Mostrando entradas con la etiqueta duda. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta duda. Mostrar todas las entradas

viernes, 1 de septiembre de 2017

DE MENTIRAS Y FASCÍCULOS


¡Qué gran verdad es esa de que por la boca muere el pez!

Al final se aconsejaron los bolardos, y la CIA, bajo esa piel o disfrazada de algún otro ente cercano, filtró a los mossos que se estaba preparando un gran atentado en La Rambla. Y lo demás es intentar sembrar excusas, dudas, para que no se vea que “alguien”, como relataba Don Miguel Gila en sus monólogos de teléfono antiguo, no ha informado a “alguien”.

No se dan cuenta, y si se dan seguro que también les trae al pairo, que vestirse “de no sé, no me consta”, es disfrazarse de su, para ellos, enemigo, el partido opositor, fiel reflejo de un espejo que no les debe de gustar. Y darnos además a todos la sensación de que si mienten en eso, para echar balones fuera, pueden también mentir en todo. Como ese amigo que siempre te viene para poner a parir a todos los demás, y ya sabes, que cuando tú no estés, lo mismo hará contigo.

Es conocido, o al menos es una mentira que nos han repetido miles de veces hasta creérnosla, que un hombre solo puede hacer una cosa a un tiempo, y ... EL ... Gobierno Catalán está tan centrado en su independentismo que no tiene tiempo, ni quiere, repartir su atención en otros asuntos.

Termina, al menos desde el punto de vista de este vecino del mundo, uno de los grandes culebrones de este verano, originado tras el atentado yihadista a Las Ramblas; y el mundo se nos hace más y más pequeño al comprobar que estamos en manos de unos Señores a los que, tras el orgasmo del poder por el poder, la responsabilidad les quema.

Quizás todo ésto sea un buen epílogo para reencontrarnos con un Septiembre, que como cada año sufre de mala prensa: regreso a todo lo que se tiene que regresar, comienzo de las sombras tras un mes de luces veraniegas, y esa gran responsabilidad que supone el tener que elegir qué colección de fascículos vamos a comenzar este año.

Por cierto... ¿Para cuándo una colección de fascículos que te enseñe a ser un buen independentista, con banderas y pinturas de todos los colores acompañando a cada unidad semanal, y ese gran regalo final que bien pudiera  ser un pasaporte de la nacionalidad a la que siempre has aspirado?

Siempre conviene acabar con buenas sensaciones, aunque todo se sustente en una gran mentira. Porque ... ¿quién es el guapo que se mete y se somete a las catacumbas de la verdad, y se arriesga a que al remover las bases, todo se le venga encima? ... No sé, no me consta.

*FOTO: DE LA RED

jueves, 2 de febrero de 2017

EL ECO DE JONAN


Nunca me han gustado las personas cuadriculadas, ni de ideas tan fijas que forman un muro sin aristas ante la imaginación, y destierran la duda. Por eso hace dos días, cuando me encontré con Jonan,  tomando un café en el “bar de guardia” de nuestro vecindario, y le ví con unas ideas tan firmes y férreas diciendo que a él no le come el coco nadie, ni ha nacido todavía nadie que le diga qué es lo que tiene que pensar, sonreí por dentro, mientras mi voz interior me decía: -La ocasión la pintan calva…

Jonan –le dije- recuerdo que más de una vez nos has hablado maravillas de esa máquina de hacer café que compraste, de la que nos diste todo tipo de datos, que te costó un dineral y que poniéndole el cartucho del tipo de café deseado, te lo tiene preparado a una hora determinada. ¿Te has planteado alguna vez, que alguien, llamémosle “Él”, ha dado orden para que tus cartuchos sean manipulados con alguna sustancia determinada, para que muy poco a poco, puedas ir cambiando de hábitos e incluso de manera de pensar?

Jonan, mi vecino autosuficiente, giró 45 grados, quedando cara con cara con este vecino del mundo, pero en ningún momento de manera desafiante, sino simplemente dando a entender que había captado mi interés, y me preguntó con una sonrisa: -¿Me estás tomando el pelo, verdad?

¿Te has puesto a pensar –proseguí- que en esas campañas sanitarias, en las que el gobierno, cualquier gobierno de cualquier país, sugiere a la gente de más de sesenta y cinco años que tomen la vacuna, por ejemplo, de la gripe, no haya un cupo de personas, ya pensadas, para que ese sea su “último invierno”, y así “cuadrar” las cuentas de “su” seguridad social?

Jonan, ya no sabía, ni dónde estaba ni que era un hombre de férreas ideas, y antes de que me dijera nada, rematé: ¿Te has planteado alguna vez, que seguimos estando aquí, porque los demás quieren? Que lo mismo que estamos, pudiéramos sufrir un “accidente raro”? 

Aprovechando el silencio de los pocos que a esa hora estábamos en el bar, pagué al camarero, también aturdido, y me fui, pero no solo, el atisbo de una sonrisa me acompañó, mientras el eco de Jonan, ya lejos, solo acertó a decir: ¡Chorradas!

*FOTO: DE LA RED