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lunes, 6 de enero de 2020

SAMBENITO Y CAGANER SE VAN DE CIRCO...



Mucho me temo que a estos 2020 que se acaban de estrenar, como quien dice hace cinco días, ya les ha caído el sambenito de “Felices 20”. Que dicho por los que entienden, la década parece que siempre empieza con el “1”.

De todas maneras, por las escenas vistas estos días en el Congreso de los Diputados, o se les ha ido de las manos un cotillón clandestino que hubieran organizado, como esos cachondos que desde Nochevieja querían empalmar hasta el día 7 de Enero, sin ningún tipo de permisos además, o los ánimos están prematuramente caldeados, teniendo en cuenta lo que queda del año, porque se lleva demasiado el “yo soy más español que tú y además en la manera que yo entiendo que se debe de ser español”.

Viendo las imágenes de ayer en el Congreso de los Diputados me hubiera gustado entrar, precedido por el eco de mis pisadas, para que todos los diputados se callaran y prestaran atención, y decirles a voz en grito ese famoso “¿Cómo están ustedes?". Esperemos que alguno se diera por aludido, aunque no lo tengo muy claro, porque el circo que montaron los unos y los otros, era de tres pistas con vistas al bochorno más horroroso.

Por cierto, al verle al Señor Suarez Illana dándole la espalda a la representante de Bildu mientras cumplía su turno de palabra, lo mínimo que puedo decir es que deseé que los que toman las ideas para las Fallas de Valencia, estimen, como lo hizo este vecino del mundo, de que es un gran merecedor de tener un “ninot” en las fiestas de este año, porque esa postura es todo un editorial en sí mismo. Y por supuesto, además, un serio candidato al mejor “caganer” para las próximas navidades.

Por lo demás, y como en mi casa los más jóvenes ya han pasado la frontera de los treinta, son las once de la mañana y los regalos siguen parapléjicos en el salón, y el único ruido que se oye es un lejano zumbido a abejorros destrozados al fondo del ala norte. 
¿Cabreado? No. Ya la vida me la tomo como viene, y si sabes leer entre líneas, va más cargada de humor negro, que los Reyes Magos de carbón.

*FOTO: DE LA RED

martes, 2 de febrero de 2016

EL ETERNO RUIDO DE SOÑAR CONTIGO...



Es curioso. Este vecino del mundo ojeando los periódicos digitales se encuentra con un titular que en el fondo pudiera ser un gran chiste:


Rita Barberá rompe su silencio y asegura que no ha adjudicado un contrato a dedo "en su vida".


Con respecto a la primera parte de la sentencia, “Rita Barberá rompe su silencio…”, raramente hemos visto a la Señora Rita Barberá callando, más que callada, porque siempre ha sido de esos políticos que se apuntan a un bombardeo. Y todavía recuerdo, desgraciadamente nunca lo podré olvidar, esas imágenes de toda una alcaldesa asistiendo desde una altura, en un gran balcón, a uno de los actos festivos de las Fallas.  Mientras, algún colectivo de "afectados por...", no recuerdo ahora exactamente cuál, se manifestaba, literalmente, a sus pies, con sus pancartas y letreros correspondientes y, ella entre risas les hacía todo tipo de mohines primero, y después abiertos gestos de repulsa. En una especie de aclaratorio discurso corporal se entendía claramente: “Yo no soy alcalde/alcaldesa de todo tipo de súbditos, sino del que se porta bien  y se calla”.


A la segunda parte de ese encabezamiento … y asegura que no ha adjudicado un contrato a dedo "en su vida" se podría argumentar que para adjudicar un contrato precisamente no hace falta hablar, sino asentir y buscar lugares comunes de entendimiento, como “tú me das y yo te doy” o “yo tengo y tú lo necesitas”.


Una vez soñé, y no lo había contado nunca por lo traumático que me había resultado el momento, con una Rita Barberá, sentada en el suelo, piernas cruzadas, sin ropa, pero colocada de tal manera que no se le veía nada, pintada totalmente de púrpura, y asemejándose a un gran Buda.


Fueron unos momentos, los del sueño y su traducción al despertarme, tensamente confuso-religiosos.



Recuerdo que me fijé en su mano izquierda, la cual se acercaba a su boca con un grano de uva negra entre sus dedos. En un momento dado sus ojos apuntaron a los míos y abrió, lentamente, su boca, como para decirme algo, y en ese momento se oyó un gran y húmedo eructo incrementado por un inmenso eco que duró incluso mientras ya estaba despierto…


¿Cuando los dioses no tienen nada que decir, solo originan fenómenos extraños?... Me lo he preguntado desde aquella mañana.


*FOTO: DE LA RED