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domingo, 8 de septiembre de 2013

AMOR Y HABAS

Llevo todo el día acordándome de Amor. Era una vecina nuestra, en Donosti. No diría que era muy querida, pero sí que no pasaba desapercibida. Todo aquel que en algún momento se cruzaba con ella, no la olvidaba nunca.
Siempre vestida de negro, este vecino piensa que ya había nacido viuda, y con una pequeña renta todos los meses. Al no tener que preocuparse por su día  a día, se volcaba en la comunidad, pero no para ayudar en los problemas, sino que ejercía más bien el concepto de Gran Hermano. No se le escapaba nada. Es más, este vecino del mundo ha llegado a plantearse que tenía poderes psíquicos, y antes de que alguien hiciera algo, Amor ya sabía lo que cada uno de nosotros pensaba.
No se perdía una reunión de vecinos. Se colocaba en primera fila. No aportaba ideas, solo veía las pegas de las ideas ajenas. Eso sí, siempre nos pasaba informes de cómo estaba la situación de  los portales 2 y 6, el anterior y el posterior al nuestro, echando en cara lo mucho que ellos habían conseguido para su comunidad.
Lo curioso del caso es que  cuando nosotros intentábamos hacer  lo mismo que ellos, si era el caso, Amor se oponía a todo, con lo cual había momentos en los que se contradecía, porque a lo mejor hace unos meses había mantenido un criterio, y ahora mantenía el opuesto. Este vecino  siempre pensó que Amor no hubiera desentonado entre los miembros del ayuntamiento donostiarra, entre los que era frecuente el mismo cambio de criterio, dependiendo de si eran del partido del alcalde en ese momento o no.
Todos os preguntareis de por qué me estoy acordando de Amor ahora. Pues muy sencillo; por todas las voces que se están alzando ahora, alegrándose de que la candidatura de Madrid, como sede olímpica, se haya quedado fuera, y más en la primera ronda.
Hay personas que nunca quieren participar aportando ideas, pero que siempre destrozan las de los demás.
Se ha calculado que si Madrid se hubiera llevado la sede para los Juegos Olímpicos del 2020, ese impacto hubiera supuesto lo mismo que una campaña publicitaria por un valor de más de setecientos millones de dólares, y eso, se mire como se mire, siempre es bueno.
Que en España hay una aguda crisis lo sabemos todos, y eso no va a cambiar  sin la adjudicación de los juegos, pero sí podía haberse contemplado una oportunidad con el triunfo en la candidatura.
Como se suele decir en el argot castizo, en todos los sitios cuecen habas, y Tokio y Estambul seguro que tienen las suyas, pero de cara al exterior han dado imagen de cohesión, y no como nosotros, que aunque somos moléculas de un mismo cuerpo, siempre nos repelemos. Y es que Amor, no solo es un nombre, también es un sentimiento.

*FOTO: DE LA RED