Si por algo se caracteriza
esta época es la de mostrarlo todo sin que se deje nada a la imaginación, y no
estoy hablando de sexo, …o sí. Por ejemplo, la cantidad de famosos que han
compartido algún momento de su Nochevieja, en su cena, ágape, o cotillón mediante
las redes sociales. Como si por un momento quisieran abducir a sus followers/seguidores,
nos llevan, sin ningún tipo de preaviso, o petición de permiso, a la sala donde
ellos se encuentran, con ese aroma a jamón del bueno, caldos de bodegas
famosas, y cuando ya estás aterrizando en el evento, te dan una patada de
vuelta, eso sí, con una sonrisa a sabor tres estrellas Michelín. Y te quedas,
no compuesto y sin novio, pero sí sin famoso.
Agradecer que ninguno de
nuestros famosos haya tenido la humorada de enviarnos imágenes haciendo “pos”
mientras dicen eso de “Desde el Hotel Tal, cinco estrellas super-lujo, que, por
cierto, está que te ca--s“.
De todas maneras, este
vecino del mundo, que es de hacerse muchas preguntas, se cuestiona si las apariciones en Instagram, por ejemplo, iguala al
famoso con el resto del mundo, o abre más esa brecha entre, se supone, el rico
y el pobre. Aunque, bien pensado, hace tiempo que quedó caduca esa idea de que
el famoso tiene que ser, por bemoles, rico.
Ahora hay mucho famoso por ser sólo famoso, y de eso no se puede vivir.
La de ahora, es una época
muy complicada. Hoy (el día en que precisamente han salido los datos del paro,
en su cuarto descenso anual consecutivo y el mayor de toda la serie histórica,
iniciada en 1996, según ha informado el Ministerio de Empleo y Seguridad Social)
tener trabajo no asegura que no estés pasando hambre, y mucho menos estrecheces
económicas. Lo mismo que ser político asegure que te estés dedicando con todas
tus fuerzas al servicio público.
Hoy, el que cree que está
triunfando, es más de fogonazo de flash e inmortalizar el momento que guardarlo
para sí. No sirve de nada el sentir el triunfo o la gloria, los demás lo
tienen que saber. Visto desde este punto de vista, Luis Miguel Dominguín,
torero y famoso donde los hubiera desde los cincuenta a los noventa, y por
cierto padre de otro famosísimo, Miguel Bosé, fue un adelantado, lo que ahora se denominaría como “gurú del famoseo”. Consiguió acostarse
con una Diosa de su época, Ava Gardner, pero “eso” de por sí no le servía de
nada, si no lo contaba a sus amigotes…, como así lo hizo.
Cada uno, en la actualidad,
tiene su Momento Ava Gardner, y lo publicita en cuanto puede …
Todo / Nada ha cambiado con los años… Quizás, como en el cine, la vida ahora solo se trate de un remake, eso sí, mejorado y aumentado.
*FOTO: DE LA RED
Todo / Nada ha cambiado con los años… Quizás, como en el cine, la vida ahora solo se trate de un remake, eso sí, mejorado y aumentado.
*FOTO: DE LA RED