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lunes, 20 de abril de 2015

CLASIFICANDO LA TORPEZA



No damos abasto. Esta es la única expresión que se me ocurre ante todo lo que se nos acumula alrededor. Las malas noticias no cesan.

En política, corrupción que apesta. El Señor Rato ya nos está asombrando más que lo que dice su apellido, y lo último ha sido el descubrir que tenía más de setenta cuentas en diferentes bancos. Cualquier día de éstos se demostrará, presuntamente, que el nombre del Señor Rato es más fácil que aparezca en el Libro Guinness de los récords,  que como imputado.

En el ámbito exterior, la aparente  apatía de la mayoría de los gobiernos europeos, ante cientos de seres humanos muertos que se nos acumulan en aguas de mares que nos acarician tarde o temprano.

Y por si fuera poco, esa juventud que hoy, en Barcelona, representada por un niño de trece años, porque llamarle “chaval” queda grande, ha jugado a cazador de vidas, y ha terminado con la de un profesor mediante un machete, llevaba también una ballesta casera y un cóctel molotov, causando heridas graves a otras cuatro personas.

Este vecino del mundo siempre ha tenido claro, que si nos mantenemos con vida cada uno de nosotros, es por una serie de circunstancias, y principalmente por la conmiseración de los otros seres humanos. Y hoy uno, todavía un niño, no la ha tenido. Ahora, vendrán los entendidos, y tras arduos estudios nos dirán mil y un datos sobre lo que posiblemente le ha podido inducir a este final.

Se dice que le gustaba vestirse con ropas militares, y le encantaba tal o cual serie de televisión. Pero si algo tiene el ser humano es la libertad para poder elegir, y lo que miles de personas tienen por costumbre, ahora no se va a convertir en señal de una posible maldad.

Como la sabiduría popular diría: después de visto todo el mundo es listo. Y ahora, habrá quienes se quieran apuntar al carro de un linchamiento general al primero que se ponga en medio, o por acción o por omisión, a padres, profesores, a amigos, a las leyes establecidas…Porque lo que no nos gusta es todo aquello que no podemos explicar. Lo hecho hoy por ese niño en Barcelona, no tiene explicación, porque solo se da en la peor de las pesadillas.

Sin embargo, lo que está ocurriendo con esas personas que intentando conseguir un futuro mejor, se quedan sin futuro ante una muerte anticipada, tiene mucho que ver con la ambición desmedida de los que ponen unas barcas en mal estado a personas que pagan primero con el poco dinero que tienen, y luego en muchos casos incluso con su vida. Y mientras, los países europeos nos la cogemos con papel de fumar, se supone que para no dejar nuestras huellas, y parecemos demostrar con nuestro comportamiento, que lo que no ocurre dentro de nuestro propio país, no existe.

Hay días en que preferiría que me llamaran “perro” como excusa  para poder decir que yo no tengo nada que ver con semejante vergüenza que nos rodea, pero, entre otras cosas, mi perro tampoco tiene la culpa, y no sería justo, que un animal que está más abajo en la escala de la evolución cargue con algo que no le corresponde.

Y ante todo tipo de problemas, como los hoy expuestos, nos seguimos comportando como en la fábula, dudando entre si son galgos o podencos, o intentando explicar, explicarnos, si son "inmigrantes", "emigrantes" o simplemente "migrantes"; clasificando, antes de pasar a la acción por unos seres humanos, que en realidad, es lo que menos nos interesa.

*FOTO: DE LA RED


domingo, 28 de septiembre de 2014

¿MENOS SAMBA Y MÁS TRABAJAR? (...A ESTAS ALTURAS DE LA PELÍCULA)

Por una de esas casualidades de la vida, un amigo que no puede ir a la clausura del festival de cine donostiarra, y que poseyendo ya la entrada, se acuerda del vecino, y nunca mejor dicho, y éste de golpe y porrazo se encuentra como uno más de los que han tenido la suerte de asistir al broche de oro del festival donostiarra.
Con respecto a ella, a la gala, no voy a comentar nada porque el palmarés, a estas horas, ya es más que sabido, y en realidad este vecino del mundo no es muy amante del glamour, sino del cine por el cine.
Y de eso tengo intención de comentar ahora. 
Asistir a la clausura me ha dado una bonita posibilidad, de asistir a una de las primeras sesiones de la película “Samba”, ya que todavía no se ha estrenado ni en su país originario, Francia.
Los directores Erik Toledano y Olivier Nakache, vuelven tres años después de presentar, también en la gala de clausura, pero del 2011, aquel gran éxito que fue “Intocable”. Esta vez lo hacen también  de la mano de su actor "fetiche", Omar Sy
Una cinta que bajo la forma de una presunta historia de amor, en realidad nos presenta la cara B de nuestra sociedad, encarnada en Samba, un senegalés que lleva ya diez años buscándose la vida en un París despojado de ese glamour que tanto encantaba a los americanos.
Una profunda denuncia social adobada de grandes dosis de comedia.
Desde el primer momento la película no engaña, porque aunque en la primera escena nos encontramos en la mitad de una gran fiesta, enseguida la cámara nos dirige al sitio que realmente nos corresponde, al trabajo más sórdido realizado por los emigrantes “sinpapeles”, que gracias al desparpajo de alguno de los personajes que habitan en la fauna de esta película, aprendemos que los “sinpa” en realidad tienen papeles pero no los que desgraciadamente necesitan.
Aunque quizás sin buscarlo, es una nueva visita a “los miserables” que siguen habitando el París del siglo XXI.
Como contrapunto del personaje encarnado por Omar Sy (que no sabes si lo interpreta sin aparente esfuerzo porque el papel le queda como un guante, o simplemente en eso reside la grandeza de este actor) está el personaje de Alice (Charlotte Gainsbourg), una yupi que padece el síndrome conocido como "bourn out", un tipo de estrés laboral. Y con este personaje se da la paradoja de que mientras los demás encuentran todo tipo de problemas para conseguir trabajar, ella en realidad ha encontrado los problemas en el trabajo llevado a la enésima potencia.
La Señorita Gainsbourg, hija de la mítica pareja (los ya metiditos en años me comprenderán) Serge Gainsbourg y Jane Birkin, encarna quizás al personaje más triste de la historia, pero lo mismo que cada vez que emprendes un viaje, a la vuelta no eres el mismo, Alice ya no será la misma tras conocer a Samba y al mundo que va con él. Un gran trabajo de contención y de amor no demostrado, pero sí sentido, por parte de la Señorita Gainsbourg.
Quizás el valor de la película resida en que nos presenta  unos cuantos temas duros, sin que de tu cara desaparezca la sonrisa, aunque al salir de la sala, y eso es mérito de la película, te vas con un regusto amargo.
Es de destacar que aunque el guion tiene sus pequeños grandes gags, ninguno te da la impresión de que ha sido creado antes y después se ha añadido alguna escena para poder incluirlo.
No es una película que nos presente un mundo inexplorado, sino que desgraciadamente es un mundo que cada día llama a nuestras puertas. Por eso, y sin ánimo de destripar el final, éste en cierta manera debe de ser abierto, porque desgraciadamente ni Erik Toledano ni Olivier Nakache tienen  el poder de conseguir un permiso de trabajo para cada uno de los que lo necesitan.
Una película totalmente recomendable, y quizás  tras visionarla, ya no verás de la misma manera a esos a los que normalmente no ves, sin saber si es porque verdaderamente los ignoras o en realidad son ellos los que  no quieren que les veas en esas circunstancias.

*FOTO: F.E.PEREZ RUIZ-POVEDA
   (PAREJA PROTAGONISTA Y LOS DOS DIRECTORES AL SALIR DE LA GALA)