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domingo, 22 de marzo de 2020

TIEMPOS PEORES



Ya se nos está poniendo cara de trabajador a relevos, porque te despiertas sin saber si es de día o de noche, ni qué día de la semana es, porque ya estamos optando por la filosofía de “más de lo mismo”, especialmente si no trabajas porque ya eres “un jubilata”, aunque no hayas llegado a los todavía oficiales sesenta y cinco años.

Hoy me he sonrojado mentalmente, si es que eso es posible, al pillarme, yo mismo, in fraganti pensando en algo que no debo en estos días de espíritu cuasi cuartelario.

Como si estuviera teniendo pensamientos lascivos me he sorprendido soñando despierto en lo que haré cuando pueda, como si estuviera pensando en colarme en un paraíso prohibido. Cuando en realidad solo era ir al Corte Inglés y mirarme una cazadora para mejores días. "La cosa", la famosa cosa, se está poniendo muy mal cuando flaquean hasta los sueños, cuando te autocensuras una ensoñación por pornográficamente salida de tono.

Quizás, lo más triste de todo esto es que si caes en el intento, o caen los tuyos, en el combate de la vida, no te puedas despedir, no está legalmente, o lo que sea, contemplado. Siempre se ha dicho que la muerte iguala a ricos y pobres, pero me imagino que los primeros tendrán más posibilidades de seguir la pista de los que se van, eso seguro.

Las más de mil trescientas camas preparadas en el IFEMA de Madrid, dan una imagen más de guerra que de esperanza, aunque en realidad desde hace días ya es una batalla declarada al virus que nos ataca.

Es domingo, y podéis comprobar el nivel de mi estado de ánimo. Al final tiene razón nuestro Presidente, Pedro Sánchez, recordándonos machaconamente en su discurso de ayer por la noche, de que vienen incluso tiempos peores. Lo triste será que no vengan ni tiempos.

*FOTO: DE LA RED

sábado, 9 de noviembre de 2019

PASANDO EL RATO, QUE ES GERUNDIO...



Mi vecina, La Rosa, me ha dicho bajando en el ascensor, y no estábamos en el Empire State precisamente, sólo eran cuatro pisos, que sospecha que ésto de las elecciones lo organiza el Señor Ferreras y Señora, o Ana Pastor y su marido, no vamos a andar a estas horas con machismos....

Pues en el caso de que fuera así, tienen un negocio bien montado... Dos elecciones al año les tiene que salir en programas de la tele por un buen pico, digo. 

Y es que ya nadie hace nada por nada, o como se solía decir, por amor al arte. Antes cuando solo había una cadena televisiva a nivel nacional, y en provincias o ciudades afortunadas, dos, incluyendo el U.H.F., podías encontrarte todavía alguna entrevista en profundidad en la que el protagonista, al final, no viniera a presentar lo último de lo suyo.

Es curioso por ejemplo la metáfora de la vida moderna que últimamente se ha materializado en una madre y una hija, famosas ambas, en sus orígenes por diferentes motivos, aunque ahora las dos coincidan en que generan “cotilleos”. La madre, Isabel Pantoja
Ahora, ya para pasar por caja, directamente la hija se hace llamar Isabel P. Que entre que preguntas por qué y te enteras que ha grabado una canción, no todo un disco, y la escuchas, pues ya has pasado el rato.

Que si te pones filosófico, puedes llegar a la conclusión de que vienes a este mundo, como mínimo a pasar el rato, y que si no tienes escrúpulos, los más afortunados hacen incluso dinero, y mucho.

Por cierto, y por razones que en estos momentos no me apetece contar, aunque tampoco son secretos de estado, son días en que tengo que hacer recopilación de todo lo que tengo en casa. Y estudiando caso por caso, todo lo acumulado, y nunca mejor dicho, llego a la conclusión de que no me conocía, naturalmente porque no he querido conocerme. O dicho de otra manera, llevo muchos años, desde el principio, compartiendo mi vida conmigo mismo, y no me reconozco.

Sabía que soy incapaz de comenzar una maleta sin llenarla de “por-si-acasos”, pero visto lo visto, al final mi casa está más llena de por-si-acasos que de una vida estable y lineal. En el argot deportivo se diría que soy más de los cien metros lisos que de la maratón.

Los que no me conocían, no conocían a este vecino del mundo, hasta este post,  habrán pensado al comienzo, que tengo muy mala baba con los demás, aunque al final habrán llegado a la conclusión de que mi mala baba me salpica a mí mismo, y que por aquello de la confianza, quizás incluso en demasía. 
Sólo puedo decir en mi defensa, o en mi acusación, ya no sé, que el ejemplo siempre se debe de comenzar por uno mismo, y en eso, en leerme la cartilla, nunca he fallado. Más de uno y una, conocidos o no, deberían de empezar sus críticas por uno mismo. La cosa, la famosa cosa, iría mejor…

*FOTO: DE LA RED