Ayer tras enterarme, por
esas noticias que están en los recovecos de los periódicos digitales, de que Luis
Eduardo Aute está tristemente en coma, recordaba que él siempre ha sido uno de mis
referentes, incluso cuando esa palabra, “referente”, no se utilizaba.
Y luego, este vecino con sus pensamientos siempre tiende
a empeorar su entorno, me dio por pensar en los referentes que los jóvenes
tienen ahora. Y si el futuro fuera el cielo de una ciudad, se tornó el más
negro que pueda haber, de la ciudad más industrial en su día más
arduo de trabajo.
Para los que rompíamos el
huevo de la niñez a finales de los sesenta, principios de los setenta, nos interesaban las personas que luchaban por mejorar nuestro entorno (hay que recordar que
todavía Franco y los suyos marcaban nuestra ley). Admirábamos a artistas,
cantantes y actores, que claramente se
decantaban por buscar e intentar atrapar la utopía. Nos interesaba conseguir una
vida mejor, pero no necesariamente en dinero, sino en cuestión de derechos; triunfaban los llamados "cantante protesta", y era por algo
Ahora, y por lo que veo en
la juventud, sus referentes son deportistas triunfadores, no en la “ejecución
de su trabajo”, con sangre, sudor y lágrimas, sino en su Paraíso conseguido.
¡Ojo! Este vecino del mundo no discute que se lo merezcan, por lo que generan
de negocio, sino la imagen que se utiliza de ellos.
Sin ir más lejos, en pleno
eclosión de medallas para-olímpicas, dos de los periódicos deportivos más
influyentes de este país se decantaban ayer, domingo, por una foto de Cristiano
Ronaldo con su hijo disfrazados, disfrutando de una barbacoa con su equipo.
Y no nos engañemos, esos dos
periódicos, y más, conocen muy bien los gustos de sus lectores, y no optaron por ofrecer la imagen de una estrella deportiva sudorosa y con gesto de dolor durante su
esfuerzo realizado.
Ahora, seamos realistas, se busca el triunfo fácil. Y para muchos
jóvenes de ahora, triunfo significa dinero, fama y mujeres (lo mismo pero con
hombres, si hablamos de ellas).
Y eso del esfuerzo, quizás, para muchos de ellos, es mejor bailar en una pista de una discoteca mientras intentas ligar a ser
posible con una famosa, y si ha estado antes con otro famoso, muchísimo mejor.
Luego, ya se intentará aparecer en algún reality de la Cadena Alegre, en la que
todavía los no famosos, se puede comprobar una y otra vez, ya se conocen de
antemano por haber recorrido las mismas aulas en la Universidad de la vida.
Siempre recuerdo las palabras de uno de mis profesores: La vida nos da alas de mariposa para volar y conseguir nuestras metas, pero la misma vida te las va recortando. El problema viene, cuando con las alas intactas, coges una dirección equivocada, y al quedarte sin ellas, al cabo de los años, el lugar en el que caes, se supone que para siempre, dista mucho de ser aquel que deseabas; e incluso con el juicio que dan los años, ya no lo deseas.
Quizás, lo más adecuado, será ir escribiendo una plegaria por todos nosotros; por aquello de que más sabe el diablo por viejo, que por diablo, y lo que viene...
*FOTO: DE LA RED