¿Cómo vivir la vida? Es algo mental.
Hace un tiempo, más de diez años, a alguien le dio por
dar crédito a la mayoría de los españoles, y entró una fiebre enorme de tener
una segunda vivienda. O incluso vender la que se tenía para comprar una mejor.
No se tenía más dinero, el truco estaba en que la vivienda nueva te la pagaba
el que compraba la vivienda que dejabas, con lo cual el sobreprecio, o lo que
fuera aquello, era una cosa de locos.
Luego, vino el tiempo, alguien, entre las sombras de un
despacho bien “grandeeee”, con eco y todo, quiso que viniera, porque su mente,
su testosterona, y su codicia así lo quisieron, que llegara una época de vacas,
no flacas, sino paupérrimas, y además para que quedara claro que era nuestra
culpa, se dijo eso de que habíamos vivido por encima de nuestras posibilidades.
Ahora, alguien otra vez, quiere, así lo ha decidido, que la culpa de todo resida en los griegos. Hagan lo que hagan, aunque no lo hagan, la culpa es
suya.
Este vecino ya está harto de ver la vida como alguien
quiere que la veamos. Por eso, tras una siesta un tanto accidentada por algún sueño
rebelde y ahora escondido en el olvido, este vecino del mundo reconvertido en bloguero por
vocación, en blogger internacional de la soledad, ha decidido por sí mismo, y
no porque alguien en un despacho enormemente vacío lo ha decidido por él,
ponerse el mundo por montera y jugarse
el post de hoy a la ruleta rusa. Ha desconectado su ordenador de la red, y está
redactando su testamento diario sabiendo que, en cualquier momento, el destino
puede decidir por él y borrarse todo lo escrito, al quedarse sin batería.
Ver la vida es algo mental, y muchas veces, la mayoría,
en realidad no decidimos por nosotros mismos. Hace un tiempo se ha hablado de
ese humor negro, que ahora es tan corrosivo para nuestra moral, aunque previamente lo hubiéramos
defendido con uñas y dientes porque unos intransigentes se liaron a tiros por
las calles parisinas. Y hoy, se está dando el caso que se está insultando a Irene
Villa, la buena de Irene, otros intransigentes, porque, según unos cuantos, el concejal de Madrid
Guillermo Zapata se ha ido de rositas tras el auto del juez Santiago Pedraz, en
el que se archiva la querella presentada, porque ella, Irene Villa, declaró que
no se sentía ofendida. Y ahora, esos mismos intransigentes, quieren decidir que
se debería sentir ofendida, y por eso la ofenden por twitter. ¡Una cosa de
locos! Y es que en realidad siempre somos, y seremos, utilizados como arma
arrojadiza a un tercero.
Que sí, que cómo vivir la vida es algo mental. Por eso
este vecino ha decidido hoy liarse la
manta a la cabeza, y jugarse este post a la ruleta rusa como un kamikaze gritando: Varoufakissssssss.
Si leen este post habré sobrevivido, o no, porque no
estoy loco, sino sobrepasado por todo.
*FOTO: DE LA RED