Este vecino es de la generación que se crió con los
documentales de Felix Rodriguez de la Fuente, que nos hizo ver a los animales de carne y hueso y en su hábitat natural,
alejándolos de los estereotipos de los cuentos con los que habíamos crecido, y
que en realidad eran meros simbolismos de diferentes tipos de personas reinventadas
en cuerpos de animales.Y es que al final, hay que tener presente, que los
lobos no persiguen a niñas con cestas, o a abuelitas sabiondas,
Cuánto daño hizo, en mi niñez al menos, la expresión “Me lo
ha dicho un pajarito”. Quizás fue el comienzo de la vida como reality,
al estilo de “Gran Hermano”, en el que eras consciente de que estabas
siendo observado las veinticuatro horas del día.
Estoy seguro de que en la base, en su ADN, de más de un
cazador está el deseo de cargarse a aquel pájaro o pájara que se chivó en su
momento de que había faltado un día a clase porque prefirió ir a tirar piedras
al río.
En cambio, lo de los ratones es también injusto. Porque existiendo
el famoso ratoncito Pérez, ellos, los ratones, deberían de gozar de buena
prensa, pero ésta solo se refiere a ese ratoncito en concreto, y los demás
tienen que andar con mucho cuidado, especialmente a la hora de “catar” cualquier
queso que encuentren abandonado…
Mediante el referido dicho, el pájaro queda marcado en
realidad como el “Judas” de la naturaleza, como aquel que te va a vender a las
primeras de cambio, y como tapadera de todo cobarde que va con cotilleos, pero
que quiere seguir gozando de inmunidad creditícea. Y es que siempre será peor
visto, el pájaro de mal agüero que ese vecino tuyo que todo lo “pía”.
Ya lo dijo Martin Luther King: Hemos
aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces; pero no hemos
aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos.