Todavía con el desayuno en la mano, este vecino se
ha topado con una de las noticias del día, que en cierta manera le ha
transportado al pasado.
El expresidente Zapatero ha presentado un libro, “El
dilema. 600 días de vértigo”, en el que habla sobre la crisis económica
que le tocó vivir.
Y vosotros, los lectores fieles de este vecino del
mundo os preguntaréis el por qué o el cómo esta noticia ha podido retrotraerme
al pasado.
La verdad es que ha sido instantáneo, como el café
mismo que me estaba intentando tomar y que casi se me cae por la visión.
Me he visto, y le he visto al Señor Zapatero, en
mi viejo pupitre de madera, que por su estado debía de ser el primero que se
hizo, escribiendo quinientas veces en el cuaderno de tareas “Escucharé,
respetaré y haré lo que el señor profesor mande”.
Cuando fallábamos en clase, teníamos un severo
correctivo, y la idea se nos tenía que grabar a fuego, al menos quinientas
veces.
En cambio hoy en día, el político de turno, en
este caso el Señor Zapatero, se va de rositas, y su manera de expiar las culpas
es escribir un libro para que le intentemos comprender, y por supuesto, pasando
por caja, y engrosando su curriculum para futuribles trabajos.
Llega un momento en que el cajón de “intentar
comprender”, del españolito de a pie, está un poquito lleno, es decir que le
llega hasta las narices y no se aguanta más.
Este vecino recuerda que hace años, y además ya lo
comenté en esta atalaya, cada vez que en mi pueblo al menos, se cerraba una
empresa, con la indemnización se abrían tres o cuatro bares. ¡Bien! Pues lo del
libro debe de ser la versión jet-set del
bar, y además le servirá a su autor para presuntamente expiar sus penas ante algunas
instancias que con el tiempo le ofrecerán un trabajo, o dicho de otra manera, una excusa para
embolsarse sus buenos dineros a fin de mes. Una especie de cementerio de
elefantes, pero millonarios.
Es curioso. El cuaderno de tareas se hacía con el
fin de leerlo en casa a modo de resumen, para fijar las ideas. Ahora en cambio,
el de este señor y el de otros muchos, quieren que los leamos nosotros para
limpiar su imagen. Además, pasando por caja, negocio completo.
Y pensar, que una de las bases de nuestra
educación era el famoso "portarse bien". El problema es que nunca se nos ocurrió
preguntar para quién, y en el caso de este señor está claro que, al
menos, para su partido, y como siempre, para los bancos, que para más inri, tanto
los unos como los otros, no comprarán su libro, porque además lo recibirán
gratis.
*FOTO: DE LA RED