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sábado, 2 de abril de 2016

COLLEJA HONORIS CAUSA (O LA SOMBRA DE MARGARITA LANDI ES ALARGADA)



Pido de antemano perdón a todos mis fieles lectores, y a los que por casualidades de la vida, brinden su atención  a este blog del vecino del mundo por primera vez, pero el de hoy no va a ser un post fácil, porque haciendo de tripas corazón voy a abrir el grifo de mis críticas para que salgan, muy poco a poco, y no a chorro libre, que es en realidad lo que me pide el cuerpo.


Por decirlo de alguna manera, esta semana se va a caracterizar por el de la colleja echada a perder, o la colleja que nunca fue. Esa colleja honoris causa que sabes que no puedes dar,  no debes, pero que te haría tremendamente feliz.


Los ya entraditos en años recordarán a toda una periodista de raza, y que en la nueva serie de “El Caso”, uno de los personajes es una especie de homenaje a ella, que se caracterizaba por llevar siempre una pipa en su mano, Margarita Landi, especialista en la llamada “crónica negra”.  Pues bien, la Señora Landi solía decir que hay personas que vienen a este mundo predestinadas a que las maten, porque son tan malas que hacen el mal a todo el mundo, y algún día pueden topar con alguien que pueda reaccionar de manera inesperada, desequilibrada,  y como tajante autodefensa.


Salvando todas las distancias, y que se me entienda, por favor, este vecino del mundo está convencido de que hay personas que vienen a este mundo metiendo el dedo en el ojo hoy sí y mañana también, porque son tan listos que tienen explicaciones para todo, especialmente para salvar su trasero, sin importar implicar a quien se le cruce por el camino.


Esta semana hemos podido ver a todo un ministro, el Señor Cristóbal Montoro, en la arena mediática, que es donde se maneja bien, repartiendo mamporros, dialécticos naturalmente, a diestro y siniestro, con tal de defender a la mano que le da de comer, aunque esté desorientado, porque en el fondo, le damos de comer nosotros. Que el déficit público se sobrepasó en diez mil millones, no hay problema, la culpa es las autonomías, y lo que más me ha dolido personalmente, de los enfermos de hepatitis por tener que pagar sus medicamentos.


Hay personas, e incluso entidades, como el club de mis amores, Real Sociedad (http://patxipe.blogspot.com.es/2016/03/el-caballero-de-la-mano-en-el-pecho.html), que parece que se concentran más en defenderse, que en cumplir su trabajo. Y el Señor Montoro nunca tiene la culpa de nada, hace unos tres años, la culpa era de famosos actores españoles que no pagaban impuestos. Podría también decir que a parte de ese dinero que se ha perdido, presuntamente, por el camino entre sobre y sobre, también podía haber hablado de esos dineros que se pagan para que gente de su partido viva, por ejemplo, en París, con todo pagado porque siguen representando a España en el extranjero, en apartamentos de lujo, muy por encima de nuestras posibilidades…


Hay cosas que realmente ofenden, y lo de los enfermos de hepatitis ha sido un golpe bajo, en un terreno, en el de poner el ventilador para repartir porquerías, por no decir “mierda”, en el que cada vez se están ampliando, tristemente, los límites.


Hay gente que tiene suerte, el Señor Montoro, y el gobierno al que representa, incluidos, porque lo que les sale bien sirve para ponerse medallas, y lo que no, la culpa es de la herencia adquirida, o del que pasaba por allí.


Lo dicho, Señor Montoro, esta semana me siento frustrado por esa colleja que nunca le podré dar, pero que se la entrego “honoris causa”, mediante este post, y bajo la sombra de aquella señora, Margarita Landi, que siempre contó menos de lo que supo.

*FOTO: DE LA RED

jueves, 9 de julio de 2015

CARTA ABIERTA A "LA CAIXA" (UN CLIENTE Y SU CORRESPONDIENTE CABREO)

     
                                 
                                        San Sebastián,  9 de Julio, 2015


Att.: Señores de "La Caixa"

Muy Señores míos,

Hace un cuarto de hora, sobre las nueve y media de la mañana, he ido a ingresar una pequeña cantidad (250,00 euros) para ustedes, una gran cantidad para mí, en la sucursal que tienen en Avenida de Madrid, en San Sebastián (20.011).

Como le he dicho a la señorita que se acababa de sentar, cogiendo el relevo de una anterior, la cuenta es mía pero la maneja mi hermana desde un pueblo costero del Mediterráneo. Todos los meses ingreso una cantidad, a la que acompaño con mi carnet de identidad y una fotocopia de la correspondiente cartilla, en la que está el número de cuenta.

La Señorita en cuestión siempre con una sonrisa marcada en los labios, aparentemente no sentida, me ha preguntado qué cantidad quería sacar. Al decirle que no, que en realidad era para ingresar, y esperando que se alegrara por ello, en su lugar ha tornado la sonrisa por un rictus de seriedad y me ha dicho con el mismo tono que una máquina de cigarrillos da las gracias, que "YA SABE USTED que esa operación hay que hacerla en ventanilla, aunque ahora ya se la estoy haciendo yo”.

Le he contestado que es la primera vez que me lo  dicen, pero que además no tengo tarjeta para la máquina. En el mismo tono anterior, más de inquina que de indiferencia, me ha dicho que “no hace falta, que con teclear el número de cuenta en la que se quiere ingresar, ya está”.

Le he comenzado a decir, que yo quiero seguir así, porque ya estoy cansado de trabajar para los bancos, en lugar de que ellos lo hicieran por mí, y que además iba a llegar un momento en el que incluso su figura, la figura de ella, no iba a ser indispensable…Pero a la mitad del razonamiento ha cogido un teléfono que estaba fuera de mi vista, y ha comenzado hablar mientras musitaba,  más para ella que para mí, un “perdón”.

Ni que decir tiene que me he ido, y además como se imaginarán ustedes, bastante cabreado.

De todas maneras, desde hace bastante tiempo, se nota que en todas las entidades bancarias cada vez hay menos gente empleada, los que quedan se supone que  trabajando, y procuran que todo lo hagamos nosotros, bien sea a través de la maquinita correspondiente en sus sucursales, o vía internet desde nuestra casa.

Sinceramente, cuando sea mayor, que visto lo visto no lo seré nunca, quiero poner un negocio como el de ustedes. Los clientes cada vez trabajan más en lugar de sus empleados, y encima nos pasan cargos por el “trabajo” realizado.

Y a todo eso hay que añadir, que si además todo fuera mal, no hay problema, nosotros les rescatamos. ¡Negocio perfecto!

Aunque me imagino que realmente, al menos eso parece, no les importa, seguiré yendo a ventanilla para depositar el dinero correspondiente, porque entre otras cosas, no me queda más remedio, y además prefiero la frialdad de sus empleados a una máquina que incluso es posible que me trate mejor, pero que si se va la electricidad “se queda muerta”. Y siempre prefiero, ya ven, hasta para eso honesto,  que sea yo el que se quede muerto, aunque sea como en el caso de hoy, por el comportamiento de sus empleados, esos mismos que con el tiempo van a ir desapareciendo en su gran mayoría.

Atentamente,

El vecino del mundo

P.D.: Donde dije digo digo Diego. 
Hoy 13.07.15 he recibido una llamada de la señora directora de la citada sucursal, en Donosti,  pidiéndome más información sobre los hechos y tras dárselos me ha pedido todo tipo de perdones. Ya le he dicho que lo que peor me sentó fue esa especie de muro que se creó cuando la señorita que me atendió/desatendió cogió el teléfono para atender otro asunto.
Por lo menos un poco de humanidad y afecto entre tanta norma que siempre protege a la parte más fuerte.


*FOTO: DE LA RED