Siempre
se ha dicho que la
cabra tira al monte, y
que al final el tiempo siempre pone a todos en su sitio.
En
una monarquía como la holandesa que se supone que lucha por
modernizar su institución y estar al lado de su pueblo, al final, y
desde el punto de vista de este vecino, enseña su verdadera patita y
el nuevo rey en el día de su estreno, se muestra en todo su
esplendor, y como un pavo real despliega su cola, él despliega
varios metros de capa real.
A
Superman se le podía perdonar la capa, porque formaba parte de su
vestimenta en cualquier momento (de sus calzones rojos por fuera,
mejor no mencionarlos), y al menos le servía para volar, pero una
capa real, ya te está diferenciando de la sociedad a la que supone
que estás cansado de decir que eres uno más, y en realidad es un
gran anacronismo, suponiendo que un anacronismo pueda ser grande, o
acabo de inventar el anacronismo del anacronismo.
En
España mismo estamos cansados de que se juegue con “es como uno
más”. En la versión casa real española, cuando se intenta
“humanizar” al monarca de turno, al que un día de niño le
llamaban Juanito y jugaba en Donosti durante sus años de estudios,
se dice que es muy campechano, pero esa palabra en sí misma ya está
diciendo que en realidad es diferente.
De
todas maneras, bien mirado, en España existen muchas monarquías
aunque no sean de la realeza.
Muchas
personas de las que se hacen famosas, y realmente no
sabes el por qué, luego intentan perpetuar su “importancia” en
sus hijos. Y en realidad el origen de estas monarquías, junto con
las de la realeza vienen de lo mismo, de unos espermatozoides que una
noche de lujuria y vino, dieron pese a todo en la diana.
Hay
muchas estirpes en España, que viven de las rentas, y nunca mejor
dicho, pero poniendo una de ejemplo, nos referiremos a los
Preysler, porque primeros apellidos hay varios, pero Preysler solo
uno.
Los
niños, por definición, siempre vienen con un pan debajo del brazo,
pero a algunos con el apellido les es más que suficiente. En el
fondo este vecino les admira, porque el trabajo de muchos de ellos es
hablar, normalmente delante de un panel que por casualidades de la
vida tiene publicidad, y cobran por ello. Es lo mismo que hace este
vecino bloguero, y que muy en contra de su ánimo lo hace, como se
diría en un ambiente pijo, “by the face”.
Para
terminar por hoy, a este vecino del mundo le gustaría como al nuevo
rey holandés, utilizar la capa, aunque en este caso de otro tipo,
especialmente la capa al político de turno, siempre metafóricamente hablando, claro, que aún siendo más bien
feo, sabe crear con su actitud, una tensión sexual no resuelta, que debiera de solucionarse debidamente.
*FOTO: DE LA RED