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sábado, 27 de agosto de 2016

CAMPOS DE ESPAÑA



Lo de los documentales de Las Campos (María Teresa y Terelu) en realidad es una vuelta al pasado. Es una mezcla entre la pornografía de las películas en el landismoninguna, y un documental sobre las señoras que postulaban para  la Cruz Roja, pero sin cruz roja y muy demodé, eso sí con maquillaje, y mucho, en las arrugas y en las debilidades del programa.


En realidad, es más un documental sobre animales  a lo Rodríguez de la Fuente, pero sin la calidad, entre otras, de la fotografía y su banda sonora, en el que se describe los usos y costumbres de una subespecie humana, que juega con red. Porque la otra subespecie que les amenaza, y les podría atacar, y convertir el documental en un docudrama, está compuesta por nosotros mismos, pero con el inconveniente de que  hace tiempo que fuimos narcotizados y amaestrados por una serie de normas y deseos que desde hace mucho tiempo se nos han ido administrando convenientemente, y que no hemos sabido advertir…


Lo de este nuevo/viejo programa del Canal Alegre es en realidad un primerísimo primer plano al ombligo de unas de las trabajadoras, porque aunque las pinten como reinas, y manejen, se supone, mucho dinero, eso son en realidad, esclavas, de esa fábrica de tele-realidad en el que nosotros los espectadores les lameremos sus suciedades, y ellas, y el ente, sobre todo el ente, cobrarán por ello. Y a nosotros, cegados por el cutre-glamour, nos harán olvidar el por qué tenemos la lengua fuera, haciéndonos creer que es por envidia.


Los derivados de Sálvame en cualquier momento van a acaparar toda la cadena, y el punto culminante será cuando sus informativos sean relatados y comentados por sus máximas estrellas.


Este vecino del mundo ya se imagina las noticias económicas comentadas por Doña Belén Esteban, y a la que siempre le quedará el recurso de echarle la culpa de todo a Toño Sanchís, como antes lo hizo con el torero de Ubrique, y el día que le intenten cerrar el chiringuito lo hará con la mano que le dio de comer…


Cuando se detecta un tumor, del calibre que sea, y no se toman medidas quirúrgicas, al final se adueña de todo. Esperemos que nunca, nunca, al Señor Paolo Vasile se le pase por la cabeza, que no se le pasará por todo el dinero que deben de ganar, el acabar con el monstruo que ha creado, porque a lo mejor entonces comprueba que ya es tarde, y el monstruo tiene vida propia, y ya no le necesita…

¿Alguna pena en todo esto?

Sinceramente, algún daño colateral, como el de Don Edmundo Arrocet, que siempre ha tenido todas mis simpatías.  Pero, bien pensado, si ha sabido sobrevivir, y muy bien, hasta ahora, sin duda lo seguirá haciendo. Quizás, su coincidencia de nombre con El Conde de Montecristo, sea, al final, más que eso.


Lo que queda claro es que este fenómeno es nacido, y yo diría que muerto, en España. No puede tener su traslado más allá de nuestras fronteras. Esos campos son netamente de España, y aunque no lo parezca, puede tener también mucho que ver con lo que ocurre en nuestra política, por aquello de dejarse llevar; y por una vez, los zombis no están en cualquier serie de televisión, sino mirando la mismísima caja, más tonta que nunca, y ya han atravesado la pantalla. ¡Así nos va!

*FOTO: DE LA RED

sábado, 7 de diciembre de 2013

GENERACIÓN "RODRIGUEZ DE LA FUENTE"

Este vecino es de la generación que se crió con los documentales de Felix Rodriguez de la Fuente, que nos hizo ver a los animales de carne y hueso y en su hábitat natural, alejándolos de los estereotipos de los cuentos con los que habíamos crecido, y que en realidad eran meros simbolismos de diferentes tipos de personas reinventadas en cuerpos de animales.Y es que al final, hay que tener presente, que los lobos no persiguen a niñas con cestas, o a abuelitas sabiondas,
Cuánto daño hizo, en mi niñez al menos, la expresión “Me lo ha dicho un pajarito”. Quizás fue el comienzo de la vida como reality, al estilo de “Gran Hermano”, en el que eras consciente de que estabas siendo observado las veinticuatro horas del día.
Estoy seguro de que en la base, en su ADN, de más de un cazador está el deseo de cargarse a aquel pájaro o pájara que se chivó en su momento de que había faltado un día a clase porque prefirió ir a tirar piedras al río.
En cambio, lo de los ratones es también injusto. Porque existiendo el famoso ratoncito Pérez, ellos, los ratones, deberían de gozar de buena prensa, pero ésta solo se refiere a ese ratoncito en concreto, y los demás tienen que andar con mucho cuidado, especialmente a la hora de “catar” cualquier queso que encuentren abandonado…
Mediante el referido dicho, el pájaro queda marcado en realidad como el “Judas” de la naturaleza, como aquel que te va a vender a las primeras de cambio, y como tapadera de todo cobarde que va con cotilleos, pero que quiere seguir gozando de inmunidad creditícea. Y es que siempre será peor visto, el pájaro de mal agüero que ese vecino tuyo que todo lo “pía”. 
Ya lo dijo Martin Luther King: Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces; pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos.