En
el #diainternacionaldelacroqueta me da ganas de revindicar lo bueno que están
las rabas, y si es en bocata, mejor, que mejor.
Lo anterior es un tweet que le ha salido del alma a este
vecino del mundo, al enterarse de que era, es todavía, el "día internacional de la croqueta", momentos antes de que un algo interior, le motivara a
escribir este post, y que quizás sea uno de los últimos vestigios, o rasgos, que todavía lleva dentro de aquel
joven protestón de los primeros años de la Democracia, en aquel famoso “contra
Franco vivíamos mejor”.
Y es que cada uno puede ver la vida como quiera, pero
algunas veces es muy evidente eso de que nos quieren gobernar, incluso en
cualquiera de nuestros movimientos, con “mando a distancia”, y que nuestros
pensamientos se muevan sólo por el terreno que los gobernantes de mentes
quieran que nos movamos, una especie de alienación más o menos encubierta.
Este vecino del mundo, si algo ha tenido claro siempre,
es que la libertad se debe de practicar desde el pensamiento, y hacer lo que su
“yo interior” verdaderamente le pide, porque ve, y quiere practicar su vida a
su manera, siempre, claro está, y requisito indispensable, no altere la de los
demás.
Nunca ha entendido este vecino, esas ganas de aparentar
querer lo que se lleva “de moda” y no me refiero a artículos materiales, sino
clichés de maneras de vivir. Y de que, por ejemplo, y soy consciente de que me
puedo meter en un jardín, de que se defienda la vida de los animales, incluso por
encima de la importancia de los seres humanos que te rodean. Como en el caso
del niño taurino, que parece ser, para más de uno, su vida valía menos que la
de los toros a los que defendía.
Si algo tiene de bueno, y nunca me arrepentiré, el llevar
un blog, y ya van para más de seis años (http://patxipe.blogspot.com.es/2016/08/otra-tarta-mas-y-su-significado.html),
es que uno tiene la punta de su curiosidad siempre afilada, a la búsqueda del “tema
del día”, en cualquier curva de su actividad diaria. Y hoy, el detalle de la
croqueta, le ha llegado al alma a este vecino. Porque, entre otras cosas, y
que no me pregunten por qué, porque no lo sé, llevo varios días añorando
aquellas sopas de ajo, que comía en mi juventud, como herencia, plato muy
barato y rico, de los años de la postguerra que vivieron mis padres.
Y lo mismo que me ha salido el tweet revindicando los calamares,
tranquilamente podía haber pergeñado otro, revindicando la añorada sopa
de ajo, y que cualquier día me la volveré hacer. Es más, se la dedicaré
a modo honoris causa, en la intimidad de mi hogar, a Victoria Beckham, por
aquellas declaraciones, que luego negó haberlas hecho, en las que decía que “España
huele a ajo”. ¿Y qué pasa, si hubiera sido verdad?
Ya para terminar, y recordando a la Señora Becham y a los
que intentan dirigir nuestros gustos y disgustos, daremos la receta de la sopa
de ajos: ¡Ajo y agua! (Y pan duro, naturalmente)…
*FOTO: DE LA RED
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