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miércoles, 2 de diciembre de 2015

LOAS A UNO MISMO Y NOTICIAS SIN OJERAS


No me gusta el autobombo, nunca me ha gustado, pero lo de hoy de la Cadena Ser, y cada vez que sale “El estudio general de medios”, es como para cortarse las venas.

Me he imaginado a los locutores, porque por supuesto semejante noticia, no la podía dar uno solo, dándose besos en las manos y repartiéndoselos por las diferentes partes de sus cuerpos, en esos momentos seguro que prestos al orgasmo. De todas maneras, para las próximas veces este vecino del mundo recomienda que ya en lugar de dos locutores, pasen la información directamente, por ejemplo, al Orfeón Donostiarra y durante unos diez minutos nos deleiten con una multi-orgasmica banda sonora a PRISA.

Es que hay ciertas cosas que a este vecino le dan vergüenza ajena, como esas loas a uno mismo. Me declaro escuchante de esa cadena, y de la primera de Radio Nacional, según qué programa sea, pero hay cosas que me siguen rechinando cada vez que ocurren, y esto del autobombo a la hora de leer cifras es una de ellas, porque todos sabemos que hay maneras y maneras de enfocar cualquier noticia, como ocurre en una noche electoral, que preguntemos a quien preguntemos: todos han ganado.

Otro asunto es, por ejemplo, esa manía que tienen, la Cadena SER, y por supuesto, los otros medios de comunicación, de enviar a sus estrellas, como dicen ellos, allí donde ocurre la noticia. Porque, aún sin quererlo, están repartiendo estrellato a las noticias, o noticias de primero o de segunda. Mientras, seguro que el currela de siempre, otro que seguro que también tiene su carrera de periodismo, suponiendo que la estrella del programa sea periodista (y no va a ser este vecino del mundo quien haga distingos, sino que son ellos mismos quienes hablan un día sí y otro también de los advenedizos) se ha levantado a altas horas de la madrugada, eso si ha dormido, y los focos, como siempre, van a su jefe, o jefa, que seguro que está más descansado. Parece que la noticia debe de ser fidedigna pero nunca debe de tener ojeras. 

En realidad siempre he pensado que la figura de turno al acudir al lugar de la noticia se está haciendo una especie de "selfie" y, por supuesto, ya la noticia es él, o ella, allí.

Últimamente se está dando mucho eso de (y hablo de la radio, pero en los demás medios también ocurre) el locutor/presentador guía, que mientras pregunta a alguien, mediante exclamaciones, primeros planos si es televisión, o apostillas varias, va dejando huella de su opinión.

Este vecino del mundo considera que hay momentos para todo, y que si estás entrevistando a alguien, esa persona es quien debe de tener el protagonismo, y no la calificación codificada o no, que el comentarista estrella nos envía en todo momento. Tiempo tendrán de dar su parecer en un programa en el que ellos son los sumos sacerdotes.


Por cierto, y ya para terminar, esa manía que ha dado a alguna estrella, en este caso televisiva, de que cada vez que está preguntando, lo hace con una cara y tono tan agresivos, que te los imaginas dando descargas eléctricas al  entrevistado. Una cosa es intentar que éste no evada las preguntas, y otra restregarlas por su morro, como quien estampa una tarta de nata, al más puro cine slapstick de los años veinte. Lo importante nunca debería de ser la pregunta, sino en todo caso, la respuesta.

*FOTO: DE LA RED