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lunes, 16 de enero de 2017

LOS GOBERNANTES DE MENTES


En el #diainternacionaldelacroqueta me da ganas de revindicar lo bueno que están las rabas, y si es en bocata, mejor, que mejor.

Lo anterior es un tweet que le ha salido del alma a este vecino del mundo, al enterarse de que era, es todavía, el "día internacional de la croqueta", momentos antes de que un algo interior, le motivara a escribir este post, y que quizás sea uno de los últimos vestigios, o  rasgos, que todavía lleva dentro de aquel joven protestón de los primeros años de la Democracia, en aquel famoso “contra Franco vivíamos mejor”.

Y es que cada uno puede ver la vida como quiera, pero algunas veces es muy evidente eso de que nos quieren gobernar, incluso en cualquiera de nuestros movimientos, con “mando a distancia”, y que nuestros pensamientos se muevan sólo por el terreno que los gobernantes de mentes quieran que nos movamos, una especie de alienación más o menos encubierta.  

Este vecino del mundo, si algo ha tenido claro siempre, es que la libertad se debe de practicar desde el pensamiento, y hacer lo que su “yo interior” verdaderamente le pide, porque ve, y quiere practicar su vida a su manera, siempre, claro está, y requisito indispensable, no altere la de los demás.

Nunca ha entendido este vecino, esas ganas de aparentar querer lo que se lleva “de moda” y no me refiero a artículos materiales, sino clichés de maneras de vivir. Y de que, por ejemplo, y soy consciente de que me puedo meter en un jardín, de que se defienda la vida de los animales, incluso por encima de la importancia de los seres humanos que te rodean. Como en el caso del niño taurino, que parece ser, para más de uno, su vida valía menos que la de los toros a los que defendía.

Si algo tiene de bueno, y nunca me arrepentiré, el llevar un blog, y ya van para más de seis años (http://patxipe.blogspot.com.es/2016/08/otra-tarta-mas-y-su-significado.html), es que uno tiene la punta de su curiosidad siempre afilada, a la búsqueda del “tema del día”, en cualquier curva de su actividad diaria. Y hoy, el detalle de la croqueta, le ha llegado al alma a este vecino. Porque, entre otras cosas, y que no me pregunten por qué, porque no lo sé, llevo varios días añorando aquellas sopas de ajo, que comía en mi juventud, como herencia, plato muy barato y rico, de los años de la postguerra que vivieron mis padres.

Y lo mismo que me ha salido el tweet revindicando los calamares, tranquilamente podía haber pergeñado otro, revindicando la añorada sopa de ajo, y que cualquier día me la volveré hacer. Es más, se la dedicaré a modo honoris causa, en la intimidad de mi hogar, a Victoria Beckham, por aquellas declaraciones, que luego negó haberlas hecho, en las que decía que “España huele a ajo”. ¿Y qué pasa, si hubiera sido verdad?


Ya para terminar, y recordando a la Señora Becham y a los que intentan dirigir nuestros gustos y disgustos, daremos la receta de la sopa de ajos: ¡Ajo y agua! (Y pan duro, naturalmente)…

*FOTO: DE LA RED

lunes, 12 de septiembre de 2016

EL FUTURO DE UNAS ALAS CORTADAS ...



Ayer tras enterarme, por esas noticias que están en los recovecos de los periódicos digitales, de que Luis Eduardo Aute está tristemente en coma, recordaba que él siempre ha sido uno de mis referentes, incluso cuando esa palabra, “referente”, no se utilizaba.


Y luego, este vecino con sus pensamientos siempre tiende a empeorar su entorno, me dio por pensar en los referentes que los jóvenes tienen ahora. Y si el futuro fuera el cielo de una ciudad, se tornó el más negro que pueda haber, de la ciudad más industrial en su día más arduo de trabajo.


Para los que rompíamos el huevo de la niñez a finales de los sesenta, principios de los setenta, nos interesaban las personas que luchaban por mejorar nuestro entorno (hay que recordar que todavía Franco y los suyos marcaban nuestra ley). Admirábamos a artistas, cantantes y actores,  que claramente se decantaban por buscar e intentar atrapar la utopía. Nos interesaba conseguir una vida mejor, pero no necesariamente en dinero, sino en cuestión de derechos; triunfaban los llamados "cantante protesta", y era por algo


Ahora, y por lo que veo en la juventud, sus referentes son deportistas triunfadores, no en la “ejecución de su trabajo”, con sangre, sudor y lágrimas, sino en su Paraíso conseguido. ¡Ojo! Este vecino del mundo no discute que se lo merezcan, por lo que generan de negocio, sino la imagen que se utiliza de ellos. 


Sin ir más lejos, en pleno eclosión de medallas para-olímpicas, dos de los periódicos deportivos más influyentes de este país se decantaban ayer, domingo, por una foto de Cristiano Ronaldo con su hijo disfrazados, disfrutando de una barbacoa con su equipo.


Y no nos engañemos, esos dos periódicos, y más, conocen muy bien los gustos de sus lectores, y no optaron por ofrecer la imagen de una estrella deportiva sudorosa y con gesto de dolor durante su esfuerzo realizado. 


Ahora, seamos realistas, se busca el triunfo fácil. Y para muchos jóvenes de ahora, triunfo significa dinero, fama y mujeres (lo mismo pero con hombres, si hablamos de ellas).


Y eso del esfuerzo, quizás, para muchos de ellos, es mejor bailar en una pista de una discoteca mientras intentas ligar a ser posible con una famosa, y si ha estado antes con otro famoso, muchísimo mejor. Luego, ya se intentará aparecer en algún reality de la Cadena Alegre, en la que todavía los no famosos, se puede comprobar una y otra vez, ya se conocen de antemano por haber recorrido las mismas aulas en la Universidad de la vida


Siempre recuerdo las palabras de uno de mis profesores: La vida nos da alas de mariposa para volar y conseguir nuestras metas, pero la misma vida te las va recortando. El problema viene, cuando con las alas intactas, coges una dirección equivocada, y al quedarte sin ellas, al cabo de los años, el lugar en el que caes, se supone que para siempre, dista mucho de ser aquel que deseabas; e incluso con el juicio que dan los años, ya no lo deseas.


Quizás, lo más adecuado, será ir escribiendo una plegaria por todos nosotros; por aquello de que más sabe el diablo por viejo, que por diablo, y lo que viene...

*FOTO: DE LA RED


martes, 5 de abril de 2016

CHUS, ESPÉRANOS EN EL CIELO



Comenzamos a estar muertos, y ésto no lo dice otro más que el propio vecino del mundo,  cuando tenemos más incentivos en la otra dimensión, si la hubiere, que en ésta. Y desde ayer estamos un poco más muertos.


El fallecimiento de Chus Lampreave, como todos la conocimos, nos deja un poco más solos, dependiendo de nuestras edades, sin esa otra tía, o abuela, que en algún momento todos hemos tenido la necesidad de sentir por y con ella.


Vaya por delante que este vecino no quiere hacer un estudio sobre su vida, obra o premios, sino apuntar a vuela pluma, los sentimientos que afloran, y muchos, al recordarla.


Su caso es curioso. Mucho más culta, las cosas como son, de lo que hubiéramos presumido al verla por primera vez, nunca pretendió ser actriz (estudió Bellas Artes), ni lo fue, y que se entienda ésto. Chus Lampreave, al menos desde nuestro punto de vista, siempre ha sido un personaje en sí misma, al que tanto los guionistas como los directores pensaban en ella para que apareciera en diferentes historias.


Siempre se ha dicho que sólo los niños y los borrachos dicen la verdad. Hubiera sido justo añadir, “…y Chus Lampreave”. Porque ella, y me niego a hablar en pasado, siempre suena a verdad. Por eso muchas de sus apariciones han sido auténticas bombas de relojería, por lo que pudiera decir por esa boquita, y sobre todo, cuándo. Dotando a sus frases, cualquiera que fueran, de un sentido totalmente surrealista.


Este vecino siempre recordará a esa portera de Don Pedro Almodóvar, que no podía decir mentiras porque era testigo de Jehová, y ellos no pueden decirlas. O esa mujer, de “Espérame en el cielo”, de Antonio Mercero, que iba al cine para buscar en el “No-do” a su marido, como doble de Franco, y que cada vez que aparecía el entonces “generalísimo”, ella le decía: “Yo, también”.


Doña Chus Lampreave, ha sido, y por siempre será, una de las “Ñ” de nuestro cine; eso que nos diferencia del cine americano, y lo hace inequívocamente español, con sabor a cocido, o a alubias, pero nunca con aroma al “Actors Studio”, ni le hacía falta.



Chus, espéranos en el cielo. Nunca podremos olvidarte, ni queremos. Descansa en paz, y por favor, no le hagas preguntas incomodas a Dios, que te conocemos.


*FOTO: DE LA RED

sábado, 18 de julio de 2015

MARHUENDA, INDA, Y LOS GREMLINS




Lo que son las cosas, toda la vida teniendo por seguro mi heterosexualidad, y media hora viendo “La sexta noche” ha sido suficiente para cuestionármela. Y es que cada vez que veo tanto a Francisco Marhuenda como a Eduardo Inda, me entran unas tremendas ganas de besarles la boca, con muerdo incluido, más que nada para que se callen; el primero con esa tristeza y quejido perpetuo, y el segundo con esos aires mezcla de autosuficiencia y un continuo perdonar la vida de los que no han tenido la suerte de estar en su piel.

Siempre me he preguntado si estas personas, tan en contra de todo y de todos, tienen vida privada, pero hoy he llegado a la conclusión de que tanto el Señor Marhuenda como el Señor Inda deben de vivir en la misma tienda china de donde provenían los Gremlins. Estoy convencido de que las diversas productoras que les contratan van a esa tienda y les llevan directamente a los diversos coloquios.

De todas maneras, y con toda la mejor intención, sería aconsejable que antes de presentarlos en los programas, deberían de leer sus respectivos modos de uso, porque al igual que los Gremlins, este vecino está convencido que tanto Don Franciso Marhuenda como Don Eduardo Inda deben de tener algún modo de uso, que quiero creer por desconocimiento de los diversos productores, no se les trata como sería preferible, bien sea por darles de comer a horas no recomendadas, o incluso por no darles de comer. Y lo mismo debe de ocurrir con el agua, por darles de beber a partir de ciertas horas no aconsejables, el caso es que ya vienen cabreados de antemano.

Además, tienen ciertas fobias más que patentes. Y es que decir: “Podemos”, y especialmente el Señor Inda “pierde el norte”, lo que es más que curioso, teniendo en cuenta que él nació en Pamplona y debería de tener su norte bien definido. Por cierto, y siguiendo con la comparación de los Gremlins, “Podemos” les causa el mismo efecto que el agua a esos personajes peludos y orejones, parecen que les subdividen en diversos personajes con la característica en común de que todos ellos odian a la izquierda.

Quizás, y bien pensado, el posible miedo tanto de Marhuenda como de Inda a la gente de Podemos puede ser, a que sepan de que provienen de una cajita, como los Gremlins, y tienen temor a que un día se cierre su caja y nunca más se abra, por eso ellos intentan enterarse antes de dónde está, si existe, la caja de Podemos, para cerrarla para siempre. Y, en definitiva, ese puede ser el oscuro deseo  cada vez  que hablan del grupo del “coletas”.

Ya para terminar, sería aconsejable que tanto el Señor Marhuenda como Don Eduardo Inda, ocuparan programas en la misma franja horaria que esos de sexo explícito. 

Personalmente, alguna que otra vez que tenga la lívido extraviada, seguro que recurro a ellos. Lo de esta noche ha sido como rejuvenecer a mis dieciocho años, dicho sea de paso, a cuando Franco todavía vivía y era más fácil encontrar personas y personajes como los hoy comentados, y no, no me refiero a los Gremlins.


*FOTO: DE LA RED


sábado, 21 de marzo de 2015

LUTO POR UN RENACENTISTA EN VAQUEROS



Ya sabemos que una definición, quizás chabacana y muy manida, es que la vida es una película. Y en toda película no solo son importantes los actores principales, que en este caso somos cada uno de nosotros, sino que es conveniente rodearse de un buen elenco de actores secundarios. Y hoy, hace apenas unas horas, nos hemos enterado de que ha fallecido uno de esos actores secundarios de mi vida, y me imagino que de la mayoría, como ha sido Moncho Alpuente.

Para las nuevas generaciones ese nombre tristemente no significará nada, pero  para los nacidos, como es el caso de este vecino del mundo, hacia mediados o finales de los cincuenta, Moncho Alpuente tiene un significado de nuevos aires, de cambios, de otra mirada, más moderna, nunca mirando hacia atrás. Unos fotogramas en color en una película, otra vez, en blanco y negro.

Se suele decir que quien mucho abarca, poco aprieta, pero en el caso del Señor Alpuente (periodista, escritor, cantante, compositor, y con recorrido tanto en radio como en televisión, incluyendo la dirección de un capítulo de una serie) debe de ser la excepción de la regla. Es una persona que ha sabido evolucionar de acuerdo a la época que le ha tocado vivir, cosa que quizás aprendió al mismo tiempo que, en su juventud, tenía que torear a una censura muy estricta. Si alguien me pidiera una definición de Moncho Alpuente, este vecino del mundo lo tiene no claro, sino nítido: un hombre renacentista en pantalones vaqueros, que puede ser confundido con un aprendiz.

Lo importante del Señor Alpuente será por siempre, su manera de decir las cosas, con cercanía y quitándole siempre la aureola de lo culto para dárselo al pueblo. Muchos estarán diciendo en estos momentos que ha muerto un humorista. Pero el Señor Alpuente ha sido más que eso, una especie de filósofo en zapatillas, que ha sabido contar y argumentar su manera de ver la vida, con humor, tanto en verso como en prosa. Prueba son las miles de columnas que habrá escrito en periódicos, hablando de “su” actualidad, y de varios libros entre los que se podría destacar, por nombrar uno, “Hablando francamente”, que es una especie de biografía, con acento netamente satírico, de Franco.


En la música siempre fue ingenioso hasta para ponerle nombre a sus grupos, desde el primero, “Las madres del cordero”, Desde Santurce a Bilbao blues band”, "Moncho Alpuente y los Kwai" y "The Moncho Alpuente Experience". Su gran éxito, e himno de los conductores de los setenta fue “El hombre del seiscientos”, con su grupo de ese momento “Desde Santurce a Bilbao blues band”.

Desde hoy, para sus seguidores al menos, la vida va a ser un poco más aburrida, y consecuentemente, más larga.

Descanse en paz el bueno de Moncho Alpuente, todo un renacentista camuflado de hombre corriente.


*FOTO: DE LA RED

miércoles, 5 de febrero de 2014

DÍAS DE CICLOGÉNESIS

Con dos palabras, “ciclogénesis explosiva”, flotando en el ambiente, amanece un nuevo día, en el que en una especie de duelo al sol, quien más quien menos tiene el gatillo de la precaución preparado, tras ver en los días anteriores la fuerza del mar, y que se ha ido, dejando en el aire la sensación de que volverá.    
Lo de la ciclogénesis da mucho miedo, especialmente porque nadie lo entiende. Son palabras tabús, como cuando en el régimen anterior querías referirte a Franco, y decías mil palabras diferentes como: Paco, chaparro, el pequeño,  en lugar de nombrarlo directamente.
Aunque este vecino, no sabe el por qué, al decir “ciclogénesis explosiva”, a él le ocurre algo curioso. Se imagina a la vecina del tercero, La Mari. Una cuarentona, rubia, todavía de buen ver, que ya nació separada. Lleva una buena porción de todo, siempre bien colocado y apretado. Con ropa negra, aunque no por luto, sino en un intento de que recuerdes “la etiqueta negra”.
Suelen ser muy divertidas las reuniones de vecinos, porque ella siempre llega tarde. Las malas lenguas dicen que es para que se le vea. Y los segundos, que parecen  minutos, entre que entra en la sala y escoge un asiento, se hacen tan tensos como cuando las olas chocan contra el puente del Kursaal. Es una especie de ruleta rusa en que nunca sabes a que vecino le va a tocar.
En esos momentos siempre suele haber un damnificado, y suele ser el varón, siempre es varón, que está a su lado, al que pregunta sobre  lo que ya se ha hablado mientras se acerca con su eterna sonrisa y le ofrece su cuello para que le cuente las novedades.
Eso es una verdadera “ciclogénesis explosiva”, y te puede ocurrir cualquier día, y en cualquier momento, porque lo mismo que la naturaleza nos puede sorprender sin avisar, nuestra propia naturaleza nos puede poner en un compromiso cuando bajamos nuestra alerta.

*FOTO: DE LA RED