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miércoles, 11 de abril de 2018

DESDE TUS OJOS, LETICIA



Hay días duros, como el de hoy, en el que un blogger, bloguero, o vecino del mundo tiene que obligarse a seguir vistiéndose por los pies, y no renunciar a sus principios, porque al contrario que Groucho Marx, no tiene otros, aunque tenga que replicar a Leticia Dolera, de quien opina que es una persona, y artista, muy interesante y luchadora en muchos campos; pero hay opiniones, vengan de donde vengan,  que se pueden convertir en obsesiones y ninguna obsesión es buena.

Se puede empezar luchando contra el machismo, que lo hay y mucho ahora mismo, y se puede acabar interviniendo la HISTORIA (así con mayúsculas) porque todo lo anterior visto con ojos del AHORA no resiste ni un minuto.

Lo mismo ocurrió hace un tiempo “luchando” contra el tabaco, que llevado al paroxismo quisieron hasta censurar las películas en las que se fumaba, con lo cual, y llámenme “tiquismiquis”, se hubiera acabado, entre otros, con toda la filmografía de Humphrey Bogart. O incluso, hubiera sido peor, acabar digitalmente con todo atisbo de tabaco en cada escena, con lo cual un actor apoyado en una barra sosteniendo un cigarro, cuando menos hubiera acabado, con ademanes pelín afectados. Eso, y sin mencionar, el dar besos al aire como substito de exhalar el humo.

La mayoría de las veces las cazas de cualquier tipo empiezan con obsesiones que se alimentan a través de nuestra mirada. Es muy probable que a una persona que lucha contra el machismo en todo, si le hacen el test de Rorschach, más conocido por el test de la manchas, se quejaría, quizás, porque todas las manchas vislumbran cuerpos de mujer desnudos.

Quizás, y sin el quizás, la lucha contra todo debería comenzar con uno mismo, y su entorno, enseñando a sus hijos, en igualdad de sexos y repartiendo todo tipo de tareas. Y ya se sabe, que hasta ahora al menos, el machismo lo han practicado en el hogar, las mismas amas de casa, enseñando unas tareas a la niña, y muchas veces nada al niño. Y es más, en muchos casos, dependiendo del trabajo de cada uno, la lucha por un ideal debería de comenzar negándose a hacer cosas que van en contra de sus principios por mucho que el guion lo exija.

No deberíamos empezar ahora buscando poemas machistas en temario escolar, porque seguro que los hay y los habrá, y con nombres muy importantes; más cuando luego luchamos por la libertad de pensamiento, de opinión y lo que sea, con el agravante de que no existe ningún sitio en el que expidan un documento en el que indique que todo lo que diga tal persona será acertado para la moral u opinión de otra. 

Un secreto: las grandes figuras, de lo que sea, también hacían, y hacen,  pis y cacas, y eso a pesar de hacerles imperfectos, también les hace… humanos.

Cualquier día, alguien, y si no al tiempo, dirá que una obra maestra, como el cuadro “Guernica” de Picasso, que está lleno de violencia, hay en él atisbos de violencia de género, y seguro que aportará pruebas, y se acabará con ese cuadro y con el arte que conlleva. 

Algunas veces dar pasos no significa que se avance, especialmente si el arte está como telón de fondo.

*FOTO: DE LA RED

domingo, 26 de marzo de 2017

COLOCÓN Y REFLEJOS DISONANTES



Hoy me ha ocurrido lo mismo que la primera vez que fui a casa borracho, sin darme cuenta; con la diferencia de que no ha tenido que ir ninguno de mis amigos a tocar el timbre y huir antes de que se abriera la puerta, con una madre, la mía, primero confusa  y después histérica, echando la culpa, claro está, a mi padre con esa declaración de: -Mira a tu hijo, cómo ha venido.

Esta vez no ha sido debido al alcohol ni a ninguno de esas hierbas que las carga el diablo o su camello.

Se avecinaba una tarde larga de encontrar el cuadro al óleo que se esconde en cada lienzo, al menos ese es el sentimiento que le invade a este vecino del mundo, cada vez que viendo que las musas se acercan, comienza a pintar. 

Y he echado mano de una colección de música latina y electro-latina, que un buen amigo, de vida intachable, al menos hasta hoy, me había recomendado. La verdad es que en ningún momento he comprobado, si en algún lugar, aunque sea medio oculto, había alguna advertencia, como ocurre en el tabaco, de que el escuchar música latina perjudica seriamente la salud, pero la verdad es que a media sesión, me he venido arriba, y los pinceles ya parecían tener vida propia. 
  Pasiones, más que amores, han inundado mis oídos con historias de machos alfas, y voces de jovencitas, al menos en apariencia, que en lugar de intentar rebajar un ambiente cada vez más caldeado, hacían más por llegar al clímax, que por rebajarlo.

Lleno de buena onda y lindando con lo chévere, he intentado que en varias ocasiones mi percepción artística no variara con respecto a lo que viene siendo habitual hasta ahora, evitando a las figuras anónimas que paseaban por la playa de mi cuadro, unos traseros con tendencia a la abundancia y a caer hacia arriba, y que pudieran dar pistas sobre la procedencia de sus propietarias...

En un momento dado, y que ha resultado ser el final, como el último bote de un vaso antes de romperse, al pasar La Nuri, mi sufrida, por delante, le he dado un cariñoso cachete en su trasero, mientras le guiñaba un ojo, y con acento picarón le decía:  "Ya tu sabes, mamita". 

De su respuesta, sólo he llegado a oír "Ya tu sabes...", pero con otra intención más cercana a degollarme que a alagarme, e interrumpido por una gran interferencia, motivado por un tortazo que seguro ha sido la madre, e incluso el padre, de todos los tortazos.

Si toda obra tiene su historia, e incluso su histeria, "Reflejos marinos" se disfraza más bien de reflejos disonantes... 


*ÓLEO: "REFLEJOS MARINOS".
 AUTOR: PATXIPE

domingo, 8 de mayo de 2016

VACIANDO EL LIMBO



Cualquiera que practique un arte, aunque sea simplemente como hobby, me entenderá cuando digo que hay momentos en que  a la obra en potencia, que tienes entre manos, no le ves salida, una terminación que te guste. 


Te has quedado atascado, te gusta lo que ves, pero no cómo terminarlo. Y como al menos a este vecino del mundo le gusta pintar varios cuadros a la vez, vas dando preferencia a otros, y ese, el de la indecisión, se va quedando en una especie de limbo.


Tanto en escribir como en pintar, de los cuales en ambos me considero como mero aprendiz, es muy importante  el saber dar algo por terminado. Y en el caso del  cuadro que acompaña a este texto, ha estado inacabado unos veinte años más o menos. Lo he tenido colgado en mi casa, y yo sólo sabía que estaba inacabado, y que tarde o temprano, él y yo, teníamos algo pendiente.


Que no me pregunte nadie por qué ha sido ahora el momento, porque no lo sé, pero hay algo que te lo indica, y estos días lo he sentido. Ha sido una sensación como que el cuadro (una vista general de las casas viejas, muchas de ellas ya no existen, al menos  con esa apariencia, junto al río Deva, en Elgóibar) tenía un candado que me impedía acceder a él. Y estos días, al parecer, he encontrado la llave, y he obtenido con su conclusión una sensación de tranquilidad, de deber cumplido, al mismo tiempo que he vaciado, y cerrado, ese limbo que una vez creé.


De todas las maneras, la sensación que he tenido con este cuadro durante todos estos años, ha sido cuando menos singular. Porque a este vecino del mundo, cuando termina algo, le ocurre incluso con los textos de este blog, que al volverlos a leer, o contemplarlos en el caso de los cuadros, al  cabo de un tiempo, no los siente para nada como suyos. Es una sensación, como ya he dicho, muy extraña, porque en muchos casos, recuerdo hasta el momento que los realicé, pero de ahí no pasa. Sin embargo, con este cuadro ha habido una especie de cordón umbilical no cortado.


Es curioso, porque ahora que lo pienso, cada vez que me paraba frente a él en la pared en que estaba colgado, en realidad tenía la sensación de que era él el que me ponía caras de interrogación y de esperanza.


Quizás, en el fondo, ha habido un exceso de responsabilidad mal entendida ante un paisaje de mi niñez que siempre me deslumbró. Tal vez ha sido como pintar un recuerdo; y ya se sabe, que los recuerdos conviene no "menearlos", porque siempre están bien como están, y quizás por eso los recordamos.



Los recuerdos siempre vienen con el Photoshop incorporado, para bien o para mal, es lo que hace que se quede fijo en tu mente, y no se pierda en el desierto del olvido.

*CUADRO: "ELGOIBAR, CASAS VIEJAS JUNTO AL RÍO", DE PATXIPE.