Estoy totalmente preocupado.
Debe de ser la primavera, pero a nuestros líderes políticos,
es un decir, les ha dado por mostrar ante sus seguidores la cornamenta para ver
quién la tiene más grande. Que si en MI AUTONOMÍA MANDO YO, Y SE MUERE, en el
peor de los casos, COMO YO DIGO. Y “la berrea” de este año va a ser, y nunca mejor
dicho, sonadísima.
Lo del coronavirus es una cosa
muy seria, porque por lo demás sería para reírse hasta descoyuntarse la quijada.
Los partidos políticos
españoles llevaban más de un mes bastante recogiditos, pero, ha sido mencionar la
desescalada, y para ellos, esos mismos partidos, ha sido “desescalada” igual a “casi
estamos bien” y han empezado sus caceroladas particulares sin balcón, y sin
vergüenza.
Los indepes se han vuelto a
poner la ropa, y maneras, de indepes, y han comenzado como los de derechas-casi
centro-casi-me-caigo-por-la-derecha-más-extrema, y los de izquierdas sin tocar
bola de poder, junto con todos los demás, están reivindicando que el balcón, y
el pedazo de fachada correspondiente es suyo, y de nadie más. Y se cortan el
pelo, el de todas partes, cuando les sale de ahí.
Al final, en el confinamiento
nos está salvando que cada uno puede programar su ocio televisivo prácticamente
según sus apetencias. Y este vecino se acaba de trajinar, incluso sexualmente,
una serie española que lleva poco tiempo puesta en la plataforma de Amazón Prime,y
que nadie la ha podido ver todavía en ningún canal televisivo.
Me refiero a Caronte, una gran
serie, thriller, de trece capítulos, y desde ya os puedo decir que, sin destripar nada, es
una serie que no te deja a medias, esperando para concluir la próxima temporada.
Y eso que a falta de tan sólo cinco minutos se te antojaba que te ibas a quedar
con una triste sensación de gatillazo. Y no es así.
Un reparto muy bien
equilibrado con un extraordinario Roberto Álamo, en la piel de un abogado,
novato pese a los años que tiene, porque antes fue poli y de los conflictivos además, al que lo único que nunca le podré perdonar
es ese anuncio de apuestas deportivas.
Carlos Hipólito en el papel del super-malo de turno, está también como
para darle un premio a nivel internacional. Eso que a este vecino del mundo no
es de los actores que más le gusten, y no me meto con su calidad actoral, que
es muy bueno siempre. Pero por razones de química, hay con quienes tienes más afinidad,
y éste no es el caso.
De lo mejor de la serie el uso
mismo que se hace de la palabra Caronte y su significado mitológico. No os la perdáis.
Por lo demás, seguimos en
estado de alarma, y con esa sensación de estar dentro de un laberinto, en el
que en cualquier momento nos puede fallar la orientación y las buenas
decisiones.
*FOTO: DE LA RED