jueves, 3 de febrero de 2011

SAN VALENTIN... QUE ESTAS EN LOS CIELOS

Ya estamos en Febrero, y cita ineludible de estos días será San Valentín. Para los que no peinamos canas y no porque seamos muy jóvenes, sino porque somos calvos, ponemos cara al santo, pues irremediablemente lo ligamos a la película española El día de los enamorados y al físico del bueno de George Rigaud, que siempre irradiaba una gran clase. Mencionaré también la entrañable banda sonora de Augusto Algueró, que tiene el poder de inyectar felicidad tan sólo con el comienzo de las primeras notas. Cada vez que oigo la célebre canción, sufro un lifting en el corazón y una liposucción en los sentimientos.
Con los primeros días de este mes, al menos en mi caso, comienza el proceso de pensar qué se le puede regalar a la cómplice de nuestras andanzas por este mundo que nos ha tocado vivir, y auténtico significado de la palabra amor. Siempre se dice que lo importante no es lo que se regala, sino el detalle, el echo en sí, aunque luego te pueden estampar el presunto regalo en la cara.
También existen los modernos, aunque lo serían hace mucho tiempo pues esta respuesta es también muy vieja, que te dirán eso de que San Valentín está creado por los comercios para incrementar sus ventas, y que ellos prefieren tener un detalle cualquier otro día del año. El problema suele ser que, normalmente de los trescientos sesenta y cinco días, del año no bisiesto, se acuerdan de hacerlo el trescientos sesenta y seis, osea....nunca.
Otra modalidad son aquellos que aprovechan cualquier fecha propicia de hacer regalos, para recalcarte tu lugar en la familia. Digamoslo de otra manera; por ejemplo, ¿qué le puedes regalar a tu pareja, y madre de tus hijos? Pues muy sencillo, como también es ama de la casa, pues le regalas un microondas como regalo personal, o un frigorífico. Eso le hago yo a mi Nuri, y como mínimo una semana durmiendo en el sofá, y el próximo regalo para mí, una bolsa de pan Bimbo, pues soy yo el que tiene que traer el pan a la familia. Donde las dan...., y además, mi regalo pasaría a engrosar la larga lista ya de cosas que te increpan cuando se enfadan, recordandote anteriores momentos en el que tampoco has estado, digamos, que muy brillante.
Cada vez lo tenemos más difícil pues todo sube menos la nómina, la cosa está tan achuchá que pronto se podrá poner en la vitrina de casa la última nomina como trofeo y recuerdo de una vida que fué mejor, y prueba para las futuras generaciones de que hubo una vez en la que se cobraba todos los meses e incluso más de mil euros.
Yo creo que un buen regalo para el día de San Valentín es plasmar en un pequeño detalle los sentimientos que te despierta la otra persona, y si lo has preparado tu mismo mejor que mejor. Espero que el gobierno no se entere de esta idea porque ya que a esto no le pueden cargar el iva, siempre podrían inventarse algún impuesto indirecto; y es que por ahora amar y ser amado no cuesta nada....pero cotiza en la bolsa de nuestros sentimientos, y es que....Nuri...te quiero, aunque no sea San Valentín y Augusto Algueró ya nos haya abandonado.

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