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lunes, 15 de abril de 2019

EN AUSENCIA DE TODOS...



En la radio, en Onda Cero sobre las nueve y veinte de la mañana, entrevistan a Teodoro García Egea. Me lo imagino disfrazado de cabeza de cerilla, de fósforo, en el que en el palo pone PP y Pablo Casado. En el fondo viene a decir la suerte que tiene al ser del partido que es y tener siempre razón en su visión de los problemas. O visto de otra manera, lo que se sufre siendo los únicos que tienen razón y darse cuenta de la cantidad de necedad que les circunda.

Echo de menos que alguien se pronuncie sobre el caso Julian Assange. Parece ser que lo ocurrido con el alojado desalojado, en ese zapping internacional, les ha debido de pillar a todos yendo al servicio, y al parecer con los calzones o faldas, por aquello de la paridad bien entendida, quitados.

Una verdadera vergüenza, cuando además uno de los implicados, Gran Bretaña, nunca ha estado para que le tienten ni la chaqueta ni la pernera. Buenos son ellos marcando las distancias entre el continente y el contenido… Aunque me da, llámenme mal pensado, que esta vez hay una sombra más alargada, de un presidente con nombre de pato,  con melena y desmelenado.

Aquí todos somos muy valientes y se nos llena la boca especialmente de aire, pero en momentos así deseamos que nos separen, y paren, aunque ya estábamos parados porque nunca hicimos nada.

Ya para terminar, y pido disculpas aunque me lo han puesto huevo, nadie ha respetado las canas de Julian Assange, que para más inri son más que evidentes, y los ecuatorianos de su embajada todavía deben de estar preguntándose, como en esa célebre canción infantil, ¿Dónde están las llaves?...

*FOTO: DE LA RED

miércoles, 8 de agosto de 2018

RÉQUIEM POR UN ORDENADOR


Cada verano trae su inevitable canción, la famosa y la mayoría de las veces repetitiva hasta el odio canción del verano.

Este año, todavía al menos, no parece haber nada claramente definido si nos olvidamos de ese “Chico malo” que ya viene de hace  unos cuantos meses, y que a más de uno, incluido este vecino del mundo, le ha dado cuando menos ganas de limarse las venas.

Eso sí, en lo que parece que no va a haber ninguna duda es en el tema del verano: el master del Señor Casado, y el padre del master que lo parió. O lo que viene siendo, al parecer, el que puso un chiringuito para regalar “másteres” a tutiplén.

¡Es curioso, curiosísimo! En un mundo en el que ya no se regala ni el perejil, y en las tiendas te hacen la machacona pregunta, cuando pasas por caja “¿Quiere usted bolsa?”, para así clavártela, y se ahorran ya la humillante cantinela de “son cinco céntimos”, alguien regalaba, presuntamente, títulos como en una pescadería, “fresquitos y del día”. Y ahora viene la inevitable pregunta: ¿Por qué? ¿Con qué fin?

El Señor Casado ha cometido, al margen de lo que pudo ocurrir en la manera de conseguir el master, un gran error: dar muchas explicaciones. Y cuando uno habla mucho, llegamos al “por la boca muere el pez”,  y hace un tiempo, el Señor Casado comentó algo así como que había conseguido sacar una copia de sus trabajos para el master del viejo ordenador. Y como en cualquier novela o película negra, cualquier seguidor ya sabe que el mencionado “viejo ordenador” a partir de ese momento, y para que no hable, ya está muerto.

En cualquier momento, y no a mucho tardar, la policía entrará en algún lugar donde encontrarán un ordenador golpeado y machacado, en el que cualquier autopsia informática será vana. Todos sabemos que la idea ya no es original, porque recordamos el disco duro en el más que célebre caso “Bárcenas”, pero sí resultó efectivo. Y es que más de treinta golpes machacan a cualquiera.

Lo malo que tienen las canciones y temas del verano, es que por repetitivas, y consecuentemente cansinas, ya nunca podrán ser estudiadas objetivamente. Aunque debiera de quedar suficientemente claro, que si en algún momento alguien dio algo que no le correspondía o debía dar en las circunstancias en que lo hizo, también tiene culpa el que lo aceptó. Y en esas estamos…

*FOTO: DE LA RED


jueves, 12 de julio de 2018

LA MARCHA DE CRISTIANO RONALDO: ¿QUÉ PENA, O POR FIN?



Sensación de hartazgo es lo que me produce esta España de miras cortas para los de enfrente y mangas anchas, anchísimas, para los de tu cuerda.

Y una vez más lo estamos sufriendo con el caso, por decirlo de alguna manera, Cristiano Ronaldo.

Vaya por delante, mis incondicionales ya lo saben, que este vecino del mundo no es ni del Real Madrid, ni del Barça, sino de una Real Sociedad con la que también soy crítico como el que más.

Con Cristiano Ronaldo desde hace mucho tiempo me ha pasado, naturalmente salvando todo tipo de distancias, como con los independentistas catalanes que ambos están muy tristes, incluso cabreados, sino se atiende lo suyo.

Hablar de CR7 me hace recordar a un compañero de trabajo que una vez me dijo: “Patxi, es que no se puede conseguir todo en esta vida” Cuando él era capaz de matarte varias veces y aliarse con el diablo para conseguir lo mejor para él.

No una, sino hasta tres veces Cristiano Ronaldo ha sido capaz de terminar una temporada dejando al aficionado con un mal sabor de boca porque él estaba triste. Y su tristeza, ¡Qué casualidad!, siempre ha tenido mucho que ver con el dinero que no se le daba todavía, o que no se le ayudaba como el estimaba que se le debía hacer con los problemas que tenía con el fisco.

No se puede decantar por una elección, abandonando un club en el que has estado durante nueve largas temporadas, y además intentar seguir cayendo bien a los aficionados que vas a abandonar. No se puede elegir irse a otro país donde  la presión fiscal es bastante menor, y mantener una imagen de caballero en cualquier campo de la vida.

Hay fotos que en su fondo son totalmente pornográficas aunque nadie en ellas se desnude. Y esa foto que acompaña a este post lo es, porque todo el grupo que ha conseguido  este fichaje para la Juventus, celebrando el final de una negociación, que siempre es una batalla, con vencedores y vencidos, a tenor de la amplitud de cada sonrisa te da a entender, cuando menos, que los listos son ellos. No que el equipo mandado por Don Florentino Pérez en un ejercicio de “vamos a tener la fiesta en paz  haya accedido a más que rebajar la cláusula de mil millones por los célebres cien con los que se ha cerrado la operación.
Don Florentino, y nunca lo reconocerá, ha tenido que estar más que harto con un advenedizo de la negociación en las altas esferas, donde se supone que existen unos códigos éticos y se los han ido saltando una campaña sí, y la otra también. Han tenido que pactar hasta la manera de zanjar el adiós para que se sepa que el Señor Cristiano Ronaldo no se ha ido porque el club blanco no haya accedido a sus pretensiones, porque ya se iba o se iba.

A Don Cristiano Ronaldo alguien le debía de haber advertido que no es lo mismo hacer negocios en España que en Italia, y que puede que con el tiempo se arrepienta. Y es que quizás el peor enemigo de Don Cristiano es el que se encuentra todos los días al mirarse al espejo.

Y más de un periodista de esos que se creen rigurosos, y españoles, muy españoles, se lo tenían que hacer mirar, porque en el fondo se están conformando con ese minuto de gloria que una carta, que se supone está escrita por la mega-estrella les une en la historia con él. Aunque en el fondo no deje de ser una especie de pago por servicios prestados.

Don Cristiano en esos cruces de la vida, ha preferido decantarse por seguir ganando más dinero venido de la publicidad en todo el mundo, y que la hacienda italiana no debe de tener tan en cuenta como el fisco español. Se puede hacer esa elección, es licito, pero no intentes además tener  la imagen de no haber roto ningún plato.

En los recorridos largos la vida va poniendo a cada uno en su sitio, y el paso de los años, me da al olfato, que es de lo peor que sabe gestionar, al menos por ahora, un Cristiano Ronaldo que siempre ha estado, no me cabe la menor duda, encantado de haberse conocido.

*FOTO: DE LA RED


miércoles, 25 de abril de 2018

CRISTINA OLAY, DOS EN UNO



Lo nuestro se parece más a la época de Curro Jiménez que a la Edad de las nuevas tecnologías. 

A medida que se van conociendo más presuntas andanzas de la todavía Presidenta de la Comunidad de Madridnunca hubiera pensado que iba a decir esto, pero si yo fuera Cristina Cifuentes desaparecería de la faz de la tierra ahora mismo, tras la revelación de que en el 2011, y existe vídeo, fue descubierta in fraganti en un Eroski de Vallecas en posesión de dos botes de crema anti-edad Olay.

El asunto se zanjó, como parece que normalmente terminan estos casos, “la presunta” paga los 40 euros que constaba lo que se supone estaba haciendo desaparecer, y … a otra cosa, mariposa.

Intentando pintar toda esta historia con un poco de ironía, conviene no olvidar que entonces la Señora Cifuentes ya era la segunda de Madrid.
Cuando este vecino del mundo decía hace unas líneas, que si fuera Cristina Cifuentes desaparecería ahora mismo, es porque algunos sufrimos de “vergüenza ajena”, y lo de Cifuentes me produce un sonrojo frío, ese que hace  poner en el mapa mundial a una comunidad autónoma porque se demuestra fehacientemente de que su política más importante es una choriza, por ahora seguiremos diciendo, por si acaso, una “presunta choriza” de manual.

Parece ser que ahora ciertos medios quieren teñir todos estos sucesos bajo la pintura de una enfermedad llamada “cleptomanía”. No nos engañemos, si hubiera sido eso, más de una vez hubieran desaparecido hasta los micrófonos en las, por ejemplo, ruedas de prensa, y no es el caso. Lo de Cristina es más un "porque yo lo valgo" al estar unos cuantos escalones, eso debe de pensar ella, por encima del resto.

Ya se están haciendo, así somos los españoles, chistes al respecto, y se está diciendo que …”Tranquilidad, tras el caso del “master”, ahora Cristina Cifuentes renunciará también a las cremas  y … pelillos a la mar”.

Llegará un día, aunque el resto de los mortales no nos enteremos, en que la Señora Cristina Cifuentes, en la intimidad, en esa misma en la que el Señor Aznar hablaba catalán, se reconocerá, aunque sea así misma, que lo suyo siempre ha sido una huida hacia adelante, una especie de “Buscando a Jack” pero en versión, al final se ha probado, anti-edad.

Estoy deseando que pasen unas cuantas horas, para saber con qué contraatacan los afines a Doña Cristina. Al final nos enteraremos de cualquier maldad, como que hace muchos años un irreconocible Pablo Iglesias fue pasado por cualquier comisaría  por intento de robo al encontrársele puesto un liguero de la última colección del “Secreto de Victoria”. O  que tras su penúltimo viaje a Venezuela, Pablo Echenique intentaba meter escondido en su carrito mil chandals de Maduro para sus clubs de fans.

Quizás, en las próximas horas, y por tomárnoslo a broma, vamos a hacer muchas risas. Pero no lo olvidemos, nos estaremos riendo de nosotros mismos, como al parecer constantemente lo están haciendo más de uno de nuestros políticos mientras meten su mano en cualquier sitio que todavía tenga algo de valor.

Y me pregunto, así, de frente y mirando al tendido, como un torero preparándose para su próxima porta gayola:-¿Hoy también el Señor Herrera, Don Carlos, pensará de Cristina Cifuentes que le falta un hervor?
O a lo mejor, en el peor de los casos, y viendo el cariz que está tomando el tema, somos nosotros que notamos a los que nos faltan muchas cosas que se han ido perdiendo por los caminos de los políticos de turno.

Como hubiera dicho nuestro querido y añorado Forges: País, S.A.

*FOTO: DE LA RED

**Dos horas después de este post, Cristina Cifuentes ha dimitido, para según ella, la izquierda encabezada por el PSOE no consiga el poder en la Autonomía de Madrid, y suba, por supuesto, los impuestos.

Después los de su partido dirán que los demás son populistas...

sábado, 18 de febrero de 2017

EL CUENTO DE "CRISTINA Y EL LOBO"


Hay frases que en un momento dado nos dijeron en nuestra infancia y que sin apenas reparar en ello, fueron calando en nosotros, quizás a fuerza de repetírnoslas, más el plus del cariño sentido por la persona que lo decía, hasta formar parte de nuestro guion de comportamiento. Y una de ellas es esa de “La vida es un cuento” que me solía decir mi padre, y que a mí me traía por la calle de la amargura el intentar comprenderla. 

¿La vida no vale nada? ¿Si la vida es un cuento, hay muchos cuentos en una vida? ¿Se puede contar el mismo cuento de diferentes maneras según quién lo cuente,  y es más, a quién se lo cuenten?

Estos días estamos presenciando el cuento de La Infanta Cristina y el lobo Noos, que depende de quién lo cuente, o a quién se lo cuenten puede ser de una manera u otra.

Quizás viendo la alegría del Señor Roca Junyet, Don Miquel, defensor de Cristina, y gran amigo del Rey Emérito, recordarle, aunque seguro que él ya lo sabe, que salir absuelto de una causa, teniendo que pagar una multa, no es ni para tirar cohetes ni para aseverar con alegría y fuegos de artificio, que “queda demostrado que la justicia en España es igual para todos”, en especial cuando podemos recordar recientemente que mientras al Señor Urdangarín le han caído  6 años y 3 meses de pena, por presuntamente unos millones de nada, mientras un joven español, aunque la nacionalidad debería de ser lo de menos, entró en la cárcel por pagar 79,20 Euros, con una tarjeta falsa. ¡Ah! Seguro que más de uno dirá que ésto que este vecino del mundo acaba de decir es "populismo", porque el populismo, como el cuento, que son primos hermanos, depende de quién lo cuente, vale o no.

Está claro que la Infanta es como la Princesa Pachuchita del cuento y que le duele unos millones de guisantes atribuidos a su marido, tras trece colchones de dudas que dependen de quién cuente el cuento, o una Caperucita que ignoraba que ir, cuando menos de acompañante, por el bosque de los negocios pudiera significar el ser implicada por el virus de la codicia de presuntos conocidos o desconocidos.

Ayer, tras saberse la sentencia del Caso Noos, Norberto, un vecino de derechas de toda la vida, al coincidir con este vecino del mundo al entrar en el portal me dijo, como si hablara para sí mismo: 

-Estoy contento porque con la sentencia se ha demostrado que la justicia es igual para todos.
Al oírle, me he dirigido a él, como con curiosidad, y sin ningún tipo de nervios:
-Una pregunta: ¿A la hora de declarar ante el juzgado, ella tuvo que hacer el “paseíllo” ante los medios, como los demás?
Norberto, hace ademán de pensar, porque ya sabía de antemano la respuesta, y contesta con un seco: 
-No.

Debe de ser una casualidad, pero a partir de ese momento solo le veo la espalda, y quizás por mi educación cuando a los comics en España se les llamaba “tebeos”, mientras se aleja, le veo rodeado de signos de interjección, de interrogación, y la silueta de algún burro, y algún cerdo…


Quizás, el secreto no sea si la vida es un cuento o no, sino ser amigo del que escribe el cuento, o tener el poder para escribirlo uno mismo.

*FOTO: DE LA RED
 TEXTO EN FOTO: PATXIPE