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jueves, 1 de abril de 2021

HARTOS DE ESTAR HARTOS

 

Para todos aquellos que se tomaron el final de mi post de ayer (“De patadas y vacunas…”) como un “continuará”, he de decirles que ya me han vacunado, primera dosis, con AstraZeneca, y la segunda me la ponen a finales de Junio.

De la organización, en la plaza de toros donostiarra de Illumbe, solo se puede hablar bien. Prácticamente sin colas, y si ibas a tu hora no tenías casi ni que esperar.

Ahora, después de la imagen que se ha creado en torno a esta vacuna, tengo la sensación de que si este vecino del mundo fuera un personaje de la recordada por muchos, revista de historietas TBO (este vecino se niega a catalogarla como “comic”, porque entonces ignorábamos ese término) se me dibujaría ahora mismo como lleno de signos de exclamación.

Y es que tengo la sensación de que muy posiblemente me he tragado una bomba, y me paso las horas intentando descubrir en mi interior cualquier TIC-TOC delator… Estoy más escamado que un pez en pleno ataque de nervios.

Por lo demás, intentando huir de cualquier noticia que huela a Coronavirus o a gabachos tirándose por los suelos madrileños porque no les dejan entrar en cualquiera de los museos. Lo cual se traduce en que huyo de cualquier informativo tanto radiado como televisado.

Ya he preparado la televisión para grabar mañana “Ben-Hur”, y “Espartaco”. No hay nada como tirar de los clásicos para recordar que la vida es un poco más bella de lo que creemos recordar cuando estamos hartos de estar hartos. O lo que viene siendo cualquier día y hora de la nueva normalidad. 

Y que ningún niñato o niñata le venga diciendo a este vecino que no podemos ver ahora “Lo que el viento se llevó”, porque se hace apología del racismo.

En la vida nos encontramos con apologías de todo tipo, y somos nosotros quienes tenemos que luchar contra ellas y no prohibir su visionado, porque seguirán existiendo.

*FOTO: DE LA RED

domingo, 22 de noviembre de 2020

UN NUEVO SUPERHÉROE...

 

Algunas veces viene bien el ser anónimo, o al menos no tener el poder de decidir por el resto del mundo. Me acabo de despertar, temprano, demasiado temprano quizás, y al leer los periódicos del día se nos recuerda que la vacunación contra el Covid, en el mejor de los casos, comenzará en enero, y no será obligatoria.

 Y la pregunta viene sola: ¿Si tú fueras uno de los superhéroes esos, como el que está casado con la Pataky, que viene del Olimpo de España, le obligarías a vacunarse?

Teniendo en cuenta que este vecino del mundo defenderá siempre el ADN de ser de izquierdas, debe de decir que está en cada uno decidir su fin último, aunque entremedias pudiera ocurrir algún fuego amigo…

Por eso comenzaba diciendo que algunas veces, quizás la mayoría, viene bien el ser anónimo, o al menos no tener que ponerse las mallas de superhéroe, y decidir por el bien de la humanidad. Por eso, lo de ser un Superpataky lo dejamos para un Chris Hemsworth cualquiera.

Con respecto a la otra pregunta que en cierta manera sería el reverso de obligar a todos, como pudiera ser: ¿Serías el primero en ponerte la vacuna?

En mi caso, y teniendo en cuenta que para ponerme la vacuna de la gripe he tenido que llamar yo, porque parece que mi existencia no debe de ser una urgencia nacional, sería muy rara la circunstancia, tanto que hasta sonaría sospechoso, el que tuviera que ser el primero. Pero entre eso,  y el no tomar la vacuna, está claro que doy el paso. Mejor, en este caso, ser un cobarde vacunado.

Está claro que este año no va a ser olvidado tan fácilmente, entre otras cosas porque se han resquebrajado todo tipo de negocios, incluido el del cine, que dicho sea de paso es la galaxia en la que habitan …los superhéroes. Aunque por esas cosas que tiene la vida, este año, y especialmente desde España, que en ese tipo de asuntos somos más que miopes, hemos descubierto la extrema importancia que tiene la ciencia y esos seres hasta ahora más que anónimos, y sin mallas: los científicos. 

*FOTO: DE LA RED

sábado, 14 de noviembre de 2020

SEMANA DE NUEVAS ESPERANZAS


 Semana que hemos pasado, con viernes 13 incluido, en la que se supone que ya debe de oler a Navidad, ya que  hemos conocido el anuncio de “Loterías” de este año para lo que seguramente llamarán la “nueva navidad”.

La nueva navidad, según este anuncio tiene mucho de recapitulación, de continuación de lo anterior, con claro guiño al famoso calvo, entroncándolo con el trauma vivido y todavía no pasado. Ese agradecimiento al vecindario, que si lo descargas del argumento mirón, puede tener algo de “cáritas” y mucho de ayuda en carretera.

Semana de nuevas esperanzas, especialmente para una bolsa al alza, que quizás ha sido la primera en resurgir con la vacuna, esa que se dice que tiene un noventa por cierto de eficiencia y que, al parecer, se va a llevar más que bien con nuestros mayores, o visto lo visto, y sin ánimo de ser cruel, sino realista, con lo que nos quede de ellos.

Ahora tengo serias dudas sobre qué será antes: la resolución de la vacuna del covid o la finalización del escrutinio de las presidenciales yanquis. Me he puesto en la piel de los que están volviendo a contar las papeletas, y la siguiente imagen que viene a mi mente es la de los esclavos remando en la película BEN-HUR momentos antes de ser abordados por una nave enemiga.

Por cierto, y casi se me olvidaba, esta semana también se ha celebrado, el 11 del 11, el día del “single” (o del soltero, separado, divorciado, o en otras palabras: superviviente de la vida pero con ciertas taras). Es un día, y acordaros de lo que os dice este vecino del mundo, que con el tiempo, y tal como está esta sociedad, más pendiente y dependiente de una pantalla que de la epidermis, va a ir desgraciadamente a más.

*FOTO: DE LA RED

jueves, 2 de febrero de 2017

EL ECO DE JONAN


Nunca me han gustado las personas cuadriculadas, ni de ideas tan fijas que forman un muro sin aristas ante la imaginación, y destierran la duda. Por eso hace dos días, cuando me encontré con Jonan,  tomando un café en el “bar de guardia” de nuestro vecindario, y le ví con unas ideas tan firmes y férreas diciendo que a él no le come el coco nadie, ni ha nacido todavía nadie que le diga qué es lo que tiene que pensar, sonreí por dentro, mientras mi voz interior me decía: -La ocasión la pintan calva…

Jonan –le dije- recuerdo que más de una vez nos has hablado maravillas de esa máquina de hacer café que compraste, de la que nos diste todo tipo de datos, que te costó un dineral y que poniéndole el cartucho del tipo de café deseado, te lo tiene preparado a una hora determinada. ¿Te has planteado alguna vez, que alguien, llamémosle “Él”, ha dado orden para que tus cartuchos sean manipulados con alguna sustancia determinada, para que muy poco a poco, puedas ir cambiando de hábitos e incluso de manera de pensar?

Jonan, mi vecino autosuficiente, giró 45 grados, quedando cara con cara con este vecino del mundo, pero en ningún momento de manera desafiante, sino simplemente dando a entender que había captado mi interés, y me preguntó con una sonrisa: -¿Me estás tomando el pelo, verdad?

¿Te has puesto a pensar –proseguí- que en esas campañas sanitarias, en las que el gobierno, cualquier gobierno de cualquier país, sugiere a la gente de más de sesenta y cinco años que tomen la vacuna, por ejemplo, de la gripe, no haya un cupo de personas, ya pensadas, para que ese sea su “último invierno”, y así “cuadrar” las cuentas de “su” seguridad social?

Jonan, ya no sabía, ni dónde estaba ni que era un hombre de férreas ideas, y antes de que me dijera nada, rematé: ¿Te has planteado alguna vez, que seguimos estando aquí, porque los demás quieren? Que lo mismo que estamos, pudiéramos sufrir un “accidente raro”? 

Aprovechando el silencio de los pocos que a esa hora estábamos en el bar, pagué al camarero, también aturdido, y me fui, pero no solo, el atisbo de una sonrisa me acompañó, mientras el eco de Jonan, ya lejos, solo acertó a decir: ¡Chorradas!

*FOTO: DE LA RED