IRONÍAS DE UN VECINO DEL MUNDO, CON LA VENTANA ABIERTA DE PAR EN PAR. DE VUELTA DE CASI NADA, PERO MAREADO DE TANTAS VUELTAS.
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domingo, 23 de junio de 2019
EL EFECTO MORTADELO
Viendo ayer el despliegue de medios de Telecinco para la boda de Belén Esteban, y del sábado anterior, con la boda de Pilar Rubio y Sergio Ramos, quizás llegue el día, muy pronto tal vez, en que los sábados tengamos programada en la cartelera televisiva "La boda de la semana".
Lo que me sigue haciendo gracia, no lo puedo evitar, es que los colaboradores en el plató se pongan "de tiros largos", como si en cualquier momento fueran a llegar a la ceremonia o al ágape. Los lectores de mala uva le podrían llamar a ésto, el efecto Mortadelo, ya que no debemos olvidar que ese personaje de tebeo se disfrazaba a conveniencia, según en cada momento el tema que se mencionara.
Todo eso, el vestirse ad hoc, tendría un pase, si por ejemplo durante la Semana Santa, y suponiendo, que es mucho suponer, la "cadena alegre" retransmitiera actos religiosos, mientras los colaboradores en el estudio vistieran también largas túnicas con capirote, o un látigo de espinas en la mano, mientras lucen su espalda ensangrentada...
Sí, lo sé también, que más de uno de los seguidores de este blog, estaría deseando conexiones con alguna playa nudista, mientras en el chiringuito del estudio, a más de un colaborador por el tipo de bronceado o no, se le vislumbrara la radiografía de ... su bañador.
Y es que, por si no quedara claro, en España siempre hemos sido más de aparentar que de ser, de parecer que de sentir. Ya lo decía Dominguín, "de qué me sirve acostarme con Ava Gardner, si mis amigos no se enteran".
Por cierto, y ya para terminar, conviene recordar, y no es broma, que los concursantes de "Supervivientes", tienen por contrato el aparecer en el estudio al más puro estilo naufrago, como si de la isla al concurso solo hubiera un paso hasta el plató del estudio. Lo dicho: apariencias.
*DIBUJO: DE LA RED
sábado, 22 de julio de 2017
CRISTINA CIFUENTES Y LAS VACACIONES.
De las muchas noticias que han aparecido esta semana en
los medios de comunicación, hay una que me ha calado hondamente, porque me ha
removido vivencias de momentos importantes en mi vida, especialmente porque
atañen a mi bolsillo, y a mi condición ya como jubilado.
Lo de Cristina Cifuentes, y la “noticia” de no cogerse
vacaciones ahora, es, como diría cualquier partido político, de izquierdas,
centro, o derecha, puro populismo. Y me recuerda a la empresa con la que he
estado ligado muchos años, hasta que ellos quisieron.
Ellos, mis jefazos, se llenaban la boca de “este año no
creo que pueda coger vacaciones” y, sin embargo, se iban a “ferias” para promocionar “su”
empresa, durante dos o tres semanas, de las que venían sospechosamente morenos.
Esa “publicidad”, “no poder coger vacaciones”, junto con “esta
empresa es como una familia” que se dejaban deslizar durante algunas cenas de
empleados, era caldo más que de cultivo para intentar crear “mala conciencia” a
la hora de decir que “tú te ibas de vacaciones”.
Pero la naturaleza es sabia, y cuando empezaron a ir mal
las cosas, se demostró que si la empresa era como una familia, había, como mínimo, dos tipos de hijos.
Por eso lo de Cristina Cifuentes me ha revuelto el
estómago, y más cuando, y
voy a contar cosas de mi vida, que nunca acostumbro a desvelar “hoy es el día
que la empresa a la que pertenecí tiene cuentas pendientes con la Seguridad
Social sobre mí, y están afectando al importe de mi jubilación".
Siempre se ha dicho que los vascos somos gente de palabra,
y ellos firmaron, además, un contrato, como ya he mencionado, con la Seguridad
Social, que deberían respetar, como yo he respetado siempre con un silencio de
muertos (que por cierto, nadie me lo pidió), especialmente en este blog, el nombre, y los usos y costumbres de esa
empresa.
Ya para terminar, lo de Cristina Cifuentes y su declaración de “no voy a coger vacaciones en
verano” también me ha recordado a Luis Miguel Dominguín, cuando contó a sus
amigos, y se enteró toda España, de que se había acostado con Ava Gardner,
porque lo importante no era haberlo hecho, sino contarlo.
Sí, Señora Cifuentes, porque, ya puestos, debería de
contar también otros privilegios que tiene usted, y a los que no renuncia
ni alardea de ello, entre otros, me imagino, el poder irse de vacaciones en otra época del año. Además, no dejar por unas semanas tan solo, un trabajo del
que, según sus propias palabras, “disfruta”,
no es para ponerse una medalla, aunque seguro que usted dice que no lo
ha hecho, sino para hacérselo mirar, porque quizás, como mínimo, lo suyo sea
puro egoísmo.
*FOTO: DE LA RED
IDEA Y REALIZACIÓN TRUCAJE: F.E. PEREZ RUIZ-POVEDA
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miércoles, 4 de enero de 2017
ESE MOMENTO "AVA GARDNER"
Si por algo se caracteriza
esta época es la de mostrarlo todo sin que se deje nada a la imaginación, y no
estoy hablando de sexo, …o sí. Por ejemplo, la cantidad de famosos que han
compartido algún momento de su Nochevieja, en su cena, ágape, o cotillón mediante
las redes sociales. Como si por un momento quisieran abducir a sus followers/seguidores,
nos llevan, sin ningún tipo de preaviso, o petición de permiso, a la sala donde
ellos se encuentran, con ese aroma a jamón del bueno, caldos de bodegas
famosas, y cuando ya estás aterrizando en el evento, te dan una patada de
vuelta, eso sí, con una sonrisa a sabor tres estrellas Michelín. Y te quedas,
no compuesto y sin novio, pero sí sin famoso.
Agradecer que ninguno de
nuestros famosos haya tenido la humorada de enviarnos imágenes haciendo “pos”
mientras dicen eso de “Desde el Hotel Tal, cinco estrellas super-lujo, que, por
cierto, está que te ca--s“.
De todas maneras, este
vecino del mundo, que es de hacerse muchas preguntas, se cuestiona si las apariciones en Instagram, por ejemplo, iguala al
famoso con el resto del mundo, o abre más esa brecha entre, se supone, el rico
y el pobre. Aunque, bien pensado, hace tiempo que quedó caduca esa idea de que
el famoso tiene que ser, por bemoles, rico.
Ahora hay mucho famoso por ser sólo famoso, y de eso no se puede vivir.
La de ahora, es una época
muy complicada. Hoy (el día en que precisamente han salido los datos del paro,
en su cuarto descenso anual consecutivo y el mayor de toda la serie histórica,
iniciada en 1996, según ha informado el Ministerio de Empleo y Seguridad Social)
tener trabajo no asegura que no estés pasando hambre, y mucho menos estrecheces
económicas. Lo mismo que ser político asegure que te estés dedicando con todas
tus fuerzas al servicio público.
Hoy, el que cree que está
triunfando, es más de fogonazo de flash e inmortalizar el momento que guardarlo
para sí. No sirve de nada el sentir el triunfo o la gloria, los demás lo
tienen que saber. Visto desde este punto de vista, Luis Miguel Dominguín,
torero y famoso donde los hubiera desde los cincuenta a los noventa, y por
cierto padre de otro famosísimo, Miguel Bosé, fue un adelantado, lo que ahora se denominaría como “gurú del famoseo”. Consiguió acostarse
con una Diosa de su época, Ava Gardner, pero “eso” de por sí no le servía de
nada, si no lo contaba a sus amigotes…, como así lo hizo.
Cada uno, en la actualidad,
tiene su Momento Ava Gardner, y lo publicita en cuanto puede …
Todo / Nada ha cambiado con los años… Quizás, como en el cine, la vida ahora solo se trate de un remake, eso sí, mejorado y aumentado.
*FOTO: DE LA RED
Todo / Nada ha cambiado con los años… Quizás, como en el cine, la vida ahora solo se trate de un remake, eso sí, mejorado y aumentado.
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domingo, 20 de marzo de 2016
FELICIDAD, ¿MAPA DE UNA UTOPÍA?
De un tiempo a esta parte parece que se quiere etiquetar
todo, y por eso ahora muchos días están “esponsorizados”
por tal o cual estamento para dedicarlo a un asunto determinado…
Ahora resulta que hoy, y declarado por Las Naciones
Unidas desde el 2013, es el DÍA INTERNACIONAL DE LA FELICIDAD, así en mayúsculas.
Un amigo me diría con mucha sorna, que entonces es el
día de la utopía.
De todas maneras, me pregunto ¿Hay que ser feliz, el que
lo consiga, solo en su fuero interno, o que se note que eres feliz? Porque
llegados a este punto me acuerdo del torero, y padre de la ahora saga “Bosé”, Luis
Miguel Dominguín, que cuando se acostó con la mujer, se supone, más bella del
mundo, en aquel entonces, Ava Gardner,
él no fue feliz hasta que lo contó, que no tardó, por cierto, nada en hacerlo.
Por lo que deducimos que en el caso del torero, en ese momento al menos, para
ser felíz él debía, cuando menos, dar envidia a los demás.
Sinceramente, tal como está el mundo actualmente, el que
diga que es feliz creo que puede tener muchas dosis de egoísmo, no mirando más allá de su ombligo, y no quiero enlazar con el párrafo anterior, aunque quizás tenga mucho de ello también.
Con la cantidad de personas, y que muchas veces olvidamos
que lo son, rebajándolas a simples cifras, que tienen que huir de sus
lugares de origen por los conflictos que están sufriendo, no se puede decir que
el terreno esté abonado para ser feliz.
Si ponemos a la felicidad por bandera, hoy, y tristemente, diría que debería de estar a media asta como condena a perpetuidad.
Creo que no se puede, y quizás incluso por respeto a los
demás, pedir ser feliz, como diría un
pijo, “full time”, a jornada completa, porque además eso parecería un trabajo
(de profesión: feliz), o incluso una condena.
Hay momentos de felicidad, sin duda los hay, una mirada,
un buen paseo, especialmente con la persona a la que quieres, una velada...
Hoy por ejemplo, en el accidente de Fernando Alonso, si fuera una receta para hacer un cóctel, ha tenido doble y
mitad de extra-suerte etiqueta negra, y un cuarto de alivio, pero felicidad,
es otra cosa. Incluso, y en una opinión muy personal de este vecino del mundo,
requisito indispensable de la felicidad es que ocurra en pequeños periodos de
tiempo, más bien, en momentos.
Si hubiera alguien que fuera feliz las
veinticuatro horas del día, todos los días del año, correría el riesgo de
acostumbrarse, y ya no sería plenamente feliz, ya que si la felicidad fuera un
medicamento, en mi opinión, se debería de usar en pequeñas dosis, quizás para no acostumbrarse, y dejar de disfrutarla.
Ya para terminar diré que, personalmente, cada vez que oigo hablar de “felicidad”, y cómo conseguirla, me imagino vestido como
un explorador, con salacot incluido, y con un pico y una pala, para currarse su
búsqueda.
Quizás, lo más triste de estos momentos que estamos
viviendo, en una España cogida con alfileres, por todo lo que se han llevado
unos cuantos y lo que nos han quitado a la
mayoría, que no siempre es lo mismo, llamarse “feliz” puede ser cuando menos
una falta de tacto.
Este vecino del mundo es más partidario, en contra de la opinión de muchos, de que la felicidad no está en la acumulación de cosas, o incluso de dinero, sino que es un estado de ánimo. Por eso, una vez oí una
frase que me gustó mucho, y que aquí viene, como diría un cursi, pintiparada:
“Hoy no sabía qué ponerme… y me puse
contento.”
*FOTO: DE LA RED
jueves, 19 de marzo de 2015
LOS QUE PAGAN LOS PLATOS ROTOS...
Hace un día espléndido, y
además día del padre. A este vecino del mundo no le va a quedar más remedio que
rascarse el bolsillo y celebrarlo con la familia fuera de casa.
Por lo demás, hoy este
vecino del mundo tiene una gran pena no solo por los fallecidos ayer en Túnez (veinte
según las últimas noticias), que por supuesto siempre es una gran pérdida, e injusticia, el
morir a manos de los deseos de otros, sino por esa tierra, Túnez, a la que he
tenido la suerte de visitar, con mi mujer, por dos años seguidos, y de la que nos quedamos enamorados. Una
gente luchadora, muy sincera, extremadamente cercana, y con el alma de un niño,
con ganas de conocer y de darse a conocer. Su gran reclamo es el turismo, y con
lo sucedido van a sufrir grandes pérdidas en su economía.
Los tunecinos que conocimos,
especialmente en Hammamet, que fue nuestro enclave las dos veces que fuimos,
son gentes nada maleadas por el turismo, y que a poco que te acerques te hablan
sinceramente de sus deseos y problemas. Y la gran mayoría lleva en sus pupilas
la inocencia de un futuro por conocer, y crecer económicamente para su familia.
Hay un detalle que nos
ocurrió, a La Nuri, mi sufrida, y a mí, durante nuestra primera estancia y que a
la postre creo que define muy bien el carácter de ese pueblo. Siempre nos
alojamos, las dos veces, en el Hotel Chich Khan, un cuatro estrellas totalmente
recomendable. Era la hora de la comida, y aunque se oía un murmullo por parte
de los comensales, el ir y venir de los camareros era totalmente silencioso,
rápido y seguro. Un joven camarero llevaba una especie de armario metálico con
ruedas, y dentro, muchos platos. En un momento dado, y con gran estrépito se
volcó el artilugio. Y en apenas diez segundos, con ayuda de todos sus
compañeros, y sin pedirlo él, la escena había desaparecido, y ya sólo quedaba
el joven afectado por el incidente, barriendo, y “borrando”, los últimos signos del desliz.
Minutos después se nos
acercó un camarero al que ya habíamos conocido días atrás, y nos dijo que era
el primer día de ese camarero, y que todos le ayudaban para que aprendiera, y
que a cualquiera le podía haber pasado.
La Nuri me miró, y no hizo
falta decirnos nada, porque nos entendimos, y sonreímos. ¿Qué hubiera pasado si
la misma escena ocurre en España? ¿El comportamiento hubiera sido el mismo? Quizás
desde la atalaya del vecino del mundo las cosas se distorsionan por verlas desde otro ángulo, la experiencia,
pero mucho me temo que hubiera habido cuchilladas chivatas y dedos acusadores,a
los dos minutos, en la puerta del encargado de turno.
La mayoría de los
españoles llevamos dentro un Luis Miguel Dominguín acostándose con Ava Gardner,
no porque es hermosa, sino por famosa, y, lo que es más importante, para poder contarlo a los amigos.
Porque muchos seguirán siendo de la opinión de "¿Si no se puede contar, para qué
vivirlo?"
Por eso, y ya para terminar,
este vecino del mundo hoy está muy apenado por lo ocurrido ayer en Túnez, no
solo por las personas afectadas por el acto terrorista, y sus familias, sino por ese pueblo que
en el fondo es la victima real, y el que va a sufrir las consecuencias de ese
turismo, que una vez más, se mostrará esquivo. Desde aquí todo nuestro cariño al pueblo tunecino. Lo ocurrido con el camarero y los platos ratos..., toda una metáfora.
*FOTO: DE LA RED
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lunes, 6 de enero de 2014
MAÑANA DE REYES...
Esta mañana, mañana de Reyes Magos, por razones que no
vienen al caso, son las doce del mediodía y no se han abierto todavía los
regalos en casa, porque el único que está en disposición de hacerlo es este vecino, y
abrir los regalos sin público presente no tiene nada de “glamour”. Más o menos
lo que le pasaba a Luis Miguel Dominguín cuando se acostaba con Ava Gardner,
que tenía que ir a contárselo a sus amigos, porque en eso estribaba parte del
morbo.
Por razones que no consigo entender, porque el
pensamiento es así, sin reglas fijas, quizás sea por esa sensación de soledad
que impregna todo, me he acordado del caso del que hace unos días se hicieron
eco los periódicos de la zona. Se acababa de encontrar el cuerpo momificado
de una señora que llevaba tres años muerta en su cama, en pleno casco viejo bilbaíno, sin que nadie le hubiera echado en falta.
Siempre pensamos que al irnos, al cruzar ese túnel con
luz al final, alguien nos recordará, porque además este vecino es de la opinión
de que no moriremos del todo mientras alguien nos recuerde. Y este caso te
estampa en las narices todas las esperanzas.
Más de una vez este vecino, especialmente en vacaciones, suele sopesar la idea de lugares costeros, como por ejemplo Guardamar
del Segura o Torrevieja, en Alicante, en los que en verano hay miles de personas, y el
resto del año no queda ni el Tato. Esos
seres solitarios que un día se quedan encerrados en el ascensor de su urbanización,
donde a lo mejor es la única persona que está viviendo allí esos días. Siempre
recomiendan no entrar en un ascensor sin el teléfono móvil, pero tampoco vas a
hacer un examen de todo lo que llevas encima en el momento de montarte en uno.
Quizás la soledad no buscada y el olvido sean los peores
enemigos de la persona, y en esta noticia de la señora bilbaína, se
entremezclan en una cruda realidad, porque hablando de soledad, la soledad en
la muchedumbre sea más cruel todavía, ya que la persona de al lado se convierte
en un pedazo de cemento que le hace inaccesible.
En días como el de hoy, quizás el mejor regalo que nos
pueda dar la vida sea el tener una familia, o unos amigos, a los que "poder dar
la lata", e incluso tu corazón. Ya que la
mañana de Reyes, puede ser víspera de nada.
*FOTO: DE LA RED
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