Cuando intentas hacer un trámite,
mediante el ordenador, con la
ADMINISTRACIÓN, así en mayúsculas, conviene dejar las tijeras y todo objeto
cortante a buen recaudo antes de comenzar a intentarlo, porque es como para
cortarse las venas. Tras pasar, y si lo consigues, mil y un pantallas, por lo
que ya te vas dando cuenta de lo importante que eres, NADA, al llegar a la
última, sale el consiguiente ERROR, también en mayúsculas.
De todas maneras, y uno se
ríe por no llorar, éste es un país anacrónico total, porque hasta para ser
pobre y pedir cualquier tipo de subsidio, necesitas hacerlo mediante la famosa
CITA PREVIA. Pero, seamos serios, si no
tienes para comer, cómo vas a tener internet. La famosa pescadilla que se come
la cola, aunque en este caso es más bien “pesadilla”, y que evita a muchas
personas como posibles “pedidores”. ¡Viva las cosas absurdas! Como la famosa
frase “prohibido poner carteles” que aparece en muchos solares o en comunidades,
que para prohibirlos, ellos primero ponen uno. Así con dos…, ustedes ya me
entienden.
Lo que me está ocurriendo
con la ADMINISTRACIÓN, me recuerda más a un videojuego: imposible llegar al
final de la aventura. En cierta manera, la figura del GRAN HERMANO ya existe, y
no solo nos está vigilando, sino que me imagino a “alguien” escrutándome desde
detrás de la pantalla, riéndose a mandíbula batiente, mientras él mismo me
induce al error y exclama a voz en grito: -No puede, no puede.
Es curioso también, que cada
vez haya menos funcionarios, entre otras cosas, amén de recortes varios, por
unas máquinas; porque a la postre, es eso lo que son, máquinas, que además no
funcionan. No pueden reclamar sus derechos, pero necesitan a un currito que las
ponga al día, un currito que ganará lo mínimo de lo mínimo; porque si éstos
ganan, luego no queda dinero para choricear, o para pasearlo por Suiza.
Ya me veo el resto del día
ante el ordenador, como si estuviera jugando con las maquinitas de los bares
esperando a que las tres figuras sean iguales. Al final esa reflexión
filosófica de que la vida depende del azar es verdad, porque si consigo pasar
la pantalla me ahorraré un viaje a ventanilla, y haré que mi tensión, que en
estos momentos está en la estratosfera, disminuya a parámetros normales.
Antes, en cuestiones del
destino, se hablaba de los hados, ahora seguimos igual, pero eso sí, bajo el
nombre Hados.2. Ya se sabe, todo es
cuestión de derechos; pero de los nuestros, nada de nada.
*FOTO: DE LA RED