sábado, 31 de octubre de 2020

DÍAS DE PISCOLABIS Y BATAMANTA

 

Por todos lados, por todos los gobiernos autonómicos, e incluso, central nos están llamando a quedarnos en casa este fin de semana, para protegernos de esa segunda ola de Coronavirus que amenaza con llevarnos a todos, y que hace ya mucho tiempo mojó hasta dejarla irreconocible, a nuestra anterior realidad. Serán días inequívocos de piscolabis y batamanta.

Es triste, pero ahora ves programas grabados con anterioridad a la pandemia, y en los que en algunos momentos, como “La voz” ayer noche, se ve el plató repleto de público, y ya tienes la sensación, como mínimo, de que se están cometiendo actos impuros: Desnudos, porque nadie lleva mascarilla. Ahora todos somos unos pecadores. Y ver una reunión de Trump y sus seguidores, días antes del Martes definitivo con muchas gorras rojas, pero muy pocas mascarillas, es la versión más porno de una orgía.

Lo comentado en el párrafo anterior no es una crítica a favor del negacionismo, imposible, porque este vecino del mundo no es de esos, sino el remarcar que nosotros, los de siempre, ya nunca seremos, aunque aparezcan mil vacunas, los mismos.

Nadie es el mismo después de una tragedia, y lo peor de todo es que en ésta la gente no se pone de acuerdo, y todo es opinable. Y mientras lo sea, parece que no puede haber sentencia verificando de que nuestra tragedia, la de todos, lo es.  Y seguirá habiendo jóvenes, y no tanto, que se manifiesten, como vacas sin cencerro, pidiendo su libertad a poder salir cuándo y cómo quieran, con o sin “tapabocas”.

Personalmente, este vecino del mundo les garantizaría su derecho a hacerlo previo firma de un contrato en el que renunciaran a todo tipo de cuidados médicos y plaza hospitalaria en caso de ser galardonados con un bonito coronavirus. Y además, en caso de que algún familiar suyo también caiga bajo las garras del Covid-19, vayan donde ellos, y les digan cara a cara de que es muy probable que ellos sean los responsables de esa enfermedad que ellos decían que no existía.

Este vecino del mundo siempre ha creído en el dicho “en el pecado lleva la penitencia”, y en ese otro aún más inapelable que “quien a hierro mata a hierro muere”. Los hechos no hacen más que repetirse y los irresponsables no quieren verlos.

Ya el peligro no está dentro de la televisión, en una película. Realmente podemos decir eso que se decía en "Poltergeist": ¡Ya están aquí! Y lo verdaderamente terrible es que son de nuestro mundo, o de lo que queda de él...

*FOTOGRAMA DE "POLTERGEIST"

 

viernes, 30 de octubre de 2020

A LA SOMBRA DE LA ALARMA

 


Al final me voy a tener que hacer de Legálitas para intentar no saltarme ninguna norma de esas que ayer no estaban, pero que hoy nuestros políticos han creído conveniente, y por nuestra seguridad, solo por ella, ponerla o quitarla, que uno ya está más confundido que el asesor de Donald Trump, o incluso, sin irnos al extranjero, que el asesor, si todavía lo tiene, de Isabel Díaz Ayuso.

Por cierto, y hablando de asesores…, al de nuestro Presidente, Pedro Sánchez, le aconsejaría que antes de tomar cualquier otra decisión con la Presidenta madrileña, hay que asegurarse de que sea ella la primera que recomiende algo, porque así se podría dar el caso de que coincidan en sus deseos. Ya que si le dejas a ella el derecho a réplica, está demostrado que siempre elegirá lo contrario. Pareciera que ha elegido estar en la oposición las veinticuatro horas del día.

Antes del imperio de “lo políticamente correcto”, este vecino del mundo hubiera podido decir eso de que da la impresión de que llevar la contraria, a Díaz Ayuso le pone; pero estando donde estamos, mejor no incurrir en el error.

No sé a vosotros, pero éste estado actual, a la sombra de la alarma, me hace sentir como un borrego pastando aquí o allá. Como se dice en  mi pueblo: lo mismo me da que me da lo mismo.

Se trata ya puramente de sobrevivir, y ya se sabe, que en las pelis al menos, el secreto está en pasar desapercibido. En cuanto empiezas a recibir tus primeros planos, es posible que a tu guion le queden muy pocas líneas, porque un asesino en serie, quizás, te esté acechando. Y sólo cobras cuando estás. Para eso no hace falta ni pagar a un asesor.

Por cierto, y ya para terminar, el que seguro no queda en paro es el psicoanalista de cualquier asesor. Ahora bien, afinar eso tiene que ser más difícil que darle cuerda a un reloj de pulsera antiguo, con las manos dentro de un par de guantes de boxeo… 

*FOTO: DE LA RED


jueves, 29 de octubre de 2020

¡VEN A JUGAR...

 Ayer me llegó un sobre con la renovación de una de mis tarjetas bancarias.

Aprovechando el momento, estaba comprobando, en lo más frondoso de una alejada, muy alejada, higuera,  las condiciones e inspeccionando la tarjeta, que por primera vez me viene personalizada con una fotografía-ambientación, entre unas cuantas que me habían ofrecido previamente, cuando mis ojos, perdón, mi ojo, el que no es “fake”, dió con el año en el que expiraba todo el asunto, 2025, y automáticamente, mientras me caía del frondoso árbol,  me descubrí pensando un frío, lacónico y especialmente retador: “Eso, si llego”.

Tras mi sorpresa inicial, llegué a la conclusión de que ésto también es una de las cosas que nos ha traído el COVID-19.

Ahora, en realidad, todos tenemos una etiqueta de manipulación para el día en que caigamos enfermos. Y en la mía dirá que soy persona de alto riesgo y que me queda el final de un Telediario para ingresar en el "Club de los de 65”. Con lo cual, mi vida es ya como aquel “Gran juego de la oca”, que presentaba un Emilio Aragón todavía sin canas, ni nietos que llevarse a su espalda.

Depende de cómo caiga el dado de mi destino para ir a unas casillas u  a otras, y digámoslo, porque es el gran elefante que llenaba la sala y nadie quería mencionar, para que el final de nuestro juego, sea uno u otro.

¿Lo peor de todo? Que nadie te ha invitado a jugar, y que dure lo que dure la partida, al final… siempre pierdes.

Esperemos que en el ínterin (siempre digo que me encanta esa palabra, y por eso la utilizo) se consiga una vacuna fiable, y alejada lo máximo posible de dudas y prisas. Porque personalmente, este vecino del mundo, por ahora al menos, es de la opinión de que antes se la tomen otros valientes, si es que el destino me sigue admitiendo como jugador en “El gran juego de la oca”…

*FOTO: DE LA RED

lunes, 19 de octubre de 2020

SU CHASCARRILLO FAVORITO

 

Tenía un compañero de trabajo, hasta que un Ere nos separó (mandándonos a los dos a la calle por tener más de cincuenta y cuatro años), que cada vez que se sorprendía por algo solía decir eso de: Es para mear y no echar gota.

Pues eso es lo que está ocurriendo ya no solo en Madrid, sino en ese cortijo que es España..

Sinceramente, la mascarilla nos viene bien, y no solo con el coronavirus, sino para pasar la vergüenza ajena por todos nuestros políticos, y ese espectáculo que montan cada vez que se juntan en su oficina, conocida como "hemiciclo".

El día en que una vacuna, o varias, palíe lo que está ocurriendo, se debería de vallar España, y directamente convertir lo que quede de ella en un parque temático. Porque entre unos y otros, nosotros incluidos por nuestra inacción, la estamos poniendo en los mapas pero a nivel mundial.

Dudo que todavía queden extranjeros que puedan situar a España, y consecuentemente Madrid, en algún recóndito lugar de América Central o Sudamérica, porque un día sí y el otro también debemos de ser su chascarrillo favorito.

Todos creyendo que el riesgo de una próxima guerra estaba controlado, y no nos dábamos cuenta de que todos llevamos dentro un arma de destrucción total: el egoísmo, y ese "porque yo lo valgo y la razón es mía".

Ayer, domingo, salí a dar un paseo con la duda de que quizás sea el último, antes de que nos vuelvan a confinar, y además, esta vez, unos por malos, otros por inconscientes, y unos cuantos por mezcla de los dos casos anteriores, nos cierren con llave y la tiren al fondo del mar, matarile, rile, rile...

Se cerraría un circulo perfecto para aquellos que tienen la teoría, que ésta pandemia, en cierto modo, es la guerra que tocaba a nuestra “degeneración”. 

Y empalmando con la anterior guerra, nuestra guerra civil, y sus famosos “matariles”, esta vez no ha hecho falta el silencio de la madrugada, sino ha sido retransmitido, y sin duda en demasía, por esos notarios de la actualidad, conocidos como tertulianos,y que predicen el futuro cinco segundos después de que haya ocurrido.

Sólo se me ocurre una frase de amor entre tanta soledad: Belchite, mon amour, no aprendemos...

*FOTO: DE LA RED

sábado, 3 de octubre de 2020

ÉRAMOS POCOS....

 

¡Éramos pocos y esta semana se nos ha muerto Quino! Con Mafalda huérfana y sin el altavoz de su mentor, el mundo todavía es un poco más triste, y sin nadie que sepa analizarnos desde las pequeñas cosas practicando la filosofía en zapatillas, que siempre será la verdadera filosofía.

También hemos inaugurado Octubre y, tristemente, la mejor lectura que podemos hacer es que ya queda menos para terminar este annus horribilis, en el que te da miedo hasta quejarte, por si “la cosa”, la famosa cosa, empeora. Y no vamos a entrar en el juego preguntándonos en qué puede empeorar. Por la misma razón que tampoco nos podíamos imaginar desde la orilla de las navidades pasadas, el año que estamos teniendo.

Bien pensado, y volviendo al tema de Mafalda, quizás la podríamos enviar ahora a Madrid para que al más puro estilo Greta Thunberg saque los colores a las principales autoridades tanto del ayuntamiento madrileño como del ente autonómico e incluso del gobierno central.

Han estado mirando el guiso que estaba en el horno, y entre unos y otros seguían proponiendo recetas sin atreverse a sacarlo, y ver el resultado, hasta que el gobierno central ha movido ficha  y la presidenta de la Comunidad de Madrid, al más puro estilo Calimero, se ha quejado de que todos van en contra de ella. Y es que cuando uno se convence de que nadie le quiere, al final es muy probable que nadie le quiera.

Desde la ventana, y como diría Machado, Antonio, llueve y llueve, y no da ganas de salir a la calle a traer lo indispensable, mientras se le da unos cuantos pases de pecho a la Covid-19, que como el destino, seguro que se encuentra agazapada tras cualquier saludo de cualquier persona, o el hueco que apenas hace unos segundos ha dejado un ciudadano, convertido por este maldito virus, en algo así como un asesino en serie.

Tengo una duda: ¿Se va la semana, o simplemente huye?

*VIÑETA: QUINO