A quién no le ha pasado alguna vez esa sensación de “esto
ya lo he vivido antes”.
Esta noche pasada me ha ocurrido otra vez. Al ver en periódicos
digitales resúmenes de noticias y, de pronto, me encuentro con que este sábado
pasado la jefa del Instituto Valenciano de la Mujer, la socialista Anaïs Menguzzato , se descolgó con un tweet de esos que no dejan
indiferentes, y que si seguro llega a ser componente de uno de esos partidos que son tachados de extremistas, inmediatamente hubieran pedido su dimisión, en el que
dice “Mañana
es San Valentín. Ese bendito amor romántico bajo el q se camuflan el machismo y
la violencia de género. No lo celebres, denúncialo..”
Y tras apenas unos segundos, en el que me imaginé a un San Valentín con una pintada en rojo sobre él, que decía "machista", y revisando anteriores artículos en el blog, este vecino del mundo ha recordado enseguida el por qué
de esa sensación de déjà vu.
Hace apenas un año, en Enero del 2015 precisamente,
Ángeles Carmona (Presidenta del
Observatorio contra la Violencia de Género del Consejero General del Poder
Judicial), declaró que quería eliminar el "piropo" porque según ella
"supone una invasión a la intimidad de la mujer".
Personalmente, declaraciones de este tenor, y me refiero
a ambas, solo se pueden explicar como querer destacar, y que se sepa quién
es la que lo ha dicho y en qué cargo está. Y lo más importante, que ese día además ha
ido a trabajar.
Por cierto, como este vecino ya sabe cómo va el tema del
“machismo”, en este texto he mencionado a Anaïs Menguzzato y a Ángeles Carmona,
dos mujeres, no por serlo, sino por intentar apagar incendios con fuego, o lo
que viene a ser el machismo a cañonazos.
Seguro que Anaïs Menguzzato, como polític@ que es, pedirá
respeto para los que se dedican a la política, y que no todos son corruptos,
sino que la gran mayoría están llenos de buenas intenciones. Y ahora nos viene,
porque implícitamente lo puede estar diciendo, que el hombre por ser hombre, o la mujer
por ser mujer, son machistas practicantes.
Antes de hablar mal del día de San Valentín, o de lo que
sea, poniéndole un velo machista, porque eso se puede hacer con todo, me gustaría
que, por ejemplo, se diera una vuelta por todos esos programas de televisión en
el que la juventud rinde un tremendo culto al cuerpo y a la fachada, y en el que culturizarse, o
incluso leer un simple libro parece de friquis, y se verá que es “practicado”
por hombres y mujeres.
Por ejemplo, y sin ir más lejos, en esta edición de “Gran
Hermano Vip” hay una concursante, Charlotte, y que a este vecino del mundo por
su manera de ser le produce gran ternura, es una joven que, como se suele decir, es de buena familia, y teniendo en cuenta que normalmente esa apreciación
va ligada al dinero, en su caso diríamos que es de buenísima familia. A ella no le duelen prendas en decir una y otra vez, que se casará con un millonario. Y eso
también es machismo, y viene en gran parte de lo que se ve en la propia casa,
por decirlo de alguna manera, en los usos y costumbres.
Este vecino del mundo fue educado, prácticamente, por su madre y por sus tías, y en la senda de que todos somos iguales, y que si quieres que te respeten, tienes que respetar. Y ahí también se incluye hacer la cama y todo tipo de cosas...
Por cierto, la crisis tampoco ayuda, pero como ahí, en la crisis, al menos un poco de culpa sí tendrán
los políticos, nos hacen mirar a otro lado, por ejemplo, a fiestas puntuales, como puede
ser San Valentín. La fiesta en sí no tiene la culpa, en todo caso la publicidad de las celebraciones sí, pero hay también se mueve el dinero, y mejor no tocarlo.
A todo aquel que ha sentido, y siente, mariposas en el estómago
al ver a la persona que tiene a su lado, no se le puede decir que no regale
nada en San Valentín, ni en cualquier día del año. Y, Anaïs, si no me comprendes, porque nunca has sentido esas mariposas maravillosas revoloteando por tu estómago, diría que me produces pena, pero me ibas a tachar, seguro, de machista; simplemente
te aconsejo que te lo hagas mirar.
Y, por cierto, para aclarar temas, todo el
tiempo que me he referido al amor, lo he estado haciendo simplemente pensando en dos
personas, no en un hombre y en una mujer. Espero que se me entienda, porque quizás
ahí puede radicar uno de los problemas del machismo, el no tratarse como personas en igualdad de derechos. Sin necesidad de sacar los lanzallamas a la
calle.
*FOTO: DE LA RED