Llevo todo el día acordándome de Amor. Era una vecina
nuestra, en Donosti. No diría que era muy querida, pero sí que no pasaba
desapercibida. Todo aquel que en algún momento se cruzaba con ella, no la
olvidaba nunca.
Siempre vestida de negro, este vecino piensa que ya había
nacido viuda, y con una pequeña renta todos los meses. Al no tener que
preocuparse por su día a día, se volcaba en
la comunidad, pero no para ayudar en los problemas, sino que ejercía más bien
el concepto de Gran Hermano. No se le escapaba nada. Es más, este vecino del
mundo ha llegado a plantearse que tenía poderes psíquicos, y antes de que
alguien hiciera algo, Amor ya sabía lo que cada uno de nosotros pensaba.
No se perdía una reunión de vecinos. Se colocaba en
primera fila. No aportaba ideas, solo veía las pegas de las ideas ajenas.
Eso sí, siempre nos pasaba informes de cómo estaba la situación de los portales 2 y 6, el anterior y el
posterior al nuestro, echando en cara lo mucho que ellos habían conseguido para
su comunidad.
Lo curioso del caso es que cuando nosotros intentábamos hacer lo mismo que ellos, si era el caso, Amor se
oponía a todo, con lo cual había momentos en los que se contradecía, porque a
lo mejor hace unos meses había mantenido un criterio, y ahora mantenía el
opuesto. Este vecino siempre pensó que
Amor no hubiera desentonado entre los miembros del ayuntamiento donostiarra,
entre los que era frecuente el mismo cambio de criterio, dependiendo de si eran
del partido del alcalde en ese momento o no.
Todos os preguntareis de por qué me estoy acordando de
Amor ahora. Pues muy sencillo; por todas las voces que se están alzando ahora, alegrándose
de que la candidatura de Madrid, como sede olímpica, se haya quedado fuera, y más en la primera
ronda.
Hay personas que nunca quieren participar aportando
ideas, pero que siempre destrozan las de los demás.
Se ha calculado que si Madrid se hubiera llevado la sede
para los Juegos Olímpicos del 2020, ese impacto hubiera supuesto lo mismo que
una campaña publicitaria por un valor de más de setecientos millones de dólares,
y eso, se mire como se mire, siempre es bueno.
Que en España hay una aguda crisis lo sabemos todos, y
eso no va a cambiar sin la adjudicación
de los juegos, pero sí podía haberse contemplado una oportunidad con el triunfo
en la candidatura.
Como se suele decir en el argot castizo, en todos los
sitios cuecen habas, y Tokio y Estambul seguro que tienen las suyas, pero de
cara al exterior han dado imagen de cohesión, y no como nosotros, que aunque
somos moléculas de un mismo cuerpo, siempre nos repelemos. Y es que Amor, no
solo es un nombre, también es un sentimiento.
*FOTO: DE LA RED
muy bueno el artículo. zorionak. Andoni
ResponderEliminarMuchas gracias por tu opinión. Por cierto, conozco un Andoni, ¿no serás tú?
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