En primer lugar, este vecino quiere aclarar que ayer
cuando comenzó el partido de fútbol, sus ojos eran los de un niño, repleto de
inocencia, y excitación, solo pensaba en ese caramelo que se le ofrecía por televisión. Sin embargo, a medida que se fueron desarrollando los
acontecimientos, la visión del niño se transformó en la de un hombre hecho y
derecho en la que a medida que transcurría el partido, conseguir que la
utopía se convirtiera en realidad al principio parecía posible, pero luego quedó patente que el dinero y el poder siempre tienden a lo mismo.
“El
estadio de la luz” se convirtió en un circo romano en el que
las capas y ramas de laurel se habían metamorfoseado en Armani y poder. Es
curioso, cuando siempre se describe que el fútbol es el deporte del pueblo, y
sin embargo los mejores sitios son, no para los que han roto su hucha para
cumplir sus sueños de toda una vida, sino para aquellos que quieren seguir
saliendo en la foto a toda costa, y además sin pagar un euro.
Todo fue medianamente bien, hasta el segundo gol del Real
Madrid, y las expresiones de felicidad de su presidente, Florentino Pérez. Sin embargo, para que
todo quedara patente, el saludo con el ex-presidente del gobierno Sr. Aznar,
devolvió a las retinas de este vecino, antiguas imágenes, por supuesto en
blanco y negro, de aquel equipo que era el equipo de todo un régimen, y el vino
de la celebración de una presunta victoria colchonera se truncó en vino agriado
y echado a perder.
El pobre consigue fabricarse unas alas para sobrevolar la
realidad diaria, pero al final el sol del poder siempre las destruye.
Los prolegómenos, con un futbolista modelo (esto último en
todas sus acepciones) que esta vez no podía jugar por acumulación de tarjetas, paseando
por lo que sería el campo de batalla, enfundado en un impecable Emidio Tucci, ya
hacía atisbar que aquello, como siempre, se decantaría a favor del
todopoderoso.
Se puede dejar las entrañas y la última gota de sangre en
el campo de juego, pero al final, y ya seguimos hablando de trajes, el fondo de
armario es el que es, y no hay ni placenta de caballo que lo cambie.
A este vecino los cinco minutos de más de la
segunda parte le parecieron excesivos, pero podía colar ya que las fuerzas
estaban muy mermadas, y la pérdida de tiempo era evidente, pero fue lo
suficiente para que cambiaran las tornas y la transformación de la utopía en
realidad no fuera posible.
Es curioso además que el futbolista que cambió el resultado final y
que ganaran los de siempre, es alguien que no es sospechoso de nada, un hombre
con sabor a pueblo en todos sus poros, Sergio Ramos, y que sin ser ese su fin,
claro está, ayudó una vez más a que el poder siempre gane. Y este vecino se
acordó de esas autonomías en las que un día sí y el otro también, se destapan
casos de corrupción del partido en el poder, y “el pueblo” les sigue votando.
Este blogger se acordó, aunque él era niño, de aquel
verano del 68 en París, y donde los estudiantes tocaron una vez más la utopía,
e intentaron que los sueños de un mundo
diferente se hicieran realidad.
Sea lo que fuera, el resultado final es a todas luces
pornográfico y cruel, en el que se tenía que sumar a la fiesta, no podía ser de
otra manera, un Cristiano Ronaldo, que lo mismo que la cabra tira al monte, él
aprovecha cualquier momento para mostrar su percha (¿incitando a posibles marcas publicitarias?), quitándose esa camiseta que
tanto le paga y de la que él dice que está muy orgulloso, pero se la quita.
Lo de ayer fue algo más que un partido de fútbol, y
tristemente todos lo sabemos. Es el futuro que siempre nos espera.
*FOTO: DE LA RED
No váis a conseguir desmerecer esta gran victoria conseguida por este grupo de chavales ni enturbiar la alegría y la ilusión que sentimos hoy millones de madridistas... ¡¡HALA MADRID!!
ResponderEliminarVictoria, si de todo lo escrito solo sacas esa conclusión me parece perfecto, pero en realidad no estaba hablando de fútbol, y con respecto a lo de llamar "chavales" a la plantilla del Real Madrid, me parece, cuando menos, un poco no sé si osado o frívolo.
EliminarVeo que de la actitud de rabioso del cholo y de que algun jugador del atletico tuvo que ser expulsado no dices nada.Hala Madrid!!!!
ResponderEliminarOmar, creo que es evidente que el post no es ningún resumen del partido sino que es algo diferente a una crónica o crítica de fútbol. De todas maneras ya veo que en tu intervención y en la de Victoria, los dos para avalar vuestro comentario lo reforzáis con un ¡Hala Madrid!
ResponderEliminarComo siempre me han gustado los cuentos de Asterix y Obelix, para reforzar mi opinión utilizaré el conocido:¡Por Tutatis! Y gracias, muchas gracias, por tu opinión.
Paco, no les pidas peras al olmo. Los futboleros son monotema, que es que no les da pa´ más a los animalicos
ResponderEliminarCosmos, que por cierto nunca había hablado con el cosmos en persona, no he perdido la esperanza de hablar con todo tipo de personas. Por cierto, no tengo nada contra los Pacos ni mucho menos pero a mí siempre me han llamado Patxi. Gracias.
EliminarLas metaforas estan bien colocadas y tienen un paralelo asustador, pero tengo la sensación de que si el resultado hubiese sido otro nada cambiaria. Seguiria todo igual, solo que un poco mas escondido, y claro, el efimero caramelo lo saborearian otros. hala madrid! (vease aqui un guiño, por favor).
ResponderEliminarAlgo sí hubiera cambiado, sería como un amanecer en el que sale el sol para los pobres. Y además, seguro, que en este blog se hubieran visto menos "hala Madrid!" (Otro guiño para ti, Andres).
EliminarPor dios, ni conteste a los comentarios del madridismo, ni pillan ni pillarán nada del artículo, únicamente entenderán ''Madrid caca'', son esa casta made in Spain con la que no se puede ni hablar, no dan para más. No pierda el tiempo y siga a lo suyo, que lo hace a las mil maravillas.
ResponderEliminarEste blog está abierto a todo tipo de opiniones siempre que se den con la debida educación, y ya se sabe además que todo el que opina, siempre, siempre, se retrata. Muchas gracias por sus buenísimas palabras, y otra vez me gustaría conocer su nombre, para poder agradecérselo en persona.
Eliminar