Vaya por delante que a este vecino del mundo nunca le ha
caracterizado la mala educación, y menos en su blog, pero tampoco le han dolido prendas
a la hora de decir lo que pensaba, y en ambos aspectos así va a seguir hoy
también.
Hoy ha fallecido Doña Cayetana Fitz-James Stuart y Silva,
Duquesa de Alba, día triste, y ya estamos oyendo, leyendo, viendo, todo tipo
de alabanzas sobre su manera de ser y de vivir. Todo el mundo se refiere a su manera campechana de vivir la
vida, y a su rebeldía.
Todo eso es cierto en mayor o menor medida, lo que ocurre es
que se debe de recalcar, que siendo “agraciado por la vida” especialmente en el
aspecto pecuniario, siempre es más fácil ser rebelde, e incluso poder ponerse la
vida por montera.
Ya he oído hoy, en
varias ocasiones, y empleando grandes titulares, eso de “la Duquesa del pueblo”,
y en eso discrepo, porque lo de Duquesa, o Marquesa, me da lo mismo, va por un
lado, y el pueblo siempre va por otro. Quizás, algunas veces, converjan ambos,
pero como si fueran elementos químicos que no se deben de mezclar; alguno de
ellos, es probable además, que no lo deseara.
Fue más que evidente eso de que la nobleza, o por
aclararlo más todavía, que la gente con influencia va por un lado, y el pueblo
por el otro, durante el intento de Don Francisco Ribera Ordoñez, ex yerno de la
Señora Duquesa, de que su hija se fuera a vivir con él.
Ese juicio no lo podía
ganar nunca, y eso que la menor lo quería, y así lo declaró
durante la vista. Este vecino no pretende decir que la Casa de Alba pudo
utilizar su influencia, ni se le pasa por la cabeza. Lo que ocurre es que no
hace falta ejercer ningún tipo de presión, siendo quien es la presión aparece
en la otra parte por generación espontánea.
Nunca podré olvidar esas imágenes de triunfadoras, tras
saberse la sentencia, de la Duquesa de Alba y su hija. Como hubiera dicho, Juan
Carlos I, estaban llenas de orgullo, sobre todo orgullo, y satisfacción. Y nunca
se debe de olvidar que cuando alguien gana una sentencia, hay alguien que
pierde, y aquí, aunque ni la prensa fuera clara en ese momento, perdieron un
padre y una hija, que no pudo cumplir su sueño.
En el caso de la ya desaparecida Duquesa de Alba, y de
veras que siento el fatal acontecimiento, se puede aplicar esa frase de “era como de la familia”,
pero siempre que se dice eso, ¡qué casualidad!, no lo es.
En la empresa en que este vecino del mundo trabajó veintiséis
años, en cenas y en momentos de celebración siempre se nos decía eso de “los
trabajadores son como de la familia”. Sí, pero en momentos “presuntamente” difíciles, hubo un E.R.E. y nos fuimos treinta trabajadores de la presunta familia a la
calle, y ninguno de la auténtica familia, que los había.
Tengo, además, una vecina, de parecida edad que la Señora
Duquesa, y se viste de manera similar. Ella, Doña María, la del tercero, dicen
que va hecha un adefesio, sin embargo de la Duquesa siempre han recalcado y no lo dudo, que
era "rompedora", y enfatizaban en el hecho de que "hacía lo que le venía en
gana".
También hablan, y hablarán, de su gran generosidad, y eso
no se puede negar, y es de agradecer, porque que tenga una persona mucho dinero
no garantiza que ayude a los demás. Sin embargo, también hay gente que no
puede ni ayudar a ese pobre con el que se cruza todos los días
debajo de su casa, y al pasar le dice medio avergonzado que no puede ayudar,
e incluso algún día “ha tenido que confesar” que no puede ayudarle porque él
también está en paro.
Hubiera sido más fácil, para este vecino del mundo,
incluso omitir este fallecimiento, y no hacerse eco de él, pero no hubiera sido
justo. Porque Doña Cayetana, se ha hecho querer, especialmente durante esas
persecuciones de la prensa que no le dejaban ni a sol ni a sombra. Y, para
este vecino, especialmente, el hecho de liarse la manta en la cabeza, y el casarse con
la persona que le apetecía.
Pero, también hay que ser sinceros y decir, siempre con
palabras correctas, que los hechos no los cambia ni la muerte, ni que hoy sea
un día triste, pese a que nunca tuve la suerte de conocerla.
¡Descanse en paz!
*FOTO: DE LA RED