En estos días que ya
nos estamos empachando otra vez con primer, segundo plato y postre del Señor
Urdangarín, de su socio, y de la empresa familiar Aizoon, para arriba y para abajo, solo
voy a hacer un comentario sobre algo que
por mucho que vaya pasando el tiempo y que nos hagan comulgar con ruedas de
molino, a este vecino no es que le altere, sino que le pone su tensión a tan
altas cotas que no hay alpinista de élite que haya coronado una cumbre que le
iguale.
En primer lugar hay
que dar por sentado que para todo abogado defensor es totalmente lícito emplear
cualquier tipo de artimañas para defender a su cliente. Otra cosa es que todo
la cúpula del gobierno de turno, y la fiscalía que en otros casos es más
quisquillosa que el propio juez en busca de pistas, nos diga que le parece
normal que la Infanta Cristina, que de hija de Rey, ha pasado a hermana de Rey, por ser “solo” la mujer de
Urdangarín no tenía por qué saber nada de los “chanchullos” de su
marido, y es que esa afirmación nos puede retrotraer a la figura de esposa de
los años cuarenta, cuando la mujer era un mueble del matrimonio, y el esposo
era el que en realidad pinchaba y cortaba.
Esa afirmación tiene el perfume caducado de una derecha que hasta se debería de sonrojar por una afirmación tan retrograda.
Toda una mujer, con
su carrera y su canesú, trabajando además, para más inri en una entidad
bancaria, la Caixa, y con nombre y firma en la empresa investigada, ahora denominada “de su marido”, quieren que nos creamos que
¿no se enteraba de nada?
En primer lugar si
eso fuera verdad, no queda como muy despierta y fiable a los ojos de los “jefazos” para quien se supone que trabaja, porque timarle durante años y no
darse ni cuenta…
Personalmente, La
Nuri, mi sufrida, no tiene estudios contables, ni lleva ardua vigilancia de la
gestión familiar, y eso sí al igual que la Infanta, está muy, muy enamorada, pero estoy seguro que si este vecino se gastara más de lo que
se supone que gana, en dos días, solo necesitaría dos días, para ser sometido a un juicio sumarísimo y a un despliegue
de preguntas, que lo de Colombo investigando y haciendo la última pregunta, esa
con la que siempre pillaba al malo de turno, quedaría en un juego de niños.
Este vecino no
comprende como ese tipo de entidades que velan por todo en España y todos los
colectivos feministas, no se ha echado las manos a la cabeza porque con la
descripción que se hace de la supuesta actuación de la Infanta, no es que quede
como simple mujer objeto, sino como “no oye, no piensa, no se entera”, y además
no debe de saber lo que cuestan las cosas, y en eso se incluye el Palacete de
Pedralbes, porque si uno gana “cuarenta” no se puede gastar por valor de “cuatro
mil”.
El problema de que
haya muchos listos con un discurso que no se sostiene a no ser por la
repetición en todas las fuentes de comunicación, es que para que haya un “listo”,
tiene que haber un “tonto”, y este
vecino no está dispuesto a declararse como tal para que se salve aunque
sea una dama, que aparte de la buena educación, en cierta manera sería un tanto machista por aquello de hacer diferencias en la "igualdad" de sexos.
En este país hemos visto
últimamente que cuando en la resolución de un juicio se declara un “NO CULPABLE”,
se vende por el involucrado y la gente allegada como un “INOCENTE”, y no es lo
mismo.
Como dice aquella
canción del mejor Serrat “harto de estar
harto, ya me cansé” y cuando una obra de teatro es mala, se pita y se
patalea hasta que se quite de la cartelera. Veremos este mal vodevil de una dama en apuros cuánto dura en cartel. Porque puestos a "contarnos cuentos" también se puede decir que los enanitos de Blancanieves al desfilar cantando decían: "Aizoon, Aizoon, a Suiza a descansar..."
*FOTO: DE LA RED
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