Mi vecina, La Rosa, me ha dicho bajando en el
ascensor, y no estábamos en el Empire State precisamente, sólo eran cuatro
pisos, que sospecha que ésto de las elecciones lo organiza el Señor Ferreras y
Señora, o Ana Pastor y su marido, no vamos a andar a estas horas con
machismos....
Pues en el caso de que fuera así, tienen un
negocio bien montado... Dos elecciones al año les tiene que salir en programas
de la tele por un buen pico, digo.
Y es que ya nadie hace nada por nada, o como
se solía decir, por amor al arte. Antes cuando solo había una cadena televisiva
a nivel nacional, y en provincias o ciudades afortunadas, dos, incluyendo el
U.H.F., podías encontrarte todavía alguna entrevista en profundidad en la que
el protagonista, al final, no viniera a presentar lo último de lo suyo.
Es curioso por ejemplo la metáfora de la vida
moderna que últimamente se ha materializado en una madre y una hija, famosas
ambas, en sus orígenes por diferentes motivos, aunque ahora las dos coincidan
en que generan “cotilleos”. La madre, Isabel Pantoja.
Ahora, ya para
pasar por caja, directamente la hija se hace llamar Isabel P. Que entre que
preguntas por qué y te enteras que ha grabado una canción, no todo un disco, y
la escuchas, pues ya has pasado el rato.
Que si te pones filosófico, puedes llegar a
la conclusión de que vienes a este mundo, como mínimo a pasar el rato, y que si
no tienes escrúpulos, los más afortunados hacen incluso dinero, y
mucho.
Por cierto, y por razones que en estos
momentos no me apetece contar, aunque tampoco son secretos de estado, son días
en que tengo que hacer recopilación de todo lo que tengo en casa. Y estudiando
caso por caso, todo lo acumulado, y nunca mejor dicho, llego a la conclusión de
que no me conocía, naturalmente porque no he querido conocerme. O dicho de otra
manera, llevo muchos años, desde el principio, compartiendo mi vida conmigo
mismo, y no me reconozco.
Sabía que soy incapaz de comenzar una maleta
sin llenarla de “por-si-acasos”, pero visto lo visto, al final mi casa está más
llena de por-si-acasos que de una vida estable y lineal. En el argot deportivo
se diría que soy más de los cien metros lisos que de la maratón.
Los que no me conocían, no conocían a este
vecino del mundo, hasta este post,
habrán pensado al comienzo, que tengo muy mala baba con los demás,
aunque al final habrán llegado a la conclusión de que mi mala baba me salpica a
mí mismo, y que por aquello de la confianza, quizás incluso en demasía.
Sólo
puedo decir en mi defensa, o en mi acusación, ya no sé, que el ejemplo siempre
se debe de comenzar por uno mismo, y en eso, en leerme la cartilla, nunca he
fallado. Más de uno y una, conocidos o no, deberían de empezar sus críticas por
uno mismo. La cosa, la famosa cosa, iría mejor…
*FOTO: DE LA RED