Cuando tienes en cuenta los minutos y los segundos en
cada cosa que haces, la vida, quizás, se puede convertir en un thriller, y
siempre he preferido las películas de amor, porque son las que mejores efectos
especiales ofrecen a tu corazón.
Esas películas en las que chico busca chica, y
además la encuentra. Y no solo eso, sino que ella le hace caso. Y además, ella
es guapa a rabiar, y lo mejor de todo, que no va desnucando a convecinos a su
paso, porque el único que se ha dado cuenta de lo guapa que es, como
se decía antes, es el “menda”,
Por cierto, el lenguaje es una de las características que
más inducen a pensar en los años que vas cumpliendo.
Quizás, la vida actual, de comida y todo rápido, de aquí
te pillo y aquí te mato, está diseñada para que no pensemos en el mañana, sino
en el ahora mismo. Porque quizás mirando las “cosas” con perspectiva se pueden
ir viendo la de hilvanes defectuosos que la vida tiene, y que no van a resistir
una segunda puesta.
De hecho, este mismo post, este mismo artículo, está
hecho con mucho tiempo, y sobre todo con mucho silencio, ese mismo silencio que
impide que una voz en off ahora mismo nos esté hablando de esa Cataluña que se
quiere ir de España, o de ese Gobierno Central que está haciendo todo lo
posible para quedarse solo.
Habrá un mañana, y otras noticias inundarán las páginas de
esos periódicos que al final servirán para limpiar los traseros, es curioso, de
los que peor nivel de vida tienen, y que incluso, quizás, no sepan leer.
La vida actual está diseñada para que nuestro Pepito
Grillo, esa voz que todos los días al acostarnos nos dice lo bien o mal que nos
hemos portado, esté distraído con los demás Pepitos Grillos en un chat que
tienen que “alguien” ha diseñado en cualquier WhatsApp. Es lo que vendría a ser
el nuevo “Flautista de Hamelin”, que se lleva nuestros yo infantil, donde se
encontraría el germen de nuestra personalidad, y los cambia por
uno-más-del-redil.
¡Es curioso! De pequeños, muchas veces, al menos a lo de
mi “degeneración” nos castigaban a estar solos, cuando habíamos hecho una
posible trastada. Ahora es conveniente, muy conveniente, una cura de soledad, siempre un nombre de mujer al fondo, para saber quiénes somos y a dónde queremos ir. No confundir con a dónde nos
quieren llevar, que siempre es, no falla, al huerto. Nada que ver con el sexo, aunque muy posiblemente, si nos dejamos joder, nos joderán.
*FOTO: DE LA RED