Desde
esta ventana abierta al mundo, este vecino observa desde hace mucho
tiempo que nuestro comportamiento es como las mareas: suben y bajan,
y nuestra luna es el gobierno, que de acuerdo cómo vaya actuando, nuestro caudal de comportamientos será mayor o menor.
Como
diría mi viejillo del quinto, el Señor Antonio, con más surcos en
la cara que los que hizo en los campos de su Andalucía natal,
siempre con su traje de pana marrón:
- No
es que la cosa vaya mal, sino que la cosa se murió hace mucho
tiempo, y ya huele...Mañana habrá otra huelga, y el gobierno lo
sabe...Entonces, no hay nada que hacer, porque ya está previsto. Las
cosas repetidas, se convierten en ritos, y los ritos forman parte del
folclore, y para eso me quedo con el flamenco y con Camarón, y antes
que él con Manolo Caracol, y no con el Gobierno, ni con los
sindicatos. El flamenco lo hace el pueblo, y todo lo que ocurre en
nuestro país, es lo que nos merecemos por nuestro comportamiento.
Como
en el flamenco, se trata de sorprender, de que salga el duende, y con
él nuestro sentimiento a flor de piel. El gobierno, el nuestro y el
de Europa, hace tiempo que tiene evaluada toda nuestra situación, y
la única manera de sorprender es que aparezca nuestro duende, y nos
haga comprender que tenemos que cambiar nuestra manera de
comportarnos, y volver a nuestras raíces.- Y continúa el Señor
Antonio con su discurso mientras sus ojos hace tiempo que tienen la
luz de su Andújar natal – Si en un partido de fútbol, lo
importante en realidad es el balón, si se rompe el balón se acaba
el partido.
Lo
mismo ocurre con nuestra economía. Lo importante es el dinero, y si
decidimos no gastar un duro, algo tendrá que pasar, porque incluso a
ese poder que siempre está en la sombra, precisamente lo que le
mueve es el dinero, y es la única manera de que se ponga nervioso, y
ponga nervioso al gobierno actual.- En este momento el Señor Antonio
ya se ha levantado de su silla, y con su bastón apuntando hacia el
techo, quizás con intención de subir su nivel. - Señores, a partir
de mañana, en lugar de cinco manzanillas, solo una, pero con mucha
tertulia, y si tengo que ir al médico, iré andando. No hay que
gastar ni en autobús. Las únicas marcas que hay que gastar...las
que deja la vida en la cara. Menos conocer el extranjero, y más
conocer a los amigos, y a la tasca de al lado de casa. ¿Ver la tele?
Sí, porque ya está en casa, y el internete ese para comunicarse con
las otras realidades que nos circundan. Nos han subido el I.V.A.,
pues no les va a servir de nada, porque si hay que comprar libros,
nos iremos a la biblioteca, que incluso tienen discos y películas.
No habrá mucho futuro quizás en esta propuesta, pero el gobierno se
va a poner más nervioso que la tía Gervasia cuando se echó novio. -
Desde
esta ventana al mundo, solo añadiré que si es verdad que las
personas mayores son más sabias, precisamente por sus años, quizás
al Señor Antonio no le falte nada de razón. Por lo menos su
filosofía no nos va a costar un duro, y eso hoy en día no es poco.