga diferente…”. Se extrañaban además de que fuera muy estimada
en los ambientes cultos de Hollywood. Y que si había protagonizado “Gravity”
era porque antes, otras famosas actrices habían rehusado a hacer ese papel, y porque cobró setenta millones de dólares.
Convendría recordar de que, por ejemplo, el papel de
Indiana Jones iba destinado a Tom Selleck, pero que a éste le coincidían dos
películas, y eligió la otra, en teoría de factura parecida, “La gran ruta hacia
China. Es de lo más normal este tipo de sucesos. Y con respecto a los setenta millones de dólares, las otras actrices hubieran cobrado lo mismo o más, aunque a nosotros nos parezca desorbitado, por ejemplo, todo lo que tenga más de cuatro ceros
Vaya por delante, que este vecino admira también a las
otras actrices mencionadas, pero que considera que un actor/actriz debe de ser
en su trabajo una herramienta al servicio del director, y que éste debe de saber
acoplar, en este caso, a la actriz en
cuestión en el engranaje de la película para que todo funcione. Y este sábado,
aprovechando que “Gravity” ha vuelto a las pantallas de cine, y en 3D,
abstenerse de ver la película por televisión porque pierde todo su sentido,
este vecino ha ido a verla, y la película es todo un espectáculo, porque va
más allá del concepto tradicional del séptimo arte. Teniendo en cuenta los
tiempos de crisis, todavía merece la pena gastarse los alrededor de nueve euros
que os cobrarán por ella. Y Sandra Bullock hace, como se espera de ella,
creíble su papel, a pesar de lo increíble de su peripecia.
Y ayer, domingo, para cerrar el círculo reivindicativo, este
vecino volvió a ver , esta vez en una de las cadenas privadas, “Un sueño posible”, basada en un hecho real, y
por la que Sandra Bullock recibió el Oscar a la Mejor Actriz Principal. Este
papel supuso un giro de 360 grados en la imagen de la actriz, y en el que está
impecable, más por lo que calla su personaje,
que por lo que dice. Resumiendo, una gran interpretación.
Este vecino sigue cabreado con las declaraciones en el
citado programa radiofónico, porque todo actor tiene un público que le respalda, y que merece el mayor de los respetos, y que Sandra Bullock, como dicho anteriormente, es una
herramienta para llevar a la realidad del cine y del teatro, un tipo de
personaje que también se da en nuestra vida diaria, y que merece tanto la pena
como cualquier otro.
Para este vecino, la Señora Bullock es el equivalente de
una Doris Day de los años cincuenta y sesenta, y como ella en su momento,
cuando menos, merece el más profundo de los respetos, al menos tanto como la “carrera”
de todos los que en ese programa la juzgaron tan ligeramente.
*FOTO: DE LA RED