Siempre
se ha dicho, y este vecino del mundo considera además que es así,
que los anuncios de la televisión, en España, son de muy buena
calidad, tristemente quizás, mejores muchas veces que los mismos
programas en los que se incluyen.
Algunas
veces, sin embargo, los publicistas se podrían pensar las cosas dos
veces. Acabo de oír en la radio, dentro de una promoción de esos
grandes almacenes con el triangulito verde, y dando ideas para
animarse uno mismo, ir a un concierto de Alejandro Sanz.
¡Hombre!
Alejandro Sanz es uno de los mejores cantantes actuales, con grandes
canciones, y muy buenas letras, pero de eso, a ser la alegría de
la huerta...va un trecho.
Hace
años en los hospitales británicos se prohibió que se emitiera
dentro de la música ambiental la canción “My way”, (“A mi
manera”), ya que en la letra se hace mención de que el fin está
cerca, y se hace un resumen de la propia vida, con sus buenos y malos
momentos, y los aciertos y los fracasos.
Y,
sinceramente, creo que con Alejandro Sanz, y con Pedro Alborán
también, ocurre lo mismo. Escuchas un concierto entero, que se
debería de considerar como “sobredosis”, y te cortas las venas
directamente.
En
los días que corren, me imagino que despavoridos por la
crisis, hay que cuidarse muy mucho de lo que se escucha, porque
demasiada información , y eso no tiene que ver nada con la censura,
tampoco tiene que ser bueno. Los “demasiados” en uno u
otro sentido, nunca tienen que ser buenos.
Un
exceso de malas noticias acumuladas, se convierte en una especie de
apocalipsis, en el que podrías intentar quemarte a lo bonzo, y hay
que pensar que nosotros no hemos hecho nada malo, quizás, porque no
nos ha dado tiempo, o porque otros han sido más rápidos, y sin
embargo, se nos atribuye la culpa por haber vivido demasiado
bien. Pero, ¿qué es vivir demasiado bien? ¿Vivir tu vida y la de
otro en trago largo? Eso es una leyenda urbana, ya que este vecino se
ha pasado mucho tiempo intentando recordar cuándo fue eso, y lo
único que recuerda es que trabajaba y trabajaba, y no daba tiempo a
otra cosa. A lo mejor es que pasó lo mismo que con los “Eres” en
Andalucia, que los cobraron, y en este caso los disfrutaron, otros.
Ahora
en cambio, si de algo tenemos tiempo, es precisamente de pensar, y
eso puede ser un arma de doble filo, porque al pensar se puede tender
a lamentar, y eso, salvo en muy contadas ocasiones, no hay que
hacerlo nunca. Y como ya lo dijo Pablo Neruda, “confieso que he
vivido”, y eso, en sí no significa que haya pecado, sino que
es un arrebato de sinceridad, y eso, los arrebatos, salen del alma, y
son bendecidos por los sentimientos.
*FOTO: DE LA RED