Ortuella, 12 de Mayo, 2018
Muy buenos días a todos,
(Hoy no sé por qué pero me ha apetecido escribir este
blog a modo de carta.)
Aunque desde la ventana en Ortuella, Vizcaya, no da
muchas ganas de salir a la calle, a pesar de que son las fiestas patronales, hoy,
12 de Mayo, no parece un día aconsejable para andar, cuando menos, despistado
por aquello de que te manguen la cartera.
Día de dos temperaturas: lo que hierve en la política
catalana, un trampantojo de crisis humanitaria disfrazado de presidenciable, y
la Final del Festival de Eurovisión, aplacando el hartazgo mayoritario de todo.
Personalmente, este vecino del mundo, como en toda
película que se precie, prefiere que ganen los “buenos”. Y en este caso serían
Alfred y Amaia, que no tienen la culpa de nada, a pesar de que el novio haya
regalado a su novia un libro de título, para muchos, desacertado. Pero, viendo
el lado positivo, al menos los novios saben leer… La canción, “Tu canción”, una
de esas que son tan pegadizas, aunque sabes también, que a partir del quinto
pase puedes sufrir un ataque de pánico y mareos varios.
Pero puestos a morir, entre una canción romántica y un
estado republicano por cojones, prefiero quedarme con una pareja que sabe de
música más de lo que hoy les van a dejar demostrar en el escenario. Y, bien
pensado, una oda a la juventud y a la esperanza.
Quizás lo de escribir hoy en formato de carta, venga por
ese aroma a ayer que se respira cuando se recuerda al Festival de Eurovisión, y
por ese mayo en el que estamos inmerso y que siempre recuerda a aquellas luchas
estudiantiles en París de hace, precisamente, cincuenta años. Y que este vecino,
desde sus doce años de entonces, recuerda las noticias desde el único
Telediario que era posible, o imposible, en la televisión española de
una vida en blanco y negro.
No conozco al presidenciable catalán Quim Torra, como casi nadie, pero ya
venir precedido de frases del calibre de “Cataluña vive en una crisis
humanitaria” es como contemplar un futuro a lo Mary Poppins, temiendo que cada
vez que hable El President tengamos que cuidar la porcelana, porque la
estructura de nuestros hogares va a temblar.
De todas maneras, una lluvia como la de hoy, en
portugués, en catalán, o en castellano, que no agüe, y nunca mejor dicho,
nuestras ganas de vivir.
Saludos siempre, y que nunca se nos congele nuestra
sonrisa.