¡Éramos pocos y esta semana se nos ha muerto Quino! Con
Mafalda huérfana y sin el altavoz de su mentor, el mundo todavía es un poco más
triste, y sin nadie que sepa analizarnos desde las pequeñas cosas practicando la filosofía en zapatillas, que siempre será la verdadera filosofía.
También hemos inaugurado Octubre y, tristemente, la mejor
lectura que podemos hacer es que ya queda menos para terminar este annus
horribilis, en el que te da miedo hasta quejarte, por si “la cosa”, la famosa
cosa, empeora. Y no vamos a entrar en el juego preguntándonos en qué puede
empeorar. Por la misma razón que tampoco nos podíamos imaginar desde la orilla
de las navidades pasadas, el año que estamos teniendo.
Bien pensado, y volviendo al tema de Mafalda, quizás la
podríamos enviar ahora a Madrid para que al más puro estilo Greta Thunberg
saque los colores a las principales autoridades tanto del ayuntamiento
madrileño como del ente autonómico e incluso del gobierno central.
Han estado mirando el guiso que estaba en el horno, y
entre unos y otros seguían proponiendo
recetas sin atreverse a sacarlo, y ver el resultado, hasta que el gobierno
central ha movido ficha y la presidenta
de la Comunidad de Madrid, al más puro estilo Calimero, se ha quejado de que
todos van en contra de ella. Y es que cuando uno se convence de que nadie le
quiere, al final es muy probable que nadie le quiera.
Desde la ventana, y como diría Machado, Antonio, llueve y
llueve, y no da ganas de salir a la calle a traer lo indispensable, mientras se
le da unos cuantos pases de pecho a la Covid-19, que como el destino, seguro
que se encuentra agazapada tras cualquier saludo de cualquier persona, o el
hueco que apenas hace unos segundos ha dejado un ciudadano, convertido por este
maldito virus, en algo así como un asesino en serie.
Tengo una duda: ¿Se va la semana, o simplemente huye?
*VIÑETA: QUINO
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