Tenía un tío, Pablo, que
cada vez que pasaba una procesión por el pueblo, me decía: Si la Iglesia saca eso de paseo,
imagínate lo que tiene que tener guardado.
Con mi tío me pasó algo que
con el tiempo me dio mucho qué pensar.
Al ir creciendo, me fui dando
cuenta de que Pablo era la oveja negra de la familia, aunque realmente nunca
descubres el por qué (pero nunca contaba para reuniones familiares, ni se hablaba de él; simplemente, estaba), a no ser que sea por sus ideas netamente
ácratas, y que claramente eran “la cruz”, y no voy con segundas, de “la cara”
del resto de la familia, demócratas, y de toda la vida, aunque no existiera la democracia todavía, y muy españoles, que se
traduce prácticamente en misa, fiestas de guardar, y lo nuestro es siempre mejor.
En España hay libertad para
opinar lo que quieras, siempre y cuando opines lo mismo que la "mayoría”,
y si no que se lo pregunten estos días a Elvira Lindo, lo que ha tenido que oír, y en especial, leer, en Twitter por su artículo de este fin de semana en “El País” (http://cultura.elpais.com/cultura/2017/04/13/actualidad/1492107162_872898.html?id_externo_rsoc=TW_CM).
No tengo la suerte de
conocer a Doña Elvira, pero siempre me han atraído las personas a las que nunca
les duele decir lo que piensan como tarjeta de presentación, porque entre otras
cosas, te están mostrando, cosa que es muy noble, de qué pie cojean; y es como si te ofrecieran su yugular. Y este fin de
semana han sido muchos los que se han cebado en ella, y no lo olvidemos, la
gran mayoría desde el anonimato.
Este vecino del mundo piensa como Elvira Lindo,
que la fe de cada uno es libre y muy respetable. Pero algo tan personal e
íntimo no tiene por qué invadir las calles, e incluso el ámbito, no de los “contrarios”,
sino, quizás, de los que no se definen, más que nada por aquello de el que
calla otorga.
Por cierto, en esa es, especie
de “guerra” de opiniones que se montó, descubrí, y es real, que tu opinión vale
lo mismo que vale el número de “seguidores” que tienes. Me lo dijeron a la
cara. Y, claro, como este vecino del mundo nunca ha estado empeñado en extender
su opinión, sino en darla, no tiene, por ahora, más de trescientos “followers”.
¡Es curioso! Todo comienza
con una cuestión de opiniones, con Elvira Lindo en su artículo semanal, donde muchos, lo
son, ven como peligroso su manera de ver la vida, y todo acaba en una cuestión de
quién la tiene más larga. “Triste, muy triste”.
El título de este artículo no tiene que ser visto, porque conozco a muchos que siempre se van por el lado más polémico, como algo machista, "un hombre defendiendo a una mujer", sino por la empatía que uno siente, este vecino del mundo, con la opinión de otro ser humano, y que en este caso, es mujer.
Por cierto, la ilustración
para el artículo era demasiado fácil, ya que lo primero que me pedía el cuerpo
es esa imagen de un Javier Bardem jovencísimo, en el poster de promoción de “Huevos
de oro”, tocándose los mismísimos. Pero aunque muchos, quizás, no se lo merezcan, no he querido ser tan
zafio, sino algo más sutil, buscando, quizás, el amago de una sonrisa. ¡Espero
haberlo conseguido!
*FOTO: DE LA RED