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jueves, 12 de julio de 2018

LA MARCHA DE CRISTIANO RONALDO: ¿QUÉ PENA, O POR FIN?



Sensación de hartazgo es lo que me produce esta España de miras cortas para los de enfrente y mangas anchas, anchísimas, para los de tu cuerda.

Y una vez más lo estamos sufriendo con el caso, por decirlo de alguna manera, Cristiano Ronaldo.

Vaya por delante, mis incondicionales ya lo saben, que este vecino del mundo no es ni del Real Madrid, ni del Barça, sino de una Real Sociedad con la que también soy crítico como el que más.

Con Cristiano Ronaldo desde hace mucho tiempo me ha pasado, naturalmente salvando todo tipo de distancias, como con los independentistas catalanes que ambos están muy tristes, incluso cabreados, sino se atiende lo suyo.

Hablar de CR7 me hace recordar a un compañero de trabajo que una vez me dijo: “Patxi, es que no se puede conseguir todo en esta vida” Cuando él era capaz de matarte varias veces y aliarse con el diablo para conseguir lo mejor para él.

No una, sino hasta tres veces Cristiano Ronaldo ha sido capaz de terminar una temporada dejando al aficionado con un mal sabor de boca porque él estaba triste. Y su tristeza, ¡Qué casualidad!, siempre ha tenido mucho que ver con el dinero que no se le daba todavía, o que no se le ayudaba como el estimaba que se le debía hacer con los problemas que tenía con el fisco.

No se puede decantar por una elección, abandonando un club en el que has estado durante nueve largas temporadas, y además intentar seguir cayendo bien a los aficionados que vas a abandonar. No se puede elegir irse a otro país donde  la presión fiscal es bastante menor, y mantener una imagen de caballero en cualquier campo de la vida.

Hay fotos que en su fondo son totalmente pornográficas aunque nadie en ellas se desnude. Y esa foto que acompaña a este post lo es, porque todo el grupo que ha conseguido  este fichaje para la Juventus, celebrando el final de una negociación, que siempre es una batalla, con vencedores y vencidos, a tenor de la amplitud de cada sonrisa te da a entender, cuando menos, que los listos son ellos. No que el equipo mandado por Don Florentino Pérez en un ejercicio de “vamos a tener la fiesta en paz  haya accedido a más que rebajar la cláusula de mil millones por los célebres cien con los que se ha cerrado la operación.
Don Florentino, y nunca lo reconocerá, ha tenido que estar más que harto con un advenedizo de la negociación en las altas esferas, donde se supone que existen unos códigos éticos y se los han ido saltando una campaña sí, y la otra también. Han tenido que pactar hasta la manera de zanjar el adiós para que se sepa que el Señor Cristiano Ronaldo no se ha ido porque el club blanco no haya accedido a sus pretensiones, porque ya se iba o se iba.

A Don Cristiano Ronaldo alguien le debía de haber advertido que no es lo mismo hacer negocios en España que en Italia, y que puede que con el tiempo se arrepienta. Y es que quizás el peor enemigo de Don Cristiano es el que se encuentra todos los días al mirarse al espejo.

Y más de un periodista de esos que se creen rigurosos, y españoles, muy españoles, se lo tenían que hacer mirar, porque en el fondo se están conformando con ese minuto de gloria que una carta, que se supone está escrita por la mega-estrella les une en la historia con él. Aunque en el fondo no deje de ser una especie de pago por servicios prestados.

Don Cristiano en esos cruces de la vida, ha preferido decantarse por seguir ganando más dinero venido de la publicidad en todo el mundo, y que la hacienda italiana no debe de tener tan en cuenta como el fisco español. Se puede hacer esa elección, es licito, pero no intentes además tener  la imagen de no haber roto ningún plato.

En los recorridos largos la vida va poniendo a cada uno en su sitio, y el paso de los años, me da al olfato, que es de lo peor que sabe gestionar, al menos por ahora, un Cristiano Ronaldo que siempre ha estado, no me cabe la menor duda, encantado de haberse conocido.

*FOTO: DE LA RED