Desde hace unos días se
cuela por nuestra caja amiga la figura de una abuela, interpretada
por Mariví Bilbao, empeñada en que reciclemos el vidrio sí o sí.
A este vecino del mundo
desde que vio este anuncio por primera vez le trastorna los ademanes
bruscos de que hace gala la citada abuelita, y más teniendo en
cuenta que para cuando se da el “visto bueno” a una campaña
publicitaria ya ha pasado una especie de criba con expertos en
diversas materias.
El por qué se ha
revestido el mensaje que se quiere enviar bajo esta apariencia más
bien violenta sigue siendo más misterio que los mensajes mayas.
La señora Mariví Bilbao
lleva muchos años sobre los escenarios, y es solvente en cuanto a
escenas humorísticas se refiere, sin embargo el resultado en esta
ocasión es muy pobre. Es decir, no tiene ninguna gracia y es más
bien violento, aunque con ésto no quiero decir que la culpa es de la
citada actriz vasca, porque ella, claro está, se habrá dedicado a
seguir las directrices dadas por el director o por el guionista,
quienes a la vista del resultado tienen que tomar las medidas
necesarias para cambiar de derrotero.
Por lo que se ve “el
target” u objetivo de esta campaña es la juventud, y parece muy
corto de miras, el emplear esa vestimenta de simplicidad y rudeza
para intentar crear un ambiente fresco, cuando lo único que se
consigue es aquello de que la letra con sangre entra.
Una cosa sería el
explicar el por qué es conveniente reciclar, para así intentar
cambiar el chip, u opinión de la gente, y otra esa
vuelta a la escuela en blanco y negro, en la que se hace todo por la
fuerza y porque lo digo yo.
Se supone que si lo hacen
así, es porque estiman que la fase de explicaciones ya ha terminado,
sin embargo teniendo en cuenta que el grupo de gente joven se renueva
cada día, explicaciones del por qué, hay que darlas siempre, y más
teniendo en cuenta de que en muchas ocasiones el joven sólo lleva la
basura a la calle que previamente ha sido separada por el
correspondiente adulto, quien a su vez es el que debe recordarle al joven en el
último momento el color del container que debe visitar.
Reciclas
o collejas suena
a ultimátum, y es más del estilo de aparecer en una pancarta
sindical diciéndoselo al gobierno con respecto a las ideas de los
propios políticos que disparando a todo en forma de recortes e
impuestos encima no consiguen ningún resultado positivo.
*FOTO: DE LA RED