El primer día del año tiene sabor a excesos, a propósitos, a nadie por la calle, a recuerdos de la niñez.
En nuestra casa y visto lo visto, en estas celebraciones ya no ponemos un menú consistente en entrantes y varios platos. Hacemos lo que los grandes cocineros denominarían una especie de menú degustación con los bocados más apreciados por los allí reunidos, y ya pasamos directamente al postre.
El primer día del año tiene sabor a no noticias, a vals de Viena, a pensamientos repetidos, a escenas déjà vu.
Me gusta pasear tranquilamente por la mañana del primer día del año y disfrutar de la tranquilidad del superviviente. Cruzarte con uno de los tuyos, de los supervivientes, y hablar con la mirada con frases como: -Claro, la gente no aprende y todos los años igual, sin poder moverse en toda la mañana. - Y el otro te contesta con otra mirada aseverando: -Si, no hace falta que me lo diga. Todos los años igual.- Y sigues paseando, comprobando que está todo cerrado y que por una vez que te apetecería comprar el periódico, no hay.
El primer día del año tiene sabor a nostalgia, a abrir el marcador de tu partido del año, a intentar aprender de los errores, a tratar a tus íntimos con el cariño que sientes por ellos y que nunca se lo has demostrado.
Como a partir de este día te vas a cuidar para siempre, miras el frigorífico por dentro pensando que necesita unos cuantos cambios con relación a los productos que muestra, pues ricos son, pero en errores para la dieta que deberías seguir, y que este año tienes que ser tú quien gane la batalla, no como los otros cincuenta y cuatro años anteriores.
Y lo mismo que hablamos de los productos que van a servir para nuestra dieta alimenticia, también tenemos que pensar en lo que nos vamos a llevar al intelecto para desinfectar todos los pensamientos tóxicos, e intentar encontrar al mismo tiempo la cuadratura del círculo, para poder asombrar al personal, y sobre todo a tu cartilla de ahorros, que poco a poco solo se va quedando en cartilla.
Siempre te ha gustado la frase Hoy es el primer día del resto de tu vida y verdaderamente la quieres poner en práctica.
El primer día del año tiene sabor a consejos de madre, a recetas de la abuela. El primer día del año tiene forma de camino guiado por tu familia y del que solo tú eres el responsable del sitio al que llegues, si es que alguna vez llegas.
*FOTO: DE LA RED