Lo bueno que tenemos los “bloggers”,
blogueros, o sucedáneos, que de todo hay en la viña de internet, es que podemos
escribir lo que nos sale de la peineta. Eso sí, algunos tienen una peineta de
marca, patrocinada, publicitada o subvencionada por un ente superior, y otros
nos las vemos y nos las deseamos para intentar hacernos ver en esa mar
procelosa que es la jungla de las redes sociales.
Con la crisis, hay algo que
ha aflorado, como cuando una botella con un mensaje es depositada en la orilla
de cualquier playa, y me refiero a esos que ya no tienen nada que perder,
porque han perdido casi todo, y de lo poco que les queda es una conexión más o
menos fiable a internet, o manera de
mandar sus “mensajes” cada cierto tiempo. Y, por lo tanto, una voz para contar
sus venturas y desventuras, que como nada hay nuevo bajo el sol, siempre habrá
alguien que se sentirá representado por esas cuitas y disparates que la voz, y
en este caso no me refiero ni a Frank Sinatra, ni a un morning singer, o
cantamañanas patrio cualquiera, sino del bloguero superviviente que no es que
haga la guerra por su cuenta, sino que cuenta sus historias, chanzas, o
simplemente lo que le apetezca, porque sigue vivito y coleando. Y eso, no es
poco.
Este vecino del mundo se
confiesa un ferviente admirador de Elvira Lindo en su faceta de articulista,
o incluso se pudiera decir de bloguera, ya que expone sus opiniones por la red
de redes. Y hace unas dos semanas, se le dio leña al mono, en este caso a la
mona, con perdón, todo lo que se quiso y más.
Me refiero a ese artículo (http://elpais.com/elpais/2015/09/08/estilo/1441726397_330245.html) en
el que la escritora, Doña Elvira (aunque seguro que no le gusta esta manera de
referirse a ella, pero es mostrarle el respeto que otros, al menos en ese
momento, se lo perdieron), fantaseaba con una relación con Pablo Iglesias, a raíz
de una especie de entrevista que le había hecho Ana Rosa Quintana en la
intimidad de la casa del político. Pero, pocos se dieron cuenta, o al menos eso parece, que ella en ningún momento mencionaba su nombre... pero las imágenes de "esa" entrevista eran muy recientes.
Este vecino del mundo, y muy
en contra de, al parecer, la gran mayoría de opiniones, considera que la opción
de Elvira Lindo cuando menos fue arriesgada, bajo un formato, quizás fue lo que
confundió al personal, de esa aparente pequeñez de alguno de sus artículos.
Porque hay quien presenta sus escritos bajo trompetas y timbales, y quien, por
su oficio, no le da importancia a lo que está diciendo, porque lo importante es
decir. Y, si se puede, no dejar al personal indiferente… Y ella, está claro,
que no lo dejó.
El personal, que siempre es
muy entendido en todo, y para cuando tú, humilde y tranquilamente vas, ellos ya han
vuelto, sin resuello, pero ya han vuelto cinco veces, te dicen que desde hace
tiempo te has anclado en la nada.
Y tú, te preguntas ¿Por qué
me siguen leyendo? ¿Para sufrir ellos, o para que sufra yo a posteriori con la
leña que me van a dar?
Está claro que muchos no
entendieron esa vuelta de tuerca que la Señora Lindo le dio al reportaje de Ana
Rosa, o de lo que puedes sufrir cuando unas imágenes pasan de la retina a una
especie de disco duro que de la memoria pasa, primero al riego sanguíneo, y en
el caso de Elvira Lindo se le instaló en las entrañas, y de allí salió. Con
mucha más mala leche de lo que la mayoría de los lectores parece que se dieron
cuenta.
Algunas veces cuando
intentas ridiculizar a alguien, te estás fotografiando, en una especie de
selfie mortal de necesidad, a ti y a tus carencias. Porque no te estás dando
cuenta de que no te has enterado de nada, ni sospechas de ello.
Si estuviéramos hablando de
una novela de crímenes, en ese caso se hubiera logrado el crimen perfecto,
porque el lector ni se hubiera dado cuenta de que el crimen había sido perpetrado,
única manera para que el acto fuera perfecto.
Lo dicho, lo bueno que tiene
un blogger es que habla de lo que quiere, y este vecino del mundo se ha
despachado a gusto. Y espero fervientemente que hoy los aludidos se hayan
enterado de todo.
Por cierto, para los malpensados, no conozco de nada a Doña Elvira Lindo, lo cual
es una pena, ni le debo pleitesía de alguna manera. Pero los hechos, siempre
son como son, y si uno cree que se tiene que partir la cara por alguien, pues
lo hace, y punto. Porque quien escribe, si algo no debe de hacer es,
dejarse algo en el tintero. especialmente cuando el tintero, además, es lindo.
*FOTO: DE LA RED