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jueves, 5 de enero de 2017

5 DE ENERO, O LA MADRE DE TODAS LAS VÍSPERAS...


Sí, la vida últimamente nos está tratando tan mal, que uno ya nace con el ADN modificado, mosqueado y desconfiado de serie. Por eso, mañana después de la visita real, en casa de este vecino del mundo haremos una inspección, una auditoría de todos los bienes, no sea que en lugar de dejarnos cosas, la real tropa sea sospechosa de algunas desapariciones. Por ejemplo, desde hace un tiempo no encontramos la ilusión, y parece que nadie ha sido. Y, puestos a sospechar, se sospecha de todos.

No sería de extrañar que, llegada la medianoche, empezáramos a comprobar que la comitiva real no aparece. Y es que con esas pintas, los unos, los pajes, con ropas raídas de mil y un excursiones aventureras subiendo y bajando repisas, y los otros, los Reyes Magos, con ropajes extraños y mil abalorios dorados, los primeros fueran tachados de “refugiados”, y los segundos de cualquiera de las mafias que se aprovechan de los primeros, y por una u otra razón, a todos les fuera imposible atravesar las fronteras…

A este vecino, al pensar en las Cabalgatas Reales en la noche de la ilusión, le vienen recuerdos de pólvora y antorchas, de creer en que cualquier regalo era posible, y de que esta vez sí recibiría regalos con pedigrí, de esos que salían en la televisión de los sesenta, y no regalos que se asemejaban, pero de marcas desconocidas. Saber de antemano, sin opción a equivocarme, que la mañana del día 6 de Enero, tendría una sensación de ser discriminado con respecto a otros niños, cuando todavía no sabía el concepto de “ser discriminado”, y aprendiendo a conjugarlo como nunca se olvida, en primera persona.

Visto con ojos de persona mayor, el día de Reyes era la mili de los niños, cuando vas aprendiendo lo que es la vida, bofetones de realidad tras la ilusión de la magia de la palabra,  de las promesas, y el famoso “todo es posible”.
 
Quizás, en el fondo, no convendría olvidar, que los Reyes Magos, o también conocidos por los Magos de Oriente, no dejaban de ser políticos, y que siempre serían más los sueños incumplidos que los cumplidos, las promesas que los hechos confirmados. Ya dice nuestro refranero español, ese pozo lleno de sabiduría, y especialmente de cortante realidad (por las finas aristas que tiene): Vísperas de mucho, días de nada.
 
FOTO: DE LA RED

lunes, 21 de diciembre de 2015

LA DECISIÓN DEL ÚLTIMO REY MAGO (O EL DÍA DESPUÉS A LAS ELECCIONES GENERALES)



Hoy todos los que intenten resumir lo ocurrido ayer,  dirán eso tan socorrido de “el día después”, y en realidad es así. Lo que ocurre es que este vecino del mundo tiene la sensación de estar viviendo “El día de Reyes” de aquellos principios de los sesenta, cuando uno, como se solía decir, porque ahora es una expresión que se oye poco (y puede querer decir mucho del panorama actual), ya tenía, o creía tener, uso de razón.


A aquel niño siempre le pasaba lo mismo que, tras una noche de nervios, sudores y no poder dormir, de lo pedido a lo recibido no es que hubiera un gran trecho, sino que no tenía nada que ver. Es como si en un momento dado uno de los “ayudantes de los ayudantes del último Rey Mago”, y con urgencia, porque ya se iban sus compañeros, hubiera decidido cubrir el expediente, dejando lo que en ese momento tuviera entre manos en el lugar en que estaba, en mi casa, Y además, el noventa por ciento, siempre eran cosas para el cole o para vestir, y en ese momento quién estaba pensando en el cole ni en la ropa de los domingos…


Teniendo en cuenta las expectativas/deseos/sueños que muchos teníamos, no ha quedado mucho, por ahora, depende como quede el mar tras el tsunami de las votaciones, y la posible organización entre unos cuantos, de deseos de izquierdas pero de mirarse el ombligo. Eso sí, ha quedado más que claro que España es/era de derechas, o mejor dicho de virgencita que me quede como estoy, porque a lo mejor si aspiro a algo más me hacen la del “tocomocho”, y en ese caso además, uno no podría ni quejarse, por la vergüenza de ser un panoli.


Ayer, en cambio, lo que vi y sentí, en un mediodía donostiarra, en la zona de Amara, a la hora de ir a votar, fue un gran ambiente en cuanto a gente, y mucha sonrisa y cara de complicidad. Por un momento, solo por un momento, creí estar en el Santuario de Lourdes por la gran cantidad de gente mayor, ayudada, y en silla de ruedas, pero con cara de tozudez y de "yo lo consigo, por los míos". 


Lo que nunca le había pasado a este vecino del mundo, tuve que hacer una cola, para mi urna, no menor de veinte minutos. pregunté, incluso, por si me había confundido y era la cola para la nueva entrega de "La guerra de las galaxias", pero afortunada o desgraciadamente era la fila que correspondía. Y tanto los que iban delante de mí, como los de atrás, dijeron muchas, muchas, veces eso de “a ver si esta vez podemos”. Hubiera sido mucha casualidad que solo hubieran sido ellos los que iban a votar morado, y al final de la noche quedó más que claro, que en el País Vasco, por las noticias que han dado, sino arrasó, para que nadie se pueda dar por ofendido, sí fue la primera fuerza.


Ahora, ya solo queda pasar de las frases hechas de los políticos, o mejor dicho, y como un cocinero diría, hay que pasar de las recetas perfectas en un libro impolutamente bien edito, al fragor de las comandas y olor a fritanga, a intentar sacar adelante la cocina de este país, que al menos según opinión de este vecino, y de mucha gente que conoce, solo se han dedicado a cocinar para unos pocos, eso sí, cocina exquisita y muy publicitada. ¿Y para el resto? Pues eso, que se busque la vida como pueda, pero eso sí, le vamos a dar un buen nombre: “cocina de autor”.


Aunque ayer a la noche, hace apenas unas pocas horas, había flashes por todas partes, y sonrisas “profident”, en realidad es a partir de ahora cuando muchos se tendrán que retratar, porque aunque el Partido Popular ha sido el más votado, su descalabro ha sido más que evidente, y no cuenta con una mayoría, por lo que dependerá de otros (y con Ciudadanos sólo las cuentas no salen), o al menos de abstenciones de otros, para poder gobernar. O incluso se pudiera crear, lo que se está llamando una gran coalición, PP-PSOE, que si ésto ocurriera, y en opinión muy particular de este vecino del mundo, pudiera ser, en un futuro, la debacle socialista.


Y quizás, más que los socialistas, alguno que otro  también tenga que pasar por el fotógrafo, como un P.N.V. que si mostrara su apoyo al P.P., aunque sea solo absteniéndose, en realidad haría oídos sordos a ese “PUEBLO”, que siempre tiene en su boca (otra cosa es a la hora de defenderlo, postureos aparte), y que ayer dejó clara su postura de izquierdas.


Con eso del eterno “bipartidismo” ha habido minorías, y gente de mi generación me entenderá, que bailaban, y bailan, constantemente “La Yenka”, por aquello de “izquierda, izquierda, derecha, derecha, adelante, detrás, un, dos, tres” de su pegadizo estribillo.  


Este vecino no es ni politólogo, ni futurólogo, solo es un sufridor de la crisis que se reconvirtió en blogger/bloguero, pero le huele a una despedida del Señor Rajoy, bajo el maquillaje que se quiera, para poder llegar a entendimientos varios con algún que otro partido. Lo que sí echa de menos es aquel ya famoso “Lo siento mucho, me he equivocado, no volverá a ocurrir”. Quizás, porque ni Rajoy lo siente, ni tiene la honradez (palabra complicada para los políticos) de reconocerlo.


Ahora, mucho me temo, y como en la niñez de aquel comienzo de los sesenta, todo queda en la decisión del último Rey Mago y lo que le quede en su bagaje, entre otras cosas de honradez y vergüenza, pero, esta vez, no para nosotros, sino para él.


*ILUSTRACIÓN: DE LA RED


lunes, 19 de agosto de 2013

CON EL ALBA EN LOS TALONES

Siempre hay que tener una ilusión para poder vivir, una especie de Norte al que mirar, un mañana por descubrir.
Si miramos bien dentro de nosotros descubriremos unos cuantos nortes, que a lo largo de nuestra vida han ido apareciendo como las setas en el campo. Sin embargo, este vecino del mundo cree que entre esas ilusiones hay dos tipos, las que quieres cumplir, y otras que están a modo de zanahoria delante del burro, desgraciadamente nosotros, para que tiremos como podamos con nuestra vida, sabiendo, muy en el fondo de nuestro corazón que al final no conseguiremos ese fin, porque entre otras cosas no hacemos, ni haremos nada por conseguirlo.
Llevaba un tiempo con la ilusión de ver amanecer mirando al mar, porque especialmente de joven ya ha habido más de una amanecida, aunque sinceramente en ese momento, el mar no estaba, precisamente, en mi mente, sino los últimos coleteos de alguna juerga juvenil, y ayer, ya planeé todo para levantarme esta mañana a las cinco, e ir paseando por todo el camino de la costa que lleva desde el lugar donde estoy estos días, Torrevieja, hasta su puerto, y paseando por su malecón, que rondará por el kilometro de largo, llegar hasta un faro, que es el último elemento construido antes de abrazar el mar.
En primer lugar, este vecino quiere afirmar que sí, el mundo sigue existiendo por la noche. Lo curioso del caso es que ayer a las doce de la noche había una luna esplendida, rayando en llena, y cinco horas y media después no ha aparecido por ninguna parte.
Empleados del ayuntamiento acariciando la arena de la playa, y alguna que otra pareja en sus últimos escarceos amorosos, han sido mi única compañía hasta llegar a la denominada playa del cura. Exactamente eran las seis y cinco minutos, todavía noche cerrada, y ya estaban colocando las primeras sombrillas,  en realidad delimitando “la nada” de la playa. A mi mente ha venido, con mucho cariño, es la verdad, la palabra “yayoflauta”, porque solo una persona curtida en mil batallas puede hacer eso.
Mi pregunta es, como cada vez que veo a un abuelo/a cuidando de su nieto, hasta qué punto son libres de decidir esa acción, o son “empleados” por el resto de la familia como ulterior beneficio, mediante el denominado chantaje emocional.
Dejando atrás preguntas que nunca serán contestadas, he llegado al denominado formalmente como el Paseo del Dique de Levante, y he
comenzado a andar sobre su suelo de madera. Es una moderna construcción, mezcla de hierro, madera y piedra, dando una sensación de modernidad y prisas en su construcción. Llevaba unos diez minutos adentrándome en el citado paseo cuando a mi izquierda ya han comenzado los primeros reflejos del esperado amanecer a cobrar luz. Aunque por un momento he pensado que no iba a llegar al final de mi objetivo, conquistando el faro como último reducto, he llegado cuando todavía la claridad se adentraba a mi espalda.
Ha sido un verdadero espectáculo, de esos que no gustan al gobierno, porque es gratuito y sin I.V.A, pero que dan frescor al alma y limpian la retina de posibles imágenes desagradables acumuladas con anterioridad.
Es curioso lo rápido que ha pasado el tiempo hasta llegar al faro, mientras tenía el alba en mis talones, y lo que me ha costado volver. Tras contemplar una vez más el monumento a la Bella Lola, la de la inmortal habanera, que sigue día y noche esperando a su amado, la vuelta ha sido como un caminar sin ningún objetivo determinado, quizás como en la vida misma, en la que siempre es mejor caminar entre ilusiones por cumplir.

*FOTOS: F.E. PEREZ RUIZ-POVEDA

sábado, 10 de agosto de 2013

CELEBRACIÓN


Diez de Agosto del 2013. Ya han pasado tres años desde que adopté el papel de vecino del mundo, y decidí abrir esta ventana en la que verter mis opiniones, sentimientos, preguntas sin esperar respuestas y contestaciones a preguntas no realizadas.
Nunca he intentado ser políticamente correcto, ni tampoco insultar, ni faltar a nadie, porque no está en el ADN de este vecino ese tipo de comportamientos. Otra cosa es que haya personas que no comulguen con las ideas expuestas, pero eso es totalmente comprensible, en tanto en cuanto a este vecino le ocurre lo mismo con lo que ve y con lo que oye desde su ventana. Además, la metáfora de la ventana permite una cierta distancia de los temas tratados, y a la vez quitar hierro para adobarlos de irónia, e intentar en muchos momentos que aflore una sonrisa, incluso en temas no propicios a ello.
Esta mañana me he levantado muy temprano para cocinar una humilde tarta conmemorativa compuesta de ilusión, ganas, buenas intenciones, y todo ello regado con un poco de mala leche en su justa cantidad, no sea que se me corte la tarta, y se rompa la conexión entre los lectores y este vecino hoy disfrazado de cocinero. Y para finalizar y darle un colorido especial, marca de la casa, un poco de polvo de ironía, difícil de encontrar, y quizás más difícil de comprender, ya lo que se relata no es siempre liso, sino con muchas aristas, ni siempre es lo que parece.
Hay que tener muy en cuenta que este blog por nacer un diez de agosto, pueda tener en menor o mayor medida, algunos rasgos característicos del signo de Leo, como son la osadía y la persistencia. Osadía para abrir una ventana al mundo, sin temor a encontrarse con tormentas que rompan en la cara y puedan agitar el interior, que parecía dormido, de este vecino del mundo confesando sus pensamientos y opiniones. Y la persistencia para no ser devorado en este océano de blogs en el que cada día nacen miles de ellos, aunque son menos los que sobrevivan al inasequible paso del tiempo.
Pase lo que pase siempre serán parte fundamental de este lugar de opinión, el deseo de servir como lazo de unión con vosotros, que al fin y al cabo sois el principio y el final de esta historia, y la ilusión, para que cada día sea el comienzo de algo.
Para finalizar, y que ya podamos saborear la tarta creada con tal fin, este vecino quiere agradecer a todas esas personas que poco a poco me han ido cogiendo un poco de cariño, y han querido entrar por esa ventana que siempre permanecerá abierta.
Como diría un gracioso, parece que fue ayer, y sin embargo ya han pasado 24 horas, en este caso disfrazadas de tres años de conocimiento mutuo, en el que siempre hay que mantener un halo de misterio, para que la curiosidad de cada uno, ese gran motor de la vida, siga haciéndonos levantar cada mañana, y preguntarnos con qué pie se habrá levantado el vecino hoy. Gracias por todo y para todos.

*FOTO: DE LA RED
**Dedicado hoy a Luis Fernando en su cumpleaños.


jueves, 30 de mayo de 2013

LA CHISPA Y UNA ILUSIÓN

"Cada vez que se cierra un bar, se pierden para siempre cien canciones. Se desvanecen mil te quieros y los goles por la escuadra salen lamiendo el palo... Porque en un bar nos declaramos... escribimos guiones de cine... y hasta redactamos la Constitución.... El lugar donde siempre somos felices... ¡Benditos bares!".

No es la letra de una balada romántica, sino el último anuncio de “Cola-Loca”, que mediante una especie de chantaje emocional intenta promocionar los bares.
En primer lugar diremos que como cada uno cuida lo suyo, parece normal que la chispa americana salga en defensa, en realidad, de sus “sucursales”, pues parte de sus productos se venden en esos establecimientos.
Hubo una época, hacia los setenta, que tener un bar aparte de una vida muy sacrificada era sinónimo de tener la vida resuelta.
El problema vino hacia los ochenta que con el cierre de muchas fábricas, y como consecuencia del dinero conseguido con el despido, comenzaron a proliferar bares, aquí y cinco metros más allá, y, claro, no había hígados sedientos para todos.
De todos modos tampoco era lo mismo abrir un bar en esas circunstancias, que en la mayoría de los bares anteriores, cuando la persona que abría uno de estos establecimientos lo hacía más por devoción.
“Un barero” era tu confesor, tu psicólogo de cabecera, tu paño de lágrimas cuando el equipo de tus entrañas perdía. No se le veía al menos, que le preocupaba más el dinero que tú. Luego, ya era otra cosa, valías lo que gastabas, y “sino-consumes-no-me-cuentes-tus-penas”.
La gran diferencia era que los propietarios de los bares antiguos, se habían labrado un futuro trabajando duro durante muchos años, y los nuevos empresarios querían forrarse en poco tiempo, y sin ser nada profesionales, porque no habían mamado ese negocio.
Con el tiempo también han ido variando los “usos y costumbres”, ya apenas existe la cuadrilla de chiquiteros con menos de cincuenta años. Se bebe menos, y ya más en pareja. La gente ha comenzado a vivir, en gran parte por la escasez de recursos, más hacia dentro. Sin embargo, el propietario del bar, cafetería, restaurante, en ningún momento se ha planteado bajar precios. Hacen el amago simbólico de algún día ofrecer algo más, como el famoso “pintxo-pote”, de gran acogida en poco tiempo.
Algunos establecimientos se han creído que ellos eran los listos, y han tenido, por tomarlo con humor, ideas desternillantes, y si un menú, por ejemplo, costaba once euros, ellos se descolgaban con “el plato del día” por siete euros. Con eso, aunque te gastes menos, no has comido. Ningún gesto para la galería de que “ya que el panorama está chungo, vamos a poner nuestro granito de arena, bajando precios”.
Si la firma americana se ha descolgado con este anuncio es que tiene que ver mal el panorama.
De todas maneras, la chispa de la vida se tenía que haber aliado con el consumidor, que es el último del eslabón, y no con el anterior.
Antes, se quedaba en un bar, ahora quedaremos al lado del bar. Eso, si quedamos, porque tal como está el panorama, nos comunicaremos la cuadrilla de amigos por internet, y cada uno pagándose su chispa, o su sucedáneo de chispa, que esa es otra, en su casa.

“Cada vez que alguien queda en el paro, se pierden para siempre mil ilusiones. Se desvanecen muchos planes y aquella familia que íbamos a formar queda varada en la playa de lo imposible...Porque al tener un trabajo...tomamos la determinación de vivir juntos, y comprar un lugar donde siempre ser felices...¡Benditos pares!

*FOTO: DE LA RED, Y PATXIPE