Voy a empezar este mensaje arrojando piedras contra mi
propio tejado, porque siempre hemos querido en este blog dejar las cosas claras,
sin ningún paño caliente.
Uno de mis lectores, sólo uno, se ha quejado, pero en
este caso creo que es muy importante el mencionarlo, para que no haya ningún atisbo de duda,
por no haber escrito un post sobre lo ocurrido ayer en Niza.
Visto así, “el vecino del mundo no ha comentado el atentado ayer en Niza”, el comentario del lector, no sé si seguidor frecuente (porque en ese caso conocería de sobra la manera de pensar del vecino),
tiene toda la razón.
Ocurre que la noche es oscura, y el día claro, y este
vecino del mundo tampoco lo comenta. Hay cosas que son obvias, y lo ocurrido en
Niza ayer cae por su propio peso, porque es triste, muy triste, y hasta faltan
las palabras, para describir cómo se puede transformar un día de total felicidad
para todos los franceses, en auténtico horror porque una persona así lo ha querido.
Precisamente creí conveniente no comentarlo por humildad,
por no apuntarme un tanto fácil y añadirme a las miles de adhesiones como si la
mía fuera importante. Y quizás, aunque solo uno de mis lectores me lo haga
notar, ahora veo que aunque un asunto parezca obvio, quizás es mejor dejarlo
claro desde el momento en que uno se expone, en cierta medida, al juicio
público un día sí y el otro también.
Además, conviene recordar en que este blog no es una crónica diaria de lo ocurrido en el mundo, sino que tiene un microcosmos difícil de definir, y que tiene un mucho de hablar con las tripas, de darle voz a los sentimientos en el mismo momento que nacen de quitar las alarmas de lo políticamente correcto. Y desde ese mismo punto de vista, quizás el que no hubiera dicho nada hizo vestir, al menos por un momento, al vecino de verdadero cretino.
Y ya, metidos en materia, y por supuesto sin querer
entender al hacedor de esta desgracia, mejores mentes pensantes y actuantes
deberán incidir en el tema del por qué este tipo de casos por desgracia están en
aumento, y si el cambio, o intercambio de roles y de posiciones sociales, pudiera
tener algo que ver.
Si esos “lobos solitarios”, como al parecer se apunta en
el caso de Niza también, se auto-marginan o son marginados. Sea lo que fuere nadie tiene el poder para
decidir sobre las vidas de los demás.
Este vecino del mundo tiene comentado, en otras ocasiones, que
estamos en unos tiempos en que, y perdón por la expresión aunque es la más
certera, todo aquel que expone su opinión, tenga el alcance que tenga, “se la
tiene que coger con papel de fumar”, y ayer por lo menos para uno de
mis lectores, y todos son importantes, precisamente porque este vecino del
mundo no diera la suya, se pudo producir una sombra de duda, y había que
atajarla cuanto antes.
Ese lector tenía mucha razón, si pensamos en esas imágenes, cuando menos, de niños yacentes, y que merecían un comentario
doloroso, aunque se sepa que el día es claro, y la noche, como en Niza, a pesar de los fuegos artificiales, más oscura.
Como este vecino ha comentado en más de una ocasión, el
peor enemigo del hombre es el propio hombre, y en este caso no ha querido
mencionar al lobo, porque este animal, que seguro se rige por sus propios códigos, tampoco tiene la culpa de lo que ha
perpetrado un, se supone, ser humano.
*FOTO: DE LA RED