Este vecino del mundo siempre ha sido muy tímido, y no es una pose. Incluso viendo la televisión, cuando alguien da la nota, o lo que vulgarmente se dice, “mea fuera del tiesto”, pasa vergüenza ajena.
Ayer, y sin proponérselo,
este vecino del mundo se lo pasó mal ante un niño, por una “gracieta” que este
vecino quiso hacer, y que quizás, los niños al tardar en detectar la
ironía, quedó en la más absoluta de las ruinas ruinosas...
Estos días veraniegos este
vecino del mundo ha conocido en el vecindario a un niño que pasaría un casting
para hacer “de el más arquetípico de los rusos, en una película de rusos”, y que además lo es. O al menos, eso creía este vecino del mundo.
Ayer al mediodía, tras ir a
la playa, volvía a casa, cuando le vi al niño en cuestión, con su padre, que le
hablaba constantemente, se supone, que en ruso, y el niño, unos ocho/nueve años,
le contestaba todo el rato en un correctísimo castellano, diciéndole que le
quería mucho y que era el mejor padre del mundo.
Mientras su padre dejaba el
coche en el garaje, al verme que iba a entrar en el portal se acercó para
entrar a la vez, y al verme que le dejaba pasar, me miró y con una gran sonrisa
me dijo: Muchas gracias.
Este vecino del mundo, y
ahora viene el intento de “gracieta”, con cara de sorpresa le dijo: Ahora me
entero que hablo ruso, porque te he entendido perfectamente.
El niño se para en su
intento de entrar al portal, y me dice: Yo soy ucraniano pero llevo años en
España, y mi hermano pequeño ha nacido en España.
Y me acordé del conflicto
entre Rusia y Ucrania, y grité en la inmensidad de mi pensamiento un “Tierra, trágame” que deseé tatuarlo en mi lengua como castigo.
Podía haber sido peor, incluso decir en defensa propia que no tengo nada contra los rusos, ni mucho menos contra los ucranianos, y que además “Doctor Zhivago” es mi película preferida (que para más inri ni es rusa ni se rodó allí). Hubiera sonado
mucho a que cuando para demostrar que no tienes nada contra los
gays, inmediatamente dices que tienes amigos que lo son.
¿Lo peor de todo? Que quedó
claro, con el comportamiento del niño, que no es la primera vez que le “recuerdan”
que no es español, y eso le ofende, porque seguro que se ha pasado más años
aquí que en su lugar de nacimiento. Este vecino del mundo está completamente
de acuerdo en ese pensamiento popular de que “uno es de donde pace, y no de
donde nace”, porque, entre otras cosas, normalmente en “pacer” viene implícito el
“querer”.
Hay momentos en que uno desearía
ser un ordenador portátil, y… poder resetearse.
*FOTO: DE LA RED
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