Tengo un amigo tan pesimista, y con el convencimiento de que siempre van a
por él, en una especie de conspiración permanente, que se ha diseñado, y mandado
hacer, un felpudo de bienvenida a su casa que dice: “Sabemos a qué
vienes”. Está convencido de que con la verdad se va a cualquier parte, y él por
si acaso ya va advirtiendo…
Siguiendo la idea de mi amigo, estoy diseñando otra
alfombrilla, ésta para mí, con el siguiente mensaje: “Cuidado, pingüinos jugando”.
Nos han metido tanto miedo, durante días y días, con lo
del frío polar que uno ya se cree posible candidato a remedar, pero esta vez en la realidad, a uno de los personajes de la película “El día
de mañana”.
¡Ojo! Este vecino del mundo no duda de las predicciones, y de que es mejor advertir a los despistados, pero es que frío, frío, en algún momento tiene que venir, aunque esta vez, como el
caldo de gallina, venga concentrado..
Más frío me ha dejado la posición de la primera ministra
británica, Theresa May, que ha dicho, obviamente de otra manera, que como el balón es suyo , que se van de
Europa aplicando el “Brexit duro”, e ignorando al cuarenta y tantos por ciento,
que perdió la votación del año pasado, por aquello de que un mal día, David
Cameron, lo tiene cualquiera.
Es lo que suele pasar cuando los socios son incómodos y
se les permite desde el principio, además, unas prebendas que los demás no
tienen, y que cada vez que se cabrean porque las cosas no van como ellos
quieren, amenazan, como los niños malcriados, a dejar de respirar.
Me pregunto cómo harán, en adelante, los británicos que
quieran disfrutar de nuestras costas, e incluso seguir viviendo en ellas,
cuando, en dos años, más o menos, se supone que tenga efecto el abandono de la
Unión Europea. Ya les veo, y no me extrañaría, paseando por nuestros malecones,
o paseos marítimos, con dos o tres de su grupo llevando una especie de biombos
que les separen de los demás.
Aunque quienes verdaderamente conocen su manera de proceder,
cuando se trasladan a vivir a España, saben que crean verdaderas burbujas del Reino Unido,
con pubs (que no falten) incluidos, en las urbanizaciones de nuestro país.
Este
vecino del mundo no lo comenta desde el bien o el mal, sino desde el “es lo que
hay”, como dicen los modernos.
Se suele decir que la naturaleza es sabia. Por eso la
mayoría de los británicos son muy altos. ¿Que por qué? Muy sencillo, para que
puedan mirarnos desde su superioridad…
*FOTO: DE LA RED
TEXTO: F.E. PÉREZ RUIZ-POVEDA
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